La comunidad siria en el Líbano celebra la caída de la familia al Asad con alegría y esperanza. Exiliados en este país vecino durante años y hasta décadas,el regreso a Siria muchos lo vivirán como un descubrimiento.

Informe desde Masnaa para RFI

Líbano ha hospedado alrededor de un millón y medio de ciudadanos, muchos de ellos aseguran que están dispuestos a volver aunque no tengan trabajo ni certezas sobre el estado de sus viviendas.

Después de 54 años de poder y 13 años de guerra, el régimen sirio de la familia al Asad es historia. Y eso se percibe en los pasos fronterizos entre Líbano y Siria, como el de Masnaa, donde el flujo de refugiados sirios que emprenden el camino de vuelta es continuo. 

La toma de poder por los rebeldes da una oportunidad a los refugiados de regresar y dejar el Líbano, donde continúan los enfrentamientos aunque de forma aislada entre las milicias de Hezbollah y el ejército israelí a pesar del cese al fuego. 

Pero la caída de Bashar al Asad no es una buena noticia para todo el mundo. En el paso de Masnaa, hay momentos en los que hay más gente huyendo de Siria que regresando al país. Se trata de aquella población que es cercana al régimen caído o que percibe que puede ser vulnerable ante la nueva situación sobre el terreno. El conflicto en Siria, a diferencia del Gobierno de al Asad, todavía no ha terminado.