El papa Francisco llegó a Hungría este 28 de abril para una visita de tres días. El pontífice hizo un llamado a "redescubrir el alma europea" frente al "infantilismo belicoso", con el nacionalismo en auge y la guerra en Ucrania como telón de fondo.
Con nuestra corresponsal en Budapest, Florence La Bruyère
El papa Francisco y el primer ministro húngaro tienen mucho en común, pero también diferencias. Viktor Orban es hostil a los inmigrantes porque amenazan a la Europa cristiana.
En cambio, el Santo Padre ha animado constantemente a los países europeos a acoger a los refugiados con benevolencia. En 2015, esta postura lo llevó a ser llamado viejo senil por Zsolt Bayer, un influyente editorialista y miembro del partido de Viktor Orban.
"Los valores cristianos no pueden testimoniarse a través de la rigidez y los cierres", advirtió el papa Francisco, ya que Hungría ha levantado vallas en sus fronteras y ha restringido la presentación de solicitudes de asilo en las embajadas en el extranjero. Una política migratoria que ha provocado varias condenas del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
La guerra en Ucrania cambia la situación
Hoy, las relaciones entre Budapest y el Vaticano se han calmado. La guerra en Ucrania ha cambiado la situación. El papa Francisco pide un alto el fuego al tiempo que condena la agresión rusa en Ucrania. "En este momento histórico, Europa es fundamental. Por tanto, es esencial redescubrir el alma europea", insiste el pontífice.
Viktor Orban también se presenta como un apóstol de la paz, pero piensa que Ucrania debe deponer las armas y aceptar que Rusia conserve los territorios confiscados. Hungría es una excepción dentro de la Unión Europea y no ha cortado sus lazos con el Kremlin. Viktor Orban se cuida de no criticar al presidente ruso y se niega a enviar armas a Kiev.
Son diferencias que el gobierno húngaro quiere borrar. "El papa y Hungría son los únicos que quieren la paz, los demás quieren la guerra", insiste el gobierno húngaro. Para el papa, la visita a Hungría es pastoral. Pero para Viktor Orban, la visita tiene un contenido político. El papa es ahora presentado como un aliado del gobierno húngaro.