Unos 300 millones de personas sufren inseguridad alimentaria. Ocho millones de personas mueren cada año a causa del tabaco. A primera vista, las dos cifras no tienen nada que ver, pero con motivo del Día Mundial Sin Tabaco, la OMS alerta del despilfarro que representa el cultivo de tabaco: 3 millones de hectáreas utilizadas para fabricar cigarrillos mientras el hambre aumenta en el mundo. Una herejía sanitaria, agrícola e incluso económica.

Con Jérémie Lanche, corresponsal de RFI en Ginebra

Mientras que el porcentaje de tierras dedicadas al cultivo de tabaco ha tendido a disminuir en los últimos 15 años, no es el caso de África, donde se ha disparado un 20% en el mismo periodo, a menudo en países expuestos a la inseguridad alimentaria, como Malawi. La estrategia de las empresas tabaqueras suele ser la misma, afirma el Dr. Rudiger Krech, de la OMS: contratar agricultores y obligarles a producir cada vez más para pagar sus deudas.

“Para cultivar tabaco hay que invertir mucho en semillas, fertilizantes y pesticidas", explica. Los grupos tabaqueros adelantan ese dinero a los agricultores, que luego tienen que devolverlo cuando venden su producción. Es un círculo vicioso en el que los agricultores pasan a depender de los fabricantes. Si cultivaran otra cosa, ganarían el triple", recalca.

El cultivo del tabaco no sólo no es rentable, sino que también es peligroso para todos los que trabajan en los campos. “1,3 millones de niños trabajan en las plantaciones de tabaco", prosigue el Dr. Rudiger Krech. “Trabajar y respirar en medio de los campos de tabaco es como fumar 50 cigarrillos al día… Ya es bastante malo para un adulto, pero imagínense lo que es para un niño", agrega.

Junto con otros organismos, entre ellos el Programa Mundial de Alimentos, la OMS ha puesto en marcha un proyecto para ayudar a los agricultores a cambiar a cultivos más útiles y rentables; se espera que se beneficien 5.000 agricultores de Kenia y Zambia.