La coalición de rebeldes, dominada por el grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS) se encuentra ya en las puertas de Hama, la cuarta ciudad del país y que está en la ruta que lleva a la capital, Damasco. Un enclave importante para la supervivencia del régimen de Asad.
El OSDH (Observatorio Sirio de Derechos Humanos), con sede en el Reino Unido y que cuenta con una amplia red de fuentes en Siria, informó que este miércoles se registraron “intensos combates” cerca de Hama.
Las fuerzas gubernamentales recuperaron el control de dos pueblos de los alrededores y pudieron “hacer retroceder a HTS unos 10 km” de esta ciudad tan clave.
Hama, una ciudad altamente simbólica
Hama es la cuarta ciudad más grande del país. La primera es Alepo, que los rebeldes arrebataron al régimen hace unos días.
Las cuatro ciudades más grandes de Siria están alineadas en la carretera M5. Empezando por el norte, están Alepo, Hama, Homs y luego Damasco, la capital.
Tomar el control de una gran ciudad como Alepo y asegurarla no es tarea fácil, pero si los rebeldes consiguen retomar Hama sería una derrota a una nueva escala para el régimen, que parece tener dificultades para detener el avance relámpago de los rebeldes liderados por Hayt Tahrir al Sham.
Además, reforzaría el aislamiento de la ciudad portuaria de Latakia, quinta ciudad del país y, sobre todo, bastión histórico y político de Bashar al Asad.
Hama es también una ciudad de gran valor simbólico. Fue escenario de una masacre perpetrada por el padre de Bashar al Asad en febrero de 1982 en la que murieron unas 20.000 personas y, treinta años después, escenario de algunas de las mayores manifestaciones durante el levantamiento prodemocrático de 2011, en el marco de lo que se bautizó como Primavera Árabe.