El Parlamento georgiano aprobó este 13 de mayo el controvertido proyecto de ley sobre "influencia extranjera", a pesar de las protestas generalizadas contra un texto que, según sus críticos, sigue el modelo de una ley rusa y acerca el país a Moscú.

Con el enviado especial de RFI en Tiflis, Daniel Vallot, y la AFP

Durante una tercera y última lectura, los diputados georgianos votaron con 84 "a favor" y 30 "en contra", según imágenes transmitidas por la televisión estatal. Como muestra de la tensión reinante, los representantes de la mayoría y de la oposición chocaron brevemente a puñetazos durante los debates. Peleas similares ya habían ocurrido en las últimas semanas.

"Un regalo para Vladimir Putin"

Fuera del Parlamento, los miles de manifestantes se dividen entre la rabia y el desaliento, con mucha tensión. Para los opositores, este voto es una forma de traición. "Los diputados nos están vendiendo a Rusia", dice un manifestante. "Este es un regalo para Vladimir Putin y es insoportable. Rusia nos conquistará sin necesidad de ir a la guerra con nosotros", añade un residente de Tiflis.

A pesar de la presión ejercida por las autoridades y la policía, los manifestantes quieren seguir movilizándose. Mientras la policía ha utilizado balas de goma y gases lacrimógenos en algunas manifestaciones, la aprobación del proyecto de ley podría dar lugar a nuevos enfrentamientos.

Poco antes de la votación, un portavoz de la Unión Europea reafirmó que la adopción de este texto constituiría un "serio obstáculo" en el camino del país hacia la adhesión a la Unión Europea. Se espera que la presidenta georgiana, Salomé Zourabichvili, una proeuropea y exdiplomática francesa en conflicto abierto con el Gobierno, vete el texto votado, pero el partido Sueño Georgiano dice que tiene suficientes votos para anularlo.

"Firme voluntad de los líderes georgianos"

A pesar de las tensiones, el primer ministro georgiano, Irakli Kobakhidze, había prometido que el Parlamento votaría la ley el martes, ignorando los llamados de la calle y las críticas de Estados Unidos y la Unión Europea. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, celebró "la firme voluntad de los líderes georgianos de proteger a su país de cualquier interferencia flagrante en sus asuntos".

El Gobierno dice que su ley simplemente pretende exigir a las organizaciones que sean más transparentes sobre su financiación. La ley pide que cualquier ONG o medio de comunicación que reciba más del 20% de su financiación del extranjero se registre como una "organización que persigue los intereses de una potencia extranjera".

Sus detractores ven esto como una prueba de un nuevo apretón de tuercas, capaz de condenar la ambición de unirse algún día a la Unión Europea. Estos últimos han bautizado el texto como la "ley rusa" debido a su similitud con la legislación aprobada en Rusia para reprimir a la oposición. La referencia es particularmente delicada en Georgia. El país oscila entre las esferas de influencia rusa y europea y fue invadido por Moscú durante una intervención militar en 2008.

Un momento especialmente delicado

La controversia en torno a este texto también pone de relieve la influencia de Bidzina Ivanishvili, un rico hombre de negocios percibido como el líder en la sombra de Georgia. Primer ministro de 2012 a 2013 y ahora presidente honorario del partido Sueño Georgiano, es sospechoso de estar cerca de Rusia, país en el que hizo su fortuna. Aunque dice que quiere incorporar a Georgia a la Unión Europea, recientemente ha hecho declaraciones hostiles contra Occidente y ve a las ONG como un enemigo interno.

En 2023, las protestas masivas obligaron al partido gobernante Sueño Georgiano a abandonar un primer borrador del proyecto de ley. Pero esta vez, a pesar de más de un mes de protestas, los diputados de la mayoría lo ignoraron.

El momento es especialmente delicado en Georgia, donde las elecciones parlamentarias se celebrarán en octubre y se consideran una prueba importante para los actuales líderes. Para algunos manifestantes, el objetivo final es desalojar al Sueño Georgiano, que ha estado en el poder desde 2012.