También en América Latina el acero barato chino inunda el mercado. Las acerías, al borde de la quiebra, reclaman más impuestos. El sector chileno acaba de hacer valer sus argumentos, al menos por ahora.

Por Marie-Pierre Olphand

El año pasado, 10 millones de toneladas de acero chino inundaron América Latina. Es decir, casi un 50% más que el año anterior.

Según la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), este aumento está en consonancia con el auge de China en el mercado mundial: el país suministra ahora la mitad de todo el acero comercializado, mientras que hace 20 años sólo tenía una cuota de mercado del 15%. Recientemente, la ralentización del sector de la construcción en China ha creado un excedente de acero en el país, que queda así libre para la exportación.

Pruebas del dumping chino

Siguiendo los pasos de Janet Yellen, Secretaria del Tesoro de EE.UU., que expresó su preocupación por la sobreproducción china durante su última visita a Pekín, América Latina expresa ahora su temor a ver colapsadas sus industrias siderúrgicas locales. “Nadie está en contra del comercio mientras hablemos de comercio justo”, explicaba hace unos días el Director Ejecutivo de Alacero.

En Chile, por ejemplo, la principal acería anunció el 20 de marzo que suspendía sus operaciones porque no podía competir con el acero chino, vendido al menos un 40% más barato.

La empresa decidió remitir el asunto a la Comisión Antidistorsiones chilena. La Comisión declaró haber encontrado “indicios suficientes para sostener la existencia de dumping” por parte de China y, a raíz de ello, el Ministerio de Hacienda chileno decidió imponer impuestos provisionales de entre el 25% y el 34% al acero chino. Una primera victoria para el sector local, que ahora espera que estos recargos se conviertan en permanentes.

El caso brasileño

Brasil también reclama un aumento de los derechos de aduana. El mayor proveedor de acero de la región ha visto caer su producción algo más del 6% a medida que una oleada de acero chino inunda su mercado nacional. Como consecuencia, uno de los mayores empleadores del sector ha tenido que despedir a 700 trabajadores.

Para esgrimir sus argumentos, los defensores del acero competitivo latinoamericano apuntan al aumento de los impuestos al acero importado decidido por Estados Unidos en 2018. Un aumento que Joe Biden promete que será aún mayor.

Pero los grandes importadores de acero se encuentran actualmente atrapados entre el apoyo a su industria y el cumplimiento de los acuerdos comerciales que han firmado con China.