El miércoles 31 de mayo fracasó el lanzamiento de un cohete norcoreano. Destinado a poner en órbita el primer satélite espía del país, el proyectil se estrelló en el mar Amarillo al averiarse su motor. Pyongyang había anunciado que se produciría un lanzamiento en los próximos días, pero las autoridades japonesas y surcoreanas emitieron órdenes de evacuación o refugio. En Seúl, el despertar fue especialmente estresante para los casi diez millones de habitantes de la capital.

Con nuestro corresponsal en Seúl, Nicolas Rocca

La alerta, enviada a las 06H41 (21H41 de martes) a todos los teléfonos móviles de Seúl, decía: "Ciudadanos, por favor prepárense para evacuar y permitan que niños y ancianos evacuen primero". Pero 20 minutos después, las autoridades dieron marcha atrás.

"Les informamos que la alerta enviada a las 06H41 fue emitida erróneamente", indicó una segunda alerta.

La retracción generó enojo y frustración, incluyendo llamados en redes sociales para que renuncie el alcalde de Seúl, Oh Se-hoon.

Aunque el pánico sólo duró unos veinte minutos, la confusión y la ansiedad eran palpables. Algunos residentes dijeron que estaban haciendo las maletas para abandonar la ciudad.

"Fue un lanzamiento espacial sobre el océano", tuiteó Jeffrey Lewis, un experto en no proliferación del Middlebury Institute of International Studies.

"Es como si Japón emitiera alertas de refugio cada vez que Corea del Sur hiciera un lanzamiento espacial", señaló.

La tecnología utilizada para lanzar un cohete es la misma que la de los misiles balísticos, lo que puede explicar en parte por qué se emitió la alerta. Pero en casi tres años en Seúl, es la primera vez que ocurre esto, y eso que Corea del Norte ha disparado un número récord de misiles en este periodo. Un fallo en el sistema de alerta que está dando que hablar en la capital, ya que la trayectoria del cohete estaba muy lejos de Seúl y Pyongyang había advertido del lanzamiento inminente.

¿Cuál fue la causa del fallo del lanzamiento?

Conocemos el nombre del cohete, Chollima 1-. Según los medios estatales norcoreanos, el motor falló durante la separación de la primera etapa y el cohete acabó en el Mar Amarillo, a unos 200 km de Corea del Sur. El ejército surcoreano recuperó restos del cohete, que estaba destinado a poner en órbita el primer satélite espía del régimen.

Se trata de uno de los objetivos militares de Kim Jong-un, ya que proporcionaría información en tiempo real sobre las actividades de los ejércitos de Seúl y Washington, cada vez más activos en vísperas del 70 aniversario del final de la Guerra de Corea, que se celebrará este verano boreal.