Durante los Juegos Olímpicos, la comunicación de los atletas está muy controlada, lo que deja poco espacio para destacar. Pero algunos están usando sus uñas como medio de expresión. Y si bien Noah Lyles y Sha’Carri Richardson causaron sensación con sus manicuras, no son los únicos.
Decir que el Comité Olímpico Internacional (COI) busca controlarlo todo es una afirmación poco arriesgada, y la libertad de expresión de los atletas no escapa a la regla. Así, el artículo 50 de la Carta Olímpica estipula: "No se permitirá ningún tipo de manifestación ni propaganda política, religiosa o racial en ningún emplazamiento, instalación u otro lugar que se considere parte de los emplazamientos olímpicos".
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Pero en estos Juegos Olímpicos, el nail art, o arte de uñas -formas creativas de pintar y decorar uñas-, parece haberse popularizado entre los deportistas, ya que les permite expresarse libremente respetando el reglamento, excepto en ciertos deportes de alto riesgo.
"El Comité Olímpico Internacional no tiene reglas específicas con respecto a las uñas"
Aún poco común en los Juegos de Tokio, esta coquetería ha conquistado desde entonces a muchos atletas. Tanto es así que la Villa Olímpica pone a disposición de los deportistas un salón de belleza, con servicio de peluquería, barbería y manicura. Ya sea en atletismo, gimnasia o rugby, el nail art se está volviendo cada vez más popular, tanto entre mujeres como entre hombres.
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"Nos piden muchos anillos olímpicos, colores de la bandera del país representado o la camiseta, o los símbolos de París, como la Torre Eiffel", cuenta a FranceInfo Christine Cabon, directora de comunicaciones de Procter & Gamble, que gestiona el salón.
"El Comité Olímpico Internacional no tiene reglas específicas con respecto a las uñas de los atletas. Sin embargo, algunas federaciones deportivas imponen sus propias regulaciones. Por ejemplo, los deportes de combate como la lucha, así como la natación y la gimnasia, requieren uñas muy cortas por razones de seguridad y practicidad", explica Séphora Talmud, consultora, a 20 minutos.
Ejemplos múltiples
Por lo tanto, esta práctica se está democratizando, como lo muestran las imágenes del esprínter estadounidense Noah Lyles, coronado campeón olímpico en la prueba de 100 metros, con sus manos pintadas de rojo, blanco y azul. Su compatriota Sha’Carri Richardson, medallista de plata en los 100 metros, ha hecho de sus uñas muy largas y coloridas su toque personal. Dice que se inspiró en su ídolo, Florence Griffith-Joyner, tres veces campeona olímpica en los Seúl 1988 y todavía plusmarquista mundial en los 100 y 200 metros. "Ella llegaba a la pista y sabía que iba a dominar", comentó Sha’Carri Richardson para la agencia de noticias estadounidense AP en junio de 2021.
"Es el único elemento de nuestro atuendo que podemos personalizar", subraya en FranceInfo Rémi Bassereau, un jugador francés de vóleibol de playa que optó por una manicura azul-blanca-roja. Señala que las miradas de sus contrincantes no lo desestabilizaron: "He visto a atletas de ciertos países mirar mis uñas de manera extraña, sentí que no les gustaba mucho. Pero realmente no me importan los estereotipos".
La nadadora palestina Valerie Tarazi causó sensación en Instagram al lucir sus uñas pintadas con los anillos olímpicos, la bandera palestina y el pañuelo palestino. Más consensuada, la arquera holandesa Laura van der Winkel también mezcló referencias nacionales y deportivas, con una Torre Eiffel, tulipanes y los icónicos anillos.
Libertad, ¿hasta cuándo?
"Es una forma de que los atletas se expresen, representen a su país o hagan declaraciones personales sin cambiar sus uniformes o equipos", recalca Séphora Talmud, que ve este fenómeno como un paso adelante: "La autoexpresión a través de la moda y la belleza se celebra cada vez más, tanto individual como colectivamente".
Para algunos atletas, el nail art se ha convertido incluso en una tradición. Unos días antes de embarcar rumbo a París, la jugadora de rugby estadounidense Ilona Maher mostró sus nuevas uñas en TikTok con la leyenda: "Sabes que se vuelve real cuando te haces la manicura olímpica".
Sin embargo, ahora que se ha vuelto algo más común, y que no faltan las imágenes con uñas en el primer plano durante las conferencias de prensa o las ceremonias de medallas, quizás esto termine interesando las marcas y espónsores.
"Podríamos ver cada vez más colaboraciones donde los atletas promocionan kits de esmalte exclusivos o uñas deportivas decoradas con logotipos de patrocinadores en competiciones y apariciones públicas", subraya Séphora Talmud.
Hay que ver pues cuánto durará esta libertad de expresión sobre uñas.