Me siento muy honrado en estar aquí presente ante este público tan selecto.
Muchas Gracias al Archivo General de la Nación por la invitación y haber dedicado a mi persona este evento. De manera especial mi aprecio y agradecimiento al colega Roberto Cassa y su excelente equipo de colaboradores.
Mi trayectoria profesional ha sido tanto en derecho como en historia, por eso me siento ser un “historiador del derecho dominicano” y en ese sentido he publicado varias obras.
Hoy me toca un tema de mucho interés y de actualidad en nuestro entorno político, social, económico y cultural. Me refiero al CONSTITUCIONAL.
Veamos, dentro del horario que me toca, como lo puedo desarrollar en apretada síntesis.
Desde su independencia al presente, es decir 180 años, nuestro país ha tenido 39 constituciones, lo equivalente a 1 cada 4.6 años. ¡Demasiado inestabilidad institucional y política! Pero no somos los únicos. Para un reciente trabajo, busqué los datos de otros países de nuestro continente y encontré que Venezuela ha tenido 27, Haití 21, México tan solo 6, Colombia 9, Argentina 8. Chile 10 . El caso de Estados Unidos es diferente, con una sola Constitución (1787) pero con 18 enmiendas. Los dominicanos estamos pues, en primer lugar. ¿Por qué?
Una de las razones es que cada vez que se hace un cambio a la Constitución, por pequeño que sea, se dicta un nuevo texto. Un ejemplo reciente. Teníamos la constitución de 2010 y en el 2015, se quiso permitir que hubiera otra reelección para Danilo Medina, lo que el texto vigente no lo permitía. Así la Constitución del 2015, solo agregó una Disposición Transitoria para que Medina pudiera reelegirse en 2016, como en efecto ocurrió. Pero fue una nueva constitución.
El citado hecho del año 2015 no fue nada nuevo. Recordemos la extensión del periodo presidencial bajo Báez en 1854 y la extensión del periodo y la reelección de Horacio Vásquez en la Constitución del 1929. Y estos no han sido los únicos casos. Es que nuestros políticos a todo lo largo de la historia dominicana (salvo honrosas excepciones) han utilizado la constitución para permanecer en el poder o ampliar sus atribuciones.
Podemos pues decir que, en su mayoría, las constituciones dominicanas han sido utilizadas para maniobras reeleccionistas o ampliar periodos presidenciales.
La inestabilidad constitucional dominicana, va a la par con la inestabilidad política. Volviendo a las estadísticas, vemos que desde el 1844 al 2024 los ciudadanos que han pasado por el solio presidencial suman 49, entre los que tomaron el poder en forma violenta y los electos en comicios, muchos de ellos fraudulentos.
Podemos contar presidentes tiranos como Santana, Báez, Heureaux y Trujillo. Demócratas como Espaillat, Luperón, Guzmán, Jorge Blanco y los más recientes demócratas, Fernández, Mejía, Medina y el actual Abinader.
También hemos tenido Presidentes títeres como Peynado, Troncoso y Héctor Trujillo. Provisionales como Jacinto de Castro, Figuereo, Estrella Ureña y García Godoy. En cuanto a Joaquín Balaguer, lo trataré más adelante.
Volviendo a las constituciones, que es el tema de esta conferencia, vemos que por norma había que tener una, aunque no la obedecieran. Eso nos recuerda que, en la época colonial en nuestra isla, cuando llegaba de España alguna ley o decreto (Real Cédula del Rey) que no convenia, el Gobernador de la colonia se la ponía sobre la cabeza y decía: “Se obedece, pero no se cumple”. Eso mismo han hecho muchos de nuestros gobernantes.
Buscando una explicación lógica a esa situación, se me ha ocurrido lo siguiente: En la época colonial, a Norteamérica llegaron emigrantes ingleses, que huían de persecuciones religiosas, pero que llevaban en sus equipajes, las leyes dictadas por el Parlamento y que preveían derechos a los colonos a tener sus legislaturas locales que también promulgaban disposiciones. Cada una de las 13 colonias, inglesas tenían un gobernador designado por el Rey en Londres, pero además un legislativo local las llamadas “House of Burgueses” con poderes limitados. Había pues una real democracia y eso pasó al pueblo de Norteamérica, cuando se independizó en el año 1776.
En cambio, las colonias españolas en el sur, eran regidas por virreyes o gobernadores que tenían poderes absolutos. No había más leyes que las que venían desde España, sin parlamentos locales. En fin, sin derecho a representación. Ese sistema absolutista y sin representación del pueblo, continuó cuando las colonias se independizaron en las primeras décadas del siglo XIX. Nuestro pueblo no fue excepción.
Esto quizás explica la razón de la estabilidad institucional de Estados Unidos y la inestabilidad de las repúblicas latinoamericanas, donde todavía en el siglo XXI hay dictaduras, revoluciones, elecciones fraudulentas y golpes de estado.
Para orgullo nuestro, en República Dominicana la última dictadura terminó hace 63 años y el último golpe de estado (1963) hace 61 años y elecciones periódicas desde 1966. Estamos mejor que muchos otros países. Es cierto que no todo ha sido democracia plena ni elecciones totalmente libres, pero se ha avanzado mucho.
Entonces. ¿Si hemos tenido estabilidad desde 1966, porqué desde esa fecha nos hemos dado 4 constituciones, en 1966, 1994, 2002, 2010 y 2015?
La razón es que los cambios han sido mayormente coyunturales y para regular la reelección presidencial. Salvo el texto del 2010, esa ha sido la causa. La ambición de permanecer en el poder, se ha convertido en una fuerza dominante.
Así pues, debemos reconocer que en nuestro país hay un principio no escrito, pero nefasto. “LA CONSTITUCION DEBE SOMETERSE AL PRESIDENTE,” cuando lo correcto sería que “EL PRESIDENTE DEBE SOMETERSE A LA CONSTITUCION”. ¡Es que cada presidente quiere tener SU propia constitución!
Veamos ahora brevemente cuales han sido las MALAS Y MUY MALAS, las BUENAS Y MUY BUENAS de nuestras constituciones, según lo que han aportado al bienestar del pueblo dominicano.
La primera, de 1844 debió haber sido buena, pero el articulo 210, la dañó con los enormes poderes que otorgó a Santana y por esa razón la califico como MUY MALA. Las demás constituciones bajo Santana eran todas MALAS, por sus perfiles despóticos y continuistas. Todas las de Báez , fueron MALAS hasta llegar a la MUY MALA, que dispuso en 1877 que en las elecciones, el voto debía ser “directo y oral” y daba al mandatario el título de Gran Ciudadano.
Bajo Meriño, la Constitución del 1881 fue MALA, ya que el derecho a la vida no aparece en ellas. Bajo Heureaux, se dictaron 2 constituciones, ambas MALAS. La primera de 1887, porque amplió el periodo presidencial de 2 a 4 años, pero en forma indirecta (por colegios electorales) y con posible reelección. La segunda, del 1896 el dictador, ya titulado “El Pacificador”, permitió que él gobernara por reelecciones ilimitadas. Pero 3 años después, fue asesinado en Moca en julio del 1899.
Se inicia el siglo XX. El desastre económico que había dejado el gobierno de Heureaux, con una enorme deuda externa, provocó que el Gobierno de Estados Unidos tomara el control de nuestras aduanas y con el producto de sus ingresos, irla pagando. Pero internamente continuamos inestables. Entre 1899 y 1908 tuvimos 6 presidentes y con la constitución de 1896 que seguía vigente.
Fue bajo el gobierno de Ramón Cáceres, en 1907 que se dictó una nueva constitución. Podemos decir que fue una constitución BUENA pues eliminó rastros de la del 1896, ya que estableció la inviolabilidad de la vida como uno de los derechos fundamentales y lo mismo el derecho de elegir y ser elegido, el derecho a denunciar la inconstitucionalidad de una ley y el derecho de petición. Pero fue de muy corta duración, pues al año siguiente fue sustituida.
La Constitución del 1908 ha sido una de las mejores de ese periodo. Cáceres seguía en el poder y había estabilidad política. Se introdujeron cambios que aún perduran. Importante fue que se estableció el recurso de casación en materia judicial. Al congreso se le dio facultad para legislar sobre la conservación de los monumentos antiguos y constituir la arqueología nacional. En el preámbulo. En vez de invocar, como las de antes, al “Supremo Autor y Legislador del Universo”, este texto se inició con la corta frase; “En nombre del Pueblo”, Se estableció que ningún dominicano podía alegar otra nacionalidad mientras estuviera en el país. Se abolió el cargo de vicepresidente de la República, estableciendo que, en caso de falta del presidente, el Congreso era quien designaba el sustituto, Este texto duró hasta 1916. Vemos que fue Otra BUENA constitución. A diferencia de las demás, la constituyente se reunió en Santiago, no en la capital,
La inestabilidad política continuaba y las recaudaciones fiscales disminuyeron de tal forma que el gobierno de Estados Unidos que no veía solución por parte de los dominicanos de pagar su enorme deuda externa, en 1916, decidió ocupar militarmente el país. Así, el 29 de noviembre de ese año tropas del Marine Corps desembarcaron y pusieron fin a nuestra soberanía y a su constitución. ¡Nos quedamos sin Carta Magna!
Los 8 años de ocupación terminaron con un acuerdo en 1922, que previó elecciones libres y una nueva constitución. Así sucedió y una asamblea constituyente se reunió entre abril y junio de 1924. Mientras tanto en unos comicios libres, Horacio Vásquez ganó la presidencia y con límite de 4 años solamente.
Así tenemos la Constitución del 13 de junio de 1924, una de las más importantes de siglo XX dominicano. La podemos calificar como BUENA porque enfatizó el derecho a la vida, las elecciones directas, la no reelección inmediata, la creación de la Junta Centra Electoral y el control constitucional por parte de la Suprema Corte, entre otras novedades. Esta constitución tuvo corta duración, pues a solo 3 años de su promulgación, fue modificada, para mal del país, pues se nos quiso llevar al viejo sistema de reelecciones y prolongaciones. ¡No aprendíamos del pasado!
Así vemos que Vásquez quiso prolongar su mandato y así un sumiso congreso dictó en junio de 1927 un nuevo texto que lo mantendría en el poder hasta 1930. No hay dudas de que esta fue una MALA e innecesaria constitución en una época cuando el país se modernizaba y buscaba estabilidad política.
En enero 9 del 1929, se dictó otra constitución, esta vez por razones importantes que la hacen una BUENA y es que se negociaba con Haití un tratado que aclarara cual sería la real frontera entre ambas naciones, Ya no sería lo convenido bajo el Tratado de Aranjuez como decían las anteriores, sino lo que acordara ese acuerdo cuando fuese ratificado. La vieja disputa quedaba resuelta.
LAS 8 CONSTITUCIONES BAJO TRUJILLO.
Se pensaría que bajo una dictadura tan feroz como la de Rafael Trujillo (1930-1961) todas las constituciones serian malas y la mayoría lo fueron. Pero dos de ellas fueron beneficiosas para el pueblo dominicano. Nos referimos a las de 1942 y 1947.
La de enero de 1942 daba a la mujer dominicana por primera vez el derecho el voto. Además, estableció normas sobre los derechos de la clase obrera, lo que le da el carácter de BUENA, aunque por otra parte extendió el periodo presidencial de 4 a 5 años y suprimió la vicepresidencia de la república.
La segunda, del año 1947 estableció un nuevo sistema monetario y bancario en el país. En ese año se planeaba saldar nuestra deuda externa, lo que permitiría una autonomía financiera, al no depender ya del control norteamericano que teníamos desde 1907. Eso permitió que bajo esta Constitución se estableciera el Peso como nuestra propia moneda, eliminado el dólar estadounidense y se creó el Banco Central de la República, MUY BUENA, aun bajo una dictadura.
Habíamos saltado la Constitución del 1934 por ser menos importante. En ella se aumentaron a favor del Poder Ejecutivo la facultad de “legislar acerca de toda materia que no sea de la competencia de otro Poder del Estado o contraria a la Constitución, ” aumentando así los poderes de Trujillo. Así que fue MALA.
En diciembre de 1955 tuvimos una nueva constitución, En ese año Trujillo cumplía 25 años gobernando al país, lo que ese fue celebrado con una Feria Internacional y declarando ese año “Año del Benefactor de la Patria”, Entre otros temas se dispuso que los bienes de expresidentes y “benefactores” eran inembargables; se reconoció que el Partido Dominicano (único permitido) era “el agente de civilización para el pueblo dominicano”. El comunismo se declaró incompatible con los principios constitucionales. Otros temas menores fueron que se permitió la desheredación de hijos y se le dio carácter constitucional al Concordato celebrado entre el país y el Vaticano. Evidentemente una MUY MALA CONSTITUCION.
Cuatro años después se dictó la Constitución del 7 de noviembre de 1959. Su único propósito fue cambiar la forma de modificarla, quedando ese derecho en manos de legisladores, actuando como Asamblea Nacional.
La última Constitución bajo Trujillo, fue la de junio 1960, cuando su régimen se tambaleaba, con crisis interna e internacional. Varios complots para acabar el régimen fueron develados y la jerarquía católica le retiró su apoyo. Ese nuevo texto permitió que por ley se pudiera aplicar la pena de muerte, la incompatibilidad del comunismo fue eliminada y redujo los periodos presidenciales y legislativos de 5 a 4 años. MALA Constitución.
La última constitución bajo Trujillo se dictó ese mismo año, el 2 de diciembre de 1960. El Gobierno dominicano había sido condenado internacionalmente por su intento de asesinar al presidente de Venezuela y éramos ya una paria en América, habiendo todos los países de ese continente roto relaciones diplomáticas y económicas con la República Dominicana. Este texto tuvo como finalidad consagrar que el país no favorecería una condena en contra de un país hermano de América. Se abolió el cargo de vicepresidente y en caso de vacancia de la presidencia, seria designado por el congreso. MALA.
Cinco meses después de promulgada esta constitución, Trujillo perdió la vida en un atentado perpetuado por algunos de sus más cercanos colaboradores. El 30 de mayo de 1961 ha quedado en nuestra historia como el DIA DE LA LIBERTAD, aunque el régimen en sí duró algunos meses más.
El resto del año 1961 fue muy agitado, con la formación de grupos y partidos políticos, la llegada de los exiliados y enfrentamientos entre la policía y los jóvenes que buscaban el desmantelamiento total de los vestigios de la dictadura. En noviembre de ese año un golpe militar logró la salida de la familia Trujillo y el retorno a la democracia, Finalmente en diciembre se llegó a un consenso que llevó a que el Congreso reunido como Asamblea Nacional, modificara la vigente constitución. Se acordó que a partir de enero 1962 el país sería gobernado por un Consejo de Estado, cuya misión seria preparar elecciones libres y organizar la nación como un estado democrático. Esa fue la MUY BUENA Constitución del 29 de diciembre de 1961. Se destaca en ella devolver a la capital de la república su antiguo nombre de Santo Domingo, permitir la confiscación de bienes mal habidos con la creación de un tribunal ad-hoc a esos fines.
Logrado todo lo anterior, el Consejo de Estado (dirigido al principio por Joaquín Balaguer y luego por Rafael Bonnelly) se pasó todo ese año 1962 dictando la legislación que adecuara al país a su nueva vida democrática. Se dispuso que habría elecciones generales para agosto de 1962.
Pronto el Consejo de Estado reconoció que no había tiempo para organizar elecciones en agosto de ese año, como requerida la Constitución, por lo que, usando sus facultades, dictó un nuevo texto en fecha 16 de septiembre de ese año.
La Constitución del 16 de septiembre de 1962 tuvo por objetivo crear de nuevo la vicepresidencia de la república, la no reelección inmediata a nivel presidencial y la celebración de elecciones generales el 20 de diciembre, Por ser una constitución que buscaba llevarnos a la democracia, la consideramos BUENA.
Esas elecciones del 20 de diciembre fueron totalmente libres y muy concurridas. La presidencia la ganó con el 59% de los votos el dirigente del Partido Revolucionario Dominicano, Juan Bosch, recientemente llegado del exilio. Bosch tomó posesión a su cargo el 27 de febrero de 1963 normalizando el país bajo un régimen democrático.
Una de las constituciones dominicanas más importantes y quizás la más controvertida es la del 29 de abril de 1963. Los diputados electos en los comicios de diciembre del 1962 fueron los constituyentes y como el partido de Bosch, el PRD sacó amplia mayoría en el congreso, y esa sería la “Constitución de Bosch”.
Bosch fue un destacado intelectual que por que adversar la dictadura de Trujillo tuvo que exiliarse en 1938. Durante su exilio en Cuba fundó el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) de tendencia socialdemócrata y trajo esa ideología al país cuando regresó en 1961. Ella fue la que inspiró la Constitución del 29 de abril del año 1963.
En su preámbulo se decía que esa constitución era “humana, democrática y revolucionaria”. Fueron muchos los artículos que traían novedades a nuestra política. Mencionemos las más importantes: La libertad de trabajo, el derecho a la huelga y al paro; el derecho a los trabajadores participar en los beneficios de las empresas donde laboraban, la prohibición del latifundio, la declaración de que solo personas físicas dominicanas podían ser propietarias de la tierra, el derecho a cada familia campesina a ser dueña de su pedazo de tierra. que “la ciencia sería el fundamento básico de la educación” (no la religión); la prohibición de expulsar a los dominicanos de su país. La reelección inmediata fue prohibida. Esos principios tan revolucionarios para esa época fueron acogidos por los grupos sindicales y campesinos, pero rechazados por los conservadores.
Es mi parecer, que Bosch olvidaba que en la Republica Dominicana, de hecho, no era el pueblo quien gobernaba, sino que el poder “de facto” estaba en manos del gobierno de Estados Unidos, las Fuerzas Armadas dominicanas, el empresariado y la jerarquía católica. Contra esos poderosos grupos se enfrentarían Bosch, su gobierno y su constitución que califico como MUY BUENA, pero que por las razones indicadas duró lo que su gobierno. El 25 de septiembre de ese año, un golpe militar tumbó el gobierno y con ello quedó abolida esa Constitución.
Los años siguientes fueron intranquilos para los dominicanos, quienes habían pensado que la caída de la dictadura le traería paz, democracia y progreso. En vez nos llegó un gobierno provisional ilegitimo, el Triunvirato, una revolución seguida de una intervención militar extranjera y otro gobierno provisional, todo sin constitución. Ello a pesar de que luego de la “Revolución de Abril” y la intervención, para tratar de llegar a alguna normalidad, se dictó el llamado “Acta Institucional” del 5 de septiembre de 1965, que tomaba disposiciones de textos anteriores, sin grandes novedades, pues se reconocía que era provisional. No puede considerarse como una constitución.
Lo que sí resulta interesante es consignar que siendo la mayoría de las revoluciones en nuestro país para derrocar gobiernos y derogar constituciones, “la “Revolución de Abril” la de 1965 fue para reponer una.
En 1966, se dictó la constitución de más larga duración en nuestra historia. ¡Permaneció 28 años! Fue moderadamente conservadora como veremos.
Joaquín Balaguer había sido electo en los comicios de junio 1º, 1966 con el 56% de los votos a nivel presidencial y gran mayoría en el congreso, por lo que esta constitución fue la suya. En ella se mantuvieron los principales derechos humano de textos anteriores, como el derecho a la vida y la prohibición de la pena de muerte. Pero a nuestro juicio el punto más importante figura en el Art, 4 que textualmente dice. “El Poder Ejecutivo se ejerce por el Presidente de la República, quien será elegido cada cuatro años por voto directo.” Con esas sencillas palabras, se aprobó la reelección sin límites, lo que permitió a Balaguer gobernar por 12 años entre 1966 y 1978 y luego por 10 más entre 1986 y 1990.
¿Cómo calificamos esta constitución? Yo diría que MALA pues además de ser muy conservadora, permitió la permanencia en el poder por tiempo indefinido a uno de los dirigentes políticos más controversiales del siglo XX. Esta constitución rigió aún bajo los gobiernos democráticos del PRD de Antonio Guzmán y Salvador Jorge Blanco, pues como el congreso estaba en manos de los balagueristas, ellos no podían modificarla.
Fue en agosto de 1994 que la longeva constitución de 1966 fue sustituida y surgió debido a una gran crisis política ese año. Balaguer había sido reelecto varias veces en comicios muy cuestionados (1970, 1974 y 1986) y quiso reelegirse en 1994 y se pudo evidenciar que sería a través de otro fraude. Efectivamente, al verificarse los resultados de los comicios del 16 de mayo de ese año, Balaguer apareció el 42% de los votos y el opositor José Francisco Peña Gómez con el 41%. Bosch solo logró el 13%. Esa cercanía de votos entre Balaguer y Peña Gómez llevó a una crisis que solo se pudo resolver con un acuerdo llamado “Pacto Por la Democracia” que dispuso adelantar las elecciones presidenciales en 1996 y en las cuales Balaguer no se postularía.
Ha sido muy importante la Constitución del 20 de agosto de 1994. Ya los principales lideres del siglo XX, Balaguer, Bosch y Peña Gómez estaban en las postrimerías de sus vidas y surgían nuevas figuras y nuevos partidos.
Esta Constitución, que la califico MUY BUENA quitó al Senado el poder de designar a los jueces, creando un nuevo organismo, el Consejo Nacional de la Magistratura, compuesto por representantes de los tres poderes del Estado, que podía ser más ecuánime a la hora de escoger los jueces. Se prohibió la reelección inmediata; se separaron las elecciones para que las municipales no se celebraren junto a las presidenciales y congresuales. También se estableció la doble vuelta electoral para el caso de que ningún candidato obtuviera más de la mitad de los votos. El recurso de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia fue otro logro. Muchas de esas novedades se han mantenido hasta hoy.
La próxima constitución fue dictada 8 años después, el 25 de julio del 2002, siendo la primera del siglo XXI. Fue, como tantas otras, buscando la extensión del periodo del presidente en el poder. Se trata de Hipólito Mejía, electo en 2002, que quería repetir en el 2006, para lo cual había que permitir un segundo periodo para el mandatario, lo que la constitución no permitía. Ese fue el cambio propuesto y logrado, Nada de fondo o provechoso para el país. Lo curioso de este caso es que Mejía perdió las elecciones con solo el 33% de los votos y su rival, Leonel Fernández logrando el 57%, ¡Ironías el destino! MALA constitución.
La CONSTITUCION DE LA CONSULTA POPULAR DEL 2010.
Importantísima constitución. El presidente de entonces, Leonel Fernández, dispuso en agosto del 2006 crear una Comisión de Juristas que sugiriese los cambios necesarios. Esa comisión trabajó varios meses en un inédito caso de buscar un consenso sobre lo que debía contener el nuevo texto. Lo logrado fue mucho y resumimos: Se reconoció el derecho a la vida “desde la concepción hasta la muerte,” con lo cual el aborto quedó prohibido, lo que ha provocado muchas polémicas en el país. La creación del Tribunal Constitucional fue quizás la novedad más interesante de esta constitución. Como control popular se establecieron el Plebiscito y el Referéndum, importante novedad, pero que requiere leyes que los organicen, lo que aún no se ha logrado.
Los Derechos fundamentales se dividieron en varios títulos, destacándose como nuevos los derechos económicos y sociales, los derechos culturales y deportivos, los derechos colectivos y del medio ambiente,
Como vemos esta es una constitución muy inclusiva, detallada y novedosa, por lo que es una MUY BUENA CONSTITUCION
LA CONSTITUCION DEL 13 DE JUNIO DE 2015.
A escasos 5 años del texto del 2010, de nuevo se modificó nuestra constitución, pero solo con el objeto de permitir la reelección del presidente de turno, O sea que volvimos al viejo sistema de que muchos mandatarios querían SU CONSTITUCION. En este caso Danilo Medina logró el cambio y pudo reelegirse, repitiendo esos muchos casos en la historia dominicana, Una MALA Constitución.
Hoy justamente estamos en el proceso para darnos una nueva constitución. Será la 40ava. Ojalá sea BUENA para el bien del país.
Aquí concluimos este largo y tortuoso camino en la vida constitucional dominicana. Gracias por su paciencia al escucharme.
Santo Domingo, 14 de Octubre del 2024