Este miércoles se cumple un mes desde el derrocamiento del presidente Bashar Al Asad y los sirios siguen celebrando su nueva independencia. Uno de los feudos de la resistencia al régimen fue la provincia de As Swayda, en el sur del país, con la particularidad de que esta logró evitar la brutal represión del gobierno.
Melissa Barra, enviada especial
En la plaza Karame, Nour Salam cuenta que “hubo protestas diarias durante 2 años. Y cuando cayó Al Asad hubo fiestas aquí durante días. Aquí está pintada la bandera de la independencia, que estaba prohibida en otras partes de Siria, pero durante dos años esta plaza era un sitio libre. Lárgate ya Bashar” agregó.
Nour Salam es activista en la ciudad de As Swayda de una asociación de la sociedad civil llamada Baytna, Nuestro País. Durante años usó un alias para comunicarse con miembros en otras partes del país, pero en su ciudad no era necesario vivir en la clandestinidad.
Aquí, la gran mayoría de los habitantes son drusos, una comunidad con tradiciones y religión propias, asentada entre tres países. El régimen no derramó sangre en las manifestaciones pacíficas de As Swayda por temor a perder aliados potenciales.
Los activistas de As Swayda se daban cita a menudo en un café de la ciudad, el café Juzur, en plena luz del día para hablar de política.
Las nuevas autoridades han llamado a un gran diálogo nacional con movimientos y organizaciones de todo el país sobre el futuro político de Siria y los activistas tienen toda la intención de participar.
Jubran Hamzeh, vocero de la asociación La raíz, asegura que sabían que las protestas pacíficas no iban a derrocar el régimen. “Si no ya hubiera caído hace años”, aseguró. “Nuestro objetivo es más bien formar parte del diálogo nacional. Queremos transmitir los pedidos de la sociedad civil y nuestras exigencias”, indicó.
Sin embargo, aún queda la pregunta sobre ¿qué papel jugará esta juventud en el futuro gobierno? Bashar Srewi quiere que su Movimiento de Juventud Política se convierta en algo más que un proyecto. “Nuestro sueño para el futuro de Siria es un Estado con instituciones fuertes. Una Constitución que garantice los derechos de todos los individuos cual sea su pertenencia. Queremos una economía liberal. Pero la democracia aún está lejos de alcanzar. Nosotros no queremos poder, queremos contribuir a democratizar el país, más que entrar en la política”, aseguró.
Hasta hace un mes, el Partido Baaz actuaba como partido único en Siria.