Cansancio, resignación, falta de dinero por las numerosos días de huelga… o todo a la vez. La octava jornada de movilización contra la reforma de las pensiones de Emmanuel Macron se ha desinflado este miércoles con menos huelguistas en sectores como el metro, la energía o la función pública.

Los franceses protagonizaron este miércoles su octava jornada de huelgas y manifestaciones contra la reforma de Emmanuel Macron que pretende retrasar la edad de jubilación de los 62 a los 64 años.

Una reforma cuyo voto definitivo se espera que se produzca este jueves en el Senado y la Asamblea Nacional después de que la comisión mixta paritaria formada por siete senadores y siete diputados diera su visto bueno a este artículo de la ley.

"Qué vergüenza", escribió en Twitter, la jefa de la bancada de los diputados de izquierdas de La Francia Insumisa, Mathilde Panot, que participa en la comisión. "Diez parlamentarios votaron dos años de prisión para el conjunto de la población. No lo olviden, sólo son diez, nosotros somos millones", dijo Panot, que forma parte de la comisión de 14 diputados y senadores.

En el frente social, la movilización continúa en el sector del gas, los controladores aéreos, basureros… pero se ha registrado una bajada de huelguistas. En la empresa pública de trenes, cerca de un 15% de los trabajadores se declararon en huelga, una cifra casi equivalente a la del 16 de febrero, pero muy por debajo de la registrada en la jornada del 7 de marzo.

En el sector de la electricidad y del gas, la dirección de EDF comunicó la cifra de 22,45% de trabajadores en huelga. Hay que recordar que el 7 de marzo el porcentaje alcanzó el 41,5%. En la Administración pública, hizo huelga el 3% de los funcionarios.

La red de metro de París se vio poco perturbada este miércoles en comparación con las jornadas pasadas de movilización. Y en cuanto al tráfico aéreo, el 20% de los vuelos del aeropuerto de Orly fueron anulados por la huelga de controladores aéreos.

Todo indica que el número de huelguistas ha bajado, pero esto no quiere decir que los franceses hayan cambiado de opinión. El 68%, según los sondeos, se muestran en contra de la reforma de Emmanuel Macron.

Los analistas coinciden en que la movilización podría continuar bajo otras formas con acciones más específicas. Por ejemplo, este miércoles la residencia oficial del presidente de la República, el Fuerte de Brégançon, sufrió varios cortes de electricidad.

En varias ciudades del país, los manifestantes volvieron a tomar las calles este miércoles a pesar de que el texto sigue su curso para ser votado este jueves en la Asamblea Nacional y en el Senado.

La hora de la verdad ha llegado para esta reforma, detestada por la población pero muy importante para el presidente Emmanuel Macron. Tras el aval de la comisión mixta paritaria, les tocará a los diputados y senadores dar el visto bueno, si no hay mayoría suficiente, el gobierno podría recurrir al artículo 49.3 para adoptarla sin voto. Queda por ver cómo reaccionarán los franceses.