El canciller alemán Olaf Scholz estuvo en China hace unos días. Su viaje fue muy criticado en Alemania por la postura del canciller, considerada demasiado conciliadora con Pekín. La detención, el lunes 22 de abril, de tres alemanes sospechosos de espiar para China es un recordatorio de que China no es exactamente un socio económico como los demás.

Con Pascal Thibaut, corresponsal de RFI en Berlín

Los tres sospechosos habían creado una empresa para desarrollar la cooperación científica con universidades alemanas. El objetivo era obtener información, sobre todo militar, que pudiera ser útil para China. Ya se había llegado a un acuerdo para realizar un estudio sobre piezas importantes para grandes buques, en particular de combate.

Se "sospecha fuertemente" que las tres personas, identificadas como Herwig F., Ina F. y Thomas R., "trabajaron para un servicio secreto chino a partir de una fecha no definida, antes de junio de 2022″, señaló la fiscalía, encargada de los casos de espionaje en Alemania.

"Thomas R. trabajaba como agente para un miembro de los MSS [servicios secretos chinos] en China. Recolectó para él en Alemania información sobre tecnologías innovadoras que pueden ser usadas con fines militares", añadió la fiscalía.

 Herwig F. e Ina F., propietarios de una empresa en Düsseldorf, habrían servido de intermediarios con personas del mundo de la ciencia y la investigación.

En el momento de la detención del trío se estaban negociando otros proyectos de investigación. Los tres son sospechosos también de haber comprado equipos láser especiales antes de exportarlos a China sin autorización. Se trata de un procedimiento necesario en este caso, ya que los equipos podrían utilizarse con fines militares.

La Ministra del Interior alemana se congratuló esta mañana de las detenciones. Se producen pocos días después de las detenciones de dos germano-rusos acusados de intentar cometer actos de sabotaje contra la ayuda a Ucrania en nombre de Moscú.

La detención de los espías que trabajaban para Pekín reavivará sin duda el debate sobre la necesidad de que Alemania adopte una postura más firme en un momento en que el mercado chino sigue siendo esencial para muchas empresas alemanas. China es el mayor socio comercial de Alemania. Hace año y medio, los servicios secretos alemanes criticaron cierta ingenuidad de su país respecto a China. El año pasado, el Ministro de Educación habló de los riesgos de que estudiantes chinos se dedicaran al espionaje científico en Alemania.