Tras la denuncia de una campaña de desinformación rusa contra los Juegos Olímpicos de París, el director de investigación del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS), Lukas Aubin, destaca la importancia del deporte como un instrumento geopolítico de poder para el gobierno de Vladimir Putin. Una entrevista de Marianela Mayer.

¿Por qué Rusia lanza esta campaña contra los Juegos Olímpicos de París?

Por muchas razones, pero la primera es que los Juegos Olímpicos y Paralímpicos son verdaderamente una plataforma mediática, quizás la más importante del planeta. Rusia puede utilizarla para hacer valer sus intereses. Es decir, desunir a Occidente, desacreditarlo, difundiendo su propia narrativa. Los Juegos de París 2024 serán vistos, a priori, por entre 4 y 5 mil millones de espectadores, es decir, la mitad de la humanidad. Esto significa simplemente que Rusia, a bajo coste, podría utilizar esta plataforma para transmitir su mensaje y dividir a la opinión occidental.

Los atletas rusos no participarán bajo su bandera en el evento, ¿es esto una forma de "boicotearlos"?

No usaría la palabra boicot. No van a boicotear el evento, ya que van a participar. Si decidieran hacerlo, no enviarían a los deportistas y, por ahora, tendremos varias docenas. Sin embargo, es cierto que la exclusión de Rusia, de la bandera rusa y del himno ruso, por parte del Comité Olímpico Internacional (COI) fue muy mal recibida por las elites rusas. Se vivió como una humillación. Hay un deseo de vengar esta humillación eficazmente mediante el uso de los medios de comunicación, la desinformación, el ciberespacio, etc., para difundir la narrativa rusa. Evidentemente, esto puede tener un impacto porque el deporte es muy visto y tiene un gran alcance a escala internacional. Además, el conflicto israelí-palestino que se desarrolla al mismo tiempo que la guerra entre Ucrania y Rusia, revela una especie de doble rasero entre los atletas rusos, que tendrán que competir bajo una bandera neutra. Para ciertas personas, esto no es normal dado que los atletas ucranianos o palestinos podrán participar con todos sus banderas e himnos.

Usted habla de una geopolítica del deporte, ¿qué es exactamente?

La geopolítica del deporte existe desde que existe el deporte. Simplemente, lo pusimos en palabras muy tarde. Solo hay que mirar a lo largo del siglo XX para darse cuenta de ello. El deporte fue utilizado como instrumento geopolítico de poder, por ejemplo, en los Juegos Olímpicos del 36 en Berlín bajo Adolf Hitler. También la Guerra Fría del deporte entre Estados Unidos y la Unión Soviética entre 1952 y 1991. Más recientemente, por ejemplo en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno de 2022 que tuvieron lugar en Beijing y en los que Xi Jinping y Vladimir Putin se reunieron durante el evento, mientras que Rusia había quedado excluida de la competición y que los atletas rusos tuvieron que participar bajo bandera neutra.

¿Y por qué es tan importante para Rusia?

Para alguien como Vladimir Putin, que es hijo de la Guerra Fría, los Juegos Olímpicos y Paralímpicos y el deporte en general, son instrumentos de geopolítica de primer plano. Ya eran utilizados en la época de URSS como tal. La idea era demostrar la superioridad del régimen comunista frente a los regímenes capitalistas. Putin integró esta dimensión. Simplemente, las palabras cambiaron, pero los actos siguen siendo los mismos. Obviamente, ya no estamos en una oposición capitalista comunista entre el Este y el Oeste, sino más bien entre lo que llamamos el sur global y el mundo occidental. Finalmente, si ya no hay ideología, existen hoy sistemas que compiten a través del deporte, particularmente los llamados sistemas democráticos contra aquellos considerados autoritarios. Evidentemente, hay matices al respecto, pero esa es la idea.

* Lukas Aubin, especialista en geopolítica del deporte y Rusia, es autor del libro "La guerra del deporte. Una nueva geopolítica".