Para la antropóloga social Tahira Vargas García en la República Dominicana hay racismo y se práctica especialmente contra los negros dominicanos y los negros haitianos, como una negación de nuestra identidad afrodescendiente, y que viene de un discurso trujillista que ha tratado de aparentar a la población dominicana como blanca.

Dijo que el fascismo es toda práctica entre personas medidas por el color de la piel, y que en la base de la sociedad dominicana hay conductores de vehículos públicos que sacan a pasajeros de sus vehículos por su condición de negros, y que hay policías que han atacado a personas, como ella misma fue testigo en Ciudad Juan Bosch, sólo porque se trataba de haitianos que caminaban por una calle, cuando salían de un trabajo en la construcción de un edificio. El policía golpeó hasta hacerlo sangrar al trabajador haitiano, sólo por su condición de negro que trabaja en República Dominicana.

Dijo que el racismo se percibe en las filas de cualquier servicio, en las que he frecuente ver cómo a las personas negras las dejan para último, o cuando se asiste a un hospital o a una clínica, y se atiende primero a las personas blancas, o a un restaurante, en donde a los de color los dejan esperando para último o cuando en una escuela una maestra desdeña por negro a un estudiante o agrede verbalmente a una estudiante por el pelo crespo o por que utilice transas o aretes grandes o porque lleve un peinado con que no sea anglosajón.

“Es un absurdo decir que en la República Dominicana no hay racismo. Esa afirmación es una bofetada contra todas las personas negras de este país, que han vivido la discriminación en sus diversas manifestaciones”, dijo Tahira Vargas.

Dijo que el país quiere dar una imagen internacional de que no hay racismo, pero es muy evidente encontrar manifestaciones de racismo por todos lados.

Señaló que hay un discurso en que se habla mal del haitiano, porque se tiene la creencia de que eso trae ganancias políticas, pese a que en la frontera y en los barrios la gente dominicana convive con los haitianos y se han creado redes de cuidado, de atención, de solidaridad, de apoyo económico, de relaciones de compadrazgo. Explicó que en las comunidades donde viven haitianos y dominicanos es notable que los dominicanos tienen mejores casas y viven en mejores condiciones que los haitianos.

Explicó que en diversos estudios antropológicos que ha realizado ha descubierto la existencia de redes solidarias entre haitianos y dominicanos para administrar el agua, la comida, la realización de sanes, así como los cruces espirituales y de aceptación de la santería haitiana y dominicana de adoración de Belié Belcan (San Miguel), que se realiza el 29 de septiembre, o la adoración en el mes de junio de Anaísa, que tanto uno como otro se confunden en sus rituales espirituales.

Dijo que ya hay una parte de la población dominicana que convive con haitianos que ha ido aprendiendo el creole, no completo, pero expresiones que les ayudan en la convivencia y la comunicación.

Dijo que el país crece y le conviene la convivencia con los haitianos, porque los dominicanos reciben cotidianamente servicios de personas haitianas, tanto en los asuntos de seguridad en los edificios, oficios domésticos, vendedores de frutas, coqueros, motoconcho y hasta en trabajo sexual.

Explicó que los dominicanos tienen la creencia de que las mujeres haitianas tienen cocomordan, y que dan más placer por eso, y que incluso hay un político dominicano que fue herido en Haití en los años 70, porque buscaba esos placeres sexuales en haitianas. A los haitianos también les gustan las mujeres dominicanas, por la creencia de que también tienen cocomordan.

Sobre el cierre de la frontera que se ha mantenido desde principios de septiembre, dijo que es una ruptura del medio de vida de la gente de la frontera, y que aquí hay industrias que solo producen para Haití y que todo eso ha hecho mucho daño. Consideró que el peso de la frontera abierta es muy grande para la estabilidad y el progreso de las personas de las provincias fronterizas, y que el impacto lo sienten especialmente los más pobres.

“El cierre de la frontera empobrece especialmente a los más pobres. Es desolador lo que se ve en la frontera en estos momentos. El impacto socio-económico es terrible sólo se verá el daño en los próximos años”, dijo Tahira Vargas García.

Tahira fue entrevistada por el periodista Fausto Rosario Adames, en su programa ¿Y tú…qué dices?, que se divulga todos los días en AcentoTV.