Dos cables de telecomunicaciones resultaron dañados en el mar Báltico en el espacio de cuarenta y ocho horas, entre Finlandia y Alemania, por un lado, y Suecia y Lituania, por otro, reavivando las sospechas de ‘sabotaje’ y ‘guerra híbrida’ con Rusia.

El C-Lion1, un cable submarino de 1.172 kilómetros que une Helsinki con Rostock, puerto del mar Báltico en el noreste de Alemania, se rompió el lunes 18 de noviembre tras detectarse una “avería”, según su operador, el grupo tecnológico finlandés Cinia. La rotura, situada al sur de la isla de Öland, en aguas suecas, a unos 700 km de Helsinki, cortó todas las conexiones de fibra del cable. “Este tipo de rotura no se produce en estas aguas sin impacto externo”, añadió la empresa pública. La policía finlandesa ha abierto una investigación, tras recibir una petición en este sentido del operador, y “se esfuerza por establecer qué ocurrió durante el incidente”, anunció en un comunicado.

No fue “un fallo del equipo”

Un día antes, en la mañana del domingo 17 de noviembre, otro cable de telecomunicaciones, Arelion, que une la isla sueca de Gotland con Lituania, resultó dañado, según explicó el martes Audrius Stasiulaitis, portavoz de la filial lituana del operador sueco Telia. El tráfico de Internet se ha redirigido a otros enlaces internacionales. “Podemos confirmar que la interrupción del tráfico de Internet no ha sido causada por un fallo de los equipos, sino por daños materiales en el cable de fibra óptica”, ha dicho, añadiendo que los clientes no se han visto afectados.

El 19 de noviembre, el Ministro sueco de Defensa Civil, Carl-Oskar Bohlin, aseguró que las autoridades competentes de su país estaban investigando los incidentes. “Es esencial aclarar las razones por las que dos cables no funcionan en el mar Báltico”, declaró, sin hacer comentarios sobre los posibles autores. Sin embargo, el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, afirmó el mismo día que los daños se debían sin duda a un “sabotaje”. “Nadie cree que estos cables se cortaran por accidente”, afirmó.

“Sospechas de daños intencionados"

Reunidas en Bruselas, las ministras de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, y Finlandia, Elina Valtonen, hablaron de la amenaza rusa. “Nuestra seguridad europea no sólo está amenazada por la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, sino también por guerras híbridas emprendidas por actores malintencionados”, dijeron, “un incidente de este tipo levanta inmediatamente sospechas de daños intencionados”. Los países europeos utilizan cada vez más el término “guerra híbrida” para describir las acciones que creen que Moscú lleva a cabo para perjudicarlos desde que invadió Ucrania en 2022.

En los últimos meses se han producido varios incidentes en la zona del mar Báltico, una zona marítima compartida por los países nórdicos, los Estados bálticos, Polonia y Alemania, que están preocupados por las amenazas de desestabilización atribuidas a Moscú. Ante el aumento de estos ataques, el ex presidente finlandés Sauli Niinistö pidió la creación de un servicio de cooperación de inteligencia en el seno de la Unión Europea, en un informe presentado a la Comisión a finales de octubre de 2024. Las tensiones en el mar Báltico han aumentado considerablemente desde la invasión rusa de Ucrania en 2022. Moscú considera que el aumento de la presencia de la OTAN cerca de sus fronteras es una provocación y una amenaza para su seguridad.