El alto el fuego que entró en vigor el 27 de noviembre entre Hezbolá libanés e Israel "se mantiene firme", en palabras del secretario de Estado estadounidense Anthony Blinken el miércoles 4 de diciembre. Sin embargo, se han observado violaciones que ya se han cobrado víctimas en el lado libanés. La característica clave de este alto el fuego es la creación de un "comité" o "mecanismo" de supervisión. Está formado por representantes libaneses, estadounidenses, franceses e israelíes y empieza a tomar forma.
Por Nicolas Falez, enviado especial de RFI a Beirut
Un militar, el general de brigada Guillaume Ponchin, representa a Francia en este mecanismo de supervisión del alto el fuego. Es el ex Jefe de Estado Mayor de la misión de la ONU en Malí (Minusma). Llegó al Líbano el miércoles 5 de diciembre, junto con otros tres militares franceses y dos diplomáticos. El equipo francés estará formado finalmente por unas diez personas.
Estados Unidos y Líbano también han designado a sus respectivos representantes. Por el momento no hay información sobre la parte israelí. La FINUL (Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano), presente en el sur del Líbano desde hace décadas, también estará representada en este mecanismo de supervisión.
Una tarea delicada
A este nuevo mecanismo le espera una tarea especialmente delicada, ya que, según los términos del alto el fuego, Hezbolá debe retirarse al norte del río Litani, a varias decenas de kilómetros de la frontera israelí, y desmantelar su arsenal. Al mismo tiempo, el ejército libanés debe desplegarse gradualmente en esta región, donde hasta ahora había sido prácticamente invisible porque Hezbolá se había establecido allí.
La primera fase del alto el fuego, de 60 días a partir del 27 de noviembre, será crucial para la aplicación de la Resolución 1701 de la ONU, que nunca se ha aplicado desde su adopción en 2006.