En 2012, la capital británica acogió los Juegos Olímpicos, adjudicados en 2005. Desde el principio, Londres quiso evitar el destino de las infraestructuras de Atenas y el evento fue considerado un gran éxito, con un coste de más de 10.000 millones de euros de dinero público.

Con el cambio de milenio, la zona de Stratford, en el este de Londres, rebosaba de fábricas en desuso, viviendas precarias y pantanos contaminados. Veinte años y una Olimpiada después, el lugar está irreconocible.

"Estamos aquí frente a la entrada del futuro teatro Sadler’s Well, que albergará una academia de hip-hop", explica a RFI Mark Robinson, Director de Asuntos Externos de la London Legacy Corporation. "Al lado se ven los BBC Music Studios, que abrirán en 2025, 2026. Y entre ambos, la Universidad de las Artes de Londres, el campus de la Facultad de Moda, que alberga a 6.500 estudiantes y profesores".

Una importante biodiversidad

El estadio olímpico es actualmente la sede del club de fútbol West Ham y el centro acuático enseña a nadar a 10.000 niños. Otros tantos adultos trabajan ahora en el recinto, que se ha transformado en una burbuja verde.

"Hemos limpiado el suelo y los 6 km de ríos del parque", señala Robinson y agrega: "Tenemos una biodiversidad tremenda: ¡hay martines pescadores e incluso una nutria que viene a nadar!"

La revitalización de Stratford y sus alrededores fue la promesa de los Juegos Olímpicos de Londres. Aunque no necesariamente para regocijo de los residentes. "Soy un ciclista entusiasta", dice Andrew Kirschmann, que se mudó a la zona hace 25 años.

Lo que echo de menos es el circuito existente. La nueva pista no tiene el mismo carácter y los jardines comunitarios se han trasladado. Pero los nuevos edificios están tan altos que no tenemos suficiente luz. La gente a la que le encantaba el carácter del lugar no puede evitar sentir que se ha perdido algo.

– Andrew Kirschmann, residente de Stratford

Sólo mil de las 30.000 viviendas prometidas

De las ruinas del polígono industrial han surgido más de mil viviendas, muy lejos de las 30.000 prometidas. Asimismo, no benefician demasiado a la población local, según indica Max Nathan, profesor adjunto de ciencias urbanas aplicadas en el University College.

"Hay muchas más viviendas que antes, pero la mayoría son lofts y dúplex, pensados para la gente 'cool', la clase media alta, que está bastante bien. Sólo entre el 10% y el 11% de las viviendas son realmente asequibles en relación con los ingresos locales", opinó.

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Un balance polémico

"Atrae visitantes, pero ahuyenta a otros", exhorta Nathan, para quien los Juegos Olímpicos crean puestos de trabajo, pero en su mayoría son "muy especializados y puntuales".

"Es estupendo para los propietarios, pero mucho menos para los inquilinos. Desde el punto de vista económico y contable, el balance es muy desigual", sentencia.

En cuanto a los beneficios para la salud: ningún estudio ha demostrado un aumento flagrante de la actividad deportiva tras los Juegos Olímpicos de Londres.