Donald Trump ha lanzado su propia criptomoneda. Se llama TrumpCoin. Inaugurada unas horas antes de su investidura, está suscitando una serie de preguntas. ¿Cómo analizar esta iniciativa?
Por Stéphane Geneste
El TrumpCoin es una ficha virtual con la imagen de Donald Trump. Es algo así como vender tazas o camisetas con su cara. Hay que tener cuidado de no confundirla con el BitCoin, que se utiliza para hacer pagos. El TrumpCoin no tiene ninguna función de pago. Su valor se basa únicamente en la personalidad del presidente estadounidense y, por tanto, también en su popularidad.
El TrumpCoin no tiene un valor fijo. Como cualquier criptodivisa, fluctúa de minuto en minuto, dependiendo de la demanda. La única cifra fija fue cuando se emitieron las fichas: siete dólares cada una. Inmediatamente la gente se abalanzó, y alcanzaron los 75 dólares cada una. Pero ahí radica la sutileza: sólo se han puesto en el mercado 200 millones de fichas, de los mil millones que se emitirán en los próximos tres años.
¿Para qué sirve esta criptomoneda?
Hay varias razones para crear y poseer TrumpCoins. Para Donald Trump, es una fuente adicional de dinero. También es una oportunidad para él de monetizar tanto su imagen como su poder para aumentar su fortuna.
Para los compradores, el interés es sobre todo simbólico. Muchos de ellos son simplemente fans de Donald Trump, por lo que formar parte de esta aventura es reforzar el sentimiento de cercanía con él. Para otros, es obviamente más especulativo, una oportunidad de ganar algo de dinero revendiendo sus TrumpCoins.
Pero, sobre todo, hay una cuestión política detrás de todo esto. Inicialmente opuesto al sistema, Donald Trump ha cambiado de opinión por la sencilla razón de que hay mucho dinero en juego. Durante su campaña, incluso recibió el apoyo de grandes nombres del sector. Se trata pues de tranquilizarlos y de formar parte del mismo mundo que ellos. Es más, en su apuesta por desregular el sistema, Donald Trump ha prometido que su administración estaría a favor de las criptodivisas.
Miedos y dudas
Hablamos de Donald Trump, pero sobre todo del presidente de los Estados Unidos de América. Estas fichas llevan su efigie. No mencionan su estatus actual. Es sutil, pero es legal. En realidad, existe un debate sobre la existencia de posibles conflictos de intereses, aunque parezca legalmente compatible y admisible.
Por otro lado, el riesgo es que, si los vende demasiado rápido y causa pérdidas significativas a las personas que los compraron, haya acciones legales contra él por parte de personas que consideren que han sido engañadas.
Los defensores de las criptomonedas también se muestran muy escépticos, y muchos consideran que esto no es una buena publicidad para el sector. Sea como fuere, como dice el refrán, business is business.