El Parlamento danés ha aprobado una polémica ley que prohíbe quemar el Corán y otros textos sagrados. La ley se adoptó en nombre de la seguridad danesa, en un intento de reducir el riesgo de terrorismo y apaciguar la ira de los países musulmanes. Se hacen algunas excepciones para las representaciones artísticas, bajo ciertas condiciones.
Por la corresponsal regional de RFI Carlotta Morteo
Con 94 votos a favor y 77 en contra, la controvertida "ley del Corán", como se la conoce en los medios de comunicación daneses, fue aprobada el jueves por el Parlamento danés. La votación estuvo precedida de tormentosos debates parlamentarios. Es un recordatorio de que, a pesar de las enmiendas, esta nueva legislación sigue siendo muy divisiva. Los partidos minoritarios habían pedido un referéndum, y varios diputados admitieron que votaban a favor para respetar la línea de su partido, pero en contra de sus propias convicciones.
Así pues, la prohibición de "tratar indebidamente las escrituras sagradas" se ha incluido en el capítulo 12 del Código Penal. Esta nueva legislación va acompañada de un apéndice muy detallado de treinta páginas, que estipula que ahora está prohibido "ensuciar, pisotear, patear o dañar" de cualquier forma el Corán, la Biblia, la Torá, los Vedas y el Tripitaka (los textos canónicos del budismo), es decir, los principales textos sagrados de las religiones reconocidas por el Estado danés.
Ciertos objetos no afectados
Quien realice este tipo de actos en un lugar público, en una manifestación, o los difunda desde su casa en las redes sociales o a una gran audiencia, se arriesga a una multa y a dos años de prisión. Sólo los medios de comunicación están exentos de publicar fotos o videos de la quema de textos religiosos, como parte de su deber de información.
Objetos religiosos como crucifijos, mezuzas y alfombras de oración no están cubiertos por esta ley, como estaba previsto inicialmente. La policía y los juristas consideraron que una prohibición tan amplia habría sido demasiado compleja de aplicar. Sólo entran en el ámbito de aplicación de la ley los escritos y todo lo que tenga apariencia de escrito, como "la cubierta de un Corán que sólo contenga páginas en blanco".
Pero, ¿es posible prever todos los posibles actos degradantes? ¿Quién definirá lo que constituye un "trato inadecuado" no previsto por la ley? El Gobierno ha indicado que los casos no contemplados en el texto se evaluarán "desde un punto de vista social y no según los criterios de las comunidades religiosas".
Excepciones tenidas en cuenta
Por ejemplo, se ha confirmado una cuestión que se había planteado: estará permitido envolver un Corán, una Torá o una Biblia en una bandera arco iris, símbolo de la causa LGBTQIA+, pero no en bacon ahumado. También se debatió el caso de alguien que tira un Corán a una papelera pública. Esto está permitido, siempre que se haga "de una manera que no pueda percibirse como inapropiada".
Muy criticada por los artistas, que la denunciaron como "un mazazo a la libertad de expresión", la ley aprobada el jueves ha recogido, no obstante, algunas de las críticas del mundo cultural. Dinamarca autoriza así la desfiguración de textos sagrados durante un espectáculo artístico, siempre que este acto no sea el elemento central o único de la obra. Por tanto, será posible hacer pedazos una Biblia durante un concierto, o quemar un Corán en una escena de un largometraje.
Por otra parte, lo que hizo la artista danesa-iraní Firoozeh Bazrafkan frente a la embajada iraní este verano, cuando trituró un Corán con un rallador de queso para denunciar la opresión de las mujeres por los ayatolás, entra ahora dentro de la prohibición. Está claro que no importa la intención, lo que cuenta es el acto, que no es justificable en sí mismo.
Daneses divididos
El ministro de Justicia, Peter Hummelgaard, había justificado esta ley en la apertura de los debates como importante para "actuar contra quienes amenazan la seguridad de los daneses provocando situaciones que se les van de las manos".
Los daneses siguen divididos ante esta nueva legislación, calificada de "vergonzosa" por la oposición. Para algunos, es una señal de que las normas religiosas y los dictados de países extranjeros con los que Dinamarca tiene intereses económicos han conseguido dejar su huella en los valores y la libertad de expresión daneses.
Para los defensores de la ley, se ajusta más a la legislación contra la incitación al odio, y algunos eurodiputados recuerdan que la quema de libros se practica generalmente en los regímenes totalitarios.