En Marruecos, el veredicto se esperaba con impaciencia. Los tres hombres, condenados en primera instancia a penas de entre 18 y 24 meses de cárcel por la violación de una niña de 11 años, fueron condenados esta vez a 10 años dos de ellos y a 20 años el principal acusado. Un juicio de apelación que sólo duró un día.

Con nuestro corresponsal en Rabat, Victor Mauriat

El procedimiento de apelación se inició sólo 10 días después del veredicto en primera instancia. Desde el principio de la jornada del jueves, los abogados de la parte civil pidieron que el procedimiento se llevara a cabo rápidamente. "Conocemos los hechos. Ahora debemos aplicar la ley", aseguraron al juez. En el tribunal de Rabat, el caso se resolvió en dos audiencias, y el veredicto se dictó hacia las 2 de la madrugada.

Movilización de la sociedad civil

Si el Club de la Magistratura marroquí cree que esta rapidez se debe al discurso del ministro de Justicia, Abdellatif Ouahbi –algunos magistrados también lo han criticado por haberse expresado sobre el caso, corriendo el riesgo de influir en él–, la Dra. Chaoui, una de las abogadas de la niña, se felicita por la movilización de la sociedad civil: "Creo que la movilización de la sociedad civil, y la movilización en la sociedad también, han tenido algo que ver, aunque sólo sea en la rapidez del procedimiento entre la sentencia en primera instancia y hoy, que sería el día de la sentencia para la apelación. Creo que la presión mediática y la presión social han tenido su efecto".

A pesar de las numerosas peticiones de suspensión del proceso por parte de los abogados de ambas partes, el juez quiso concluir el juicio lo antes posible, y la sentencia ejemplar envía una señal fuerte, afirma Ghizlane Mamouni, presidenta de la asociación Kif Mama Kif Baba para la igualdad de género: "Es un gran paso adelante en comparación con la decisión de primera instancia. El mensaje es que en Marruecos no se viola impunemente a las niñas".

Un veredicto que debería sentar precedente

En el juicio, los acusados negaron cualquier relación con la pequeña Sanaa, a pesar de la presencia de una prueba de ADN que identificaba a uno de ellos como el padre del niño que la niña dio a luz el año pasado. La única decepción para la parte civil fue la negativa del juez a recalificar los hechos como violación con secuestro, ya que los tres hombres fueron condenados por atentado al pudor contra una menor.

Para las numerosas asociaciones que se movilizaron en torno a este caso, este veredicto debe convertirse ahora en un precedente para que nunca más los agresores sean perdonados por los tribunales. "Esperamos que este caso sirva de ejemplo para otros juicios y que los jueces tengan en cuenta el dolor y el sufrimiento de las víctimas", expresa Amina Khalid, secretaria general del Instituto Nacional de Solidaridad con las Mujeres en Apuros (Insaf).

Más allá del veredicto, una de las abogadas de la parte civil, Fatiha Chtatou, piensa ahora en el futuro de la niña: "La sentencia dictada por el tribunal es satisfactoria. Sin embargo, no creo que esta niña pueda volver a llevar una vida normal, sobre todo porque ahora tiene un bebé. Ella misma es una niña que ha dado a luz a un niño".

Sanaa, que ahora tiene 13 años y es apoyada por el Insaf, hará una formación como peluquera en Rabat.