El dirigente conservador Viktor Orban pidió este miércoles en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, Francia, un cambio en Europa, aunque fue recibido con protestas en el hemiciclo.
Con Esther Herrera, corresonsal de RFI en Bruselas
Viktor Orban ha dado su esperado discurso ante la Eurocámara sin referencias a Ucrania, pero copado en una retórica antiinmigración. Ha culpado a los migrantes del aumento del antisemitismo, la homofobia, y la violencia contra la mujer.
El primer ministro húngaro también ha pedido la creación de centros de migrantes fuera de la Unión Europea, porque, asegura, una vez dentro ninguno puede ser expulsado. Y ha defendido que quiere ser un catalizador del cambio dentro de la Unión.
Según Orban, se trata del "período más grave" de la historia del bloque, con la guerra de Ucrania a las puertas, la escalada del conflicto en Oriente Medio y una crisis migratoria que, según dijo, podría hacer que el sistema de fronteras abiertas "se desmorone".
"Nuestra unión necesita cambiar y la presidencia [húngara del Consejo de la UE] quiere ser el catalizador de este cambio", sostuvo.
Pero Orban, se ha encontrado con un muro de críticas. Para empezar, la presidenta de la Comisión Europea (el brazo ejecutivo de la UE), Ursula von der Leyen. Le ha afeado que culpe a los ucranianos de la guerra y lo ha comparado con la invasión soviética de Hungría en 1956.
“¿Echarían la culpa a los húngaros por la invasión?”, se ha preguntado Von der Leyen. También le ha afeado la liberación anticipada de traficantes de personas o la compra de gas ruso.
"Usted ha dicho que Hungría está 'protegiendo sus fronteras' y que 'se está encarcelando a los delincuentes' en Hungría. Me pregunto cómo encaja esta afirmación con el hecho de que el año pasado, liberaron de prisión a contrabandistas y traficantes antes de que cumplieran su condena", dijo.
"Esto no protege a nuestra unión. Esto es solo arrojar problemas por encima de la valla de su vecino", dijo.
La presidenta del bloque parlamentario de los Verdes, la alemana Terry Reintke, fue todavía más directa: "Señor primer ministro, usted no es bienvenido en este Parlamento", le espetó, mirándolo directamente.
Orban, en la réplica a los eurodiputados que le han criticado, mucho menos comedido, se ha mostrado desafiante, a los que ha acusado de atizar una intifada política contra él y su país.
Cuando Hungría asumió la presidencia rotatoria de seis meses en julio, Orban se salió del guión: se embarcó en una "misión de paz" a Ucrania, Rusia y China, que sorprendió a todos y no fue coordinada con la UE.
En respuesta, Von der Leyen ordenó a altos funcionarios que no participaran en una serie de reuniones organizadas por la presidencia húngara, en un boicot de facto sin precedentes en el bloque.