El costo humano de los violentos incendios forestales que han asolado varios municipios del Gran Valparaíso, en la zona central de Chile, sigue aumentando. Según el presidente Gabriel Boric, se trata de "la mayor tragedia" que vive el país sudamericano desde el terremoto de 2010. ¿Por qué las llamas se propagaron tan rápido? ¿Cómo se convirtió este incendio en uno de los más mortíferos del siglo 21? Aquí van algunas explicaciones e imágenes de satélite para ayudar a entenderlo.

Por Olivier Fourt, Lucile Gimberg y Grégory Genevrier

El viernes 2 de febrero, varios incendios se desataron simultáneamente en zonas boscosas ubicadas en los cerros que dominan los balnearios de la región del Gran Valparaíso, en la costa del Pacífico, a unos 120 km al noroeste de la capital, Santiago. La investigación en curso tendrá que determinar las causas de estos incendios, pero una cosa es segura: las llamas han avanzado muy rápidamente, como muestran los mapas satelitales del sitio web de NASA Firms del 3 al 5 de febrero de 2024.

Firms proporciona datos de incendios con un retraso de sólo unas pocas horas, utilizando espectrorradiómetros e imágenes satelitales en los rangos visible, ultravioleta e infrarrojo. En la imagen, los cuadrados rojos simbolizan las fuentes de calor. En la madrugada del viernes se observaron varios brotes distintos.

Las condiciones climáticas fueron favorables para que las llamas se extendieran. Chile vive una ola de calor desde la semana pasada con temperaturas cercanas a los 40°C. En esta zona de clima mediterráneo, había poca humedad y los vientos eran fuertes. En esta región, "tenemos condiciones meteorológicas con altas temperaturas, vientos desfavorables que van hacia el noreste, vienen del suroeste, un viento oceánico que se levanta después de la vaguada costera. Eso aproximadamente pasado del mediodía, cuando las temperaturas nuevamente vuelven a subir", precisa Miguel Castillo, geógrafo e ingeniero forestal de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Chile.

Con "ráfagas de viento, que son sobre 35, 40 kilómetros por hora, si el fuego no es contenido en los primeros 15 minutos, eso genera una tremenda tragedia. Y eso es lo que sucedió en esta oportunidad", agrega.  

Imágenes satelitales de la región de Valparaíso, obtenidas por RFI de la empresa comercial Planet Labs, muestran el área de los incendios antes y después del paso de las llamas. Podemos ver claramente las columnas de humo que se elevan por encima de los diversos incendios para el día 3 de febrero.

Las imágenes en "falsos colores" también resaltan las zonas devastadas por el fuego, utilizando un contraste marrón/rojo.

No solo eucaliptos

En Chile, los incendios forestales son frecuentes durante el período estival, especialmente en el sur del país, donde se extienden enormes plantaciones de pinos y eucaliptos. Estos monocultivos a menudo son señalados por su papel en la desecación de los suelos y la propagación de los incendios. En la región de Valparaíso, la vegetación es más diversa, indica Miguel Castillo.

"En esta zona hay un entremezclado entre casas de material ligero, matorral, basura, pastizales, mucho pasto, y por supuesto, entremedio hay árboles nativos, hay árboles exóticos, entre ellos el pino y eucalipto. El eucalipto por sí, por su conformación, emite mucha pavesa. La pavesa es este fragmento incandescente que por el aire caliente viaja centenares de metros, cae y origina un nuevo foco. Pero las pavesas también la originan la basura, el papel, por ejemplo, y otros restos de material ligero", apunta.

Tormentas de fuego

El organismo encargado de la gestión forestal en Chile, Conaf, habló de un incendio de "comportamiento extremo". "Son incendios de comportamiento extremo y que generan su propia micro meteorología, es decir, tormentas de fuego, cinturones térmicos de aire en ascenso que desplaza al aire frío. Se generan estos verdaderos remolinos de fuego y esos son incendios que desde un inicio prácticamente parten incontrolables", comenta Miguel Castillo al respecto. Sobre todo porque en el suelo, mucha vegetación seca estaba lista para quemarse.

"Estamos hablando de incendios que no habíamos visto en el pasado con tanta frecuencia, porque estos incendios sí han ocurrido en el pasado, pero acá con dramatismo especial, porque están en zonas pobladas", recalca el científico.

¿Influye el cambio climático? "El cambio climático es la base, es el cimiento de este problema", dice el investigador. "Nuestro país lleva arrastrando casi 18 años de sequía prolongada, salvo el año pasado. (…) Hemos tenido no solamente en la región de Valparaíso, sino en toda la zona central, mayor cantidad de días sobre 30 grados centígrados. Entonces, las máximas medias históricas han superado el promedio histórico", detalla Miguel Castillo. El fenómeno meteorológico natural de El Niño, que se origina en el Océano Pacífico y causa sequías e inundaciones dependiendo de la región, también se ha agravado debido al calentamiento global.

Una vivienda informal convertida en trampa

Pero hay otro factor importante para explicar por qué estos incendios han cobrado tantas vidas: es la precaria y caótica urbanización de estos cerros en las afueras de los balnearios de Viña del Mar y Valparaíso.

Muchos de los barrios que han sido devastados por las llamas, por ejemplo, en Viña del Mar, son zonas muy densamente pobladas. Hay familias de clase media que construyeron edificios sólidos y algunas de las familias más pobres que se asentaron sin permiso y construyeron casas precarias con madera y zinc. Para algunos, "en terrenos donde se han planificado cortafuegos y corta combustible", dice Miguel Castillo. En las quebradas que salpican estas colinas que se precipitan hacia el Pacífico, los matorrales y los microvertederos salvajes son un combustible ideal. Y las llamas se aceleran por las pendientes, avivadas por el viento entre las laderas.

¿Siguieron los habitantes al pie de la letra las órdenes de evacuación, enviadas por mensaje de texto? Nunca es fácil dejarlo todo atrás. Muchos tuvieron dificultades para comunicarse con sus seres queridos, ya que las líneas de telefonía móvil se cortaron cuando el fuego alcanzó las antenas. Los coches explotaron con el calor. Y en estos barrios de desarrollo informal y anárquico, hay pocas rutas para escapar.