Monseñor Alfredo de la Cruz Baldera, Obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís, planteó la necesidad del diálogo como única salida viable a la crisis generada con la construcción de un canal para extraer agua del río Masacre, en territorio haitiano, señalando que la paz y el diálogo no pueden agotarse.
Al mismo tiempo negó que en la República Dominicano exista racismo, señalando que lo que hay es un sentimiento anti haitiano alojado por razones históricas.
Dijo que como hombre de fe, “nosotros los cristianos tenemos una perspectiva distinta a lo que se piensa a nivel político, a nivel económico o a nivel social, pues el cristianismo es fruto de la emigración, de emigrantes y Jesús tuvo contactos con emigrantes”.
El evangelio llama a procurar la paz, dichoso el que trabaja por la paz, porque será llamado hijo de Dios”, refirió.
Monseñor De la Cruz Baldera, estima que cuando los ánimos están medio caldeados por situaciones de conflictos, lo que debemos hacer el procurar la paz.
Significó que la paz y el diálogo no pueden agotarse “pues cuando ya no hay posibilidad de diálogo, viene el conflicto, que hay que evitarlo a toda costa, porque una vez que se inicia un conflicto es difícil llegar a un acuerdo.
Añadió que el acuerdo debe llegar antes del conflicto, como dice la biblia “si tu hermano va a presentar una ofrenda, devuélvete y ve y ponte en paz con tu hermano”
“Algunos alegan que es difícil ese dialogo con Haití, porque en ese país dominan bandas que no buscan dialogo y no se está en conversación con un gobierno formal, sino que tiene muchas informalidades y esto dificulta el diálogo, pero no es así, ya que en Haití hay personas con las cuales se puede hablar, con quienes se puede apelar”.
Expuso que ya la conferencia del episcopado de Haití y la conferencia del episcopado de República Dominicana, se han pronunciado llamando a procurar la paz.
Sugirió que la misma conferencia del episcopado, la iglesia evangélica, pueden mediar para buscar el diálogo con Haití y crear una mesa de dialogo binacional.
“Esos grupos que andan por ahí, tratando de aprovechar situaciones de debilidades de Haití, de situación de conflictos históricos, que no tengan la última palabra, sino que nosotros también nos pronunciemos y ayudemos siempre a la calma”, sustentó.
El Obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís, instó a los católicos, a los cristianos a no promover el odio y la incomprensión a través de las redes sociales
Dijo que la República Dominicana es un pueblo muy amable con los extranjeros “eso es una marca de país”.
Empero señaló que, frente al pueblo haitiano, la historia nos ha hecho, que en cierto sentido, tengamos resentimiento, pero que no existe racismo.
Recordó que cuando estaba pequeño, en su comunidad había una notable presencia de ciudadanos haitianos y su madre le decía “cuando vea un haitiano, corre, porque le gusta comer muchachitos gorditos y buchitos como tú” y un niño que crece con eso, se desarrolla con miedo.
Dijo que cuando se convive en lugares donde residen ciudadanos haitianos, se comprueba que eso no es así, señalando que hasta 1937, antes de matanza, haitianos y dominicanos y dominicanos y haitianos se casaban y convivían y hoy en día el comercio se comparte, se trabaja, pero “hay sectores que se aprovechan de cualquier situación y viven echándole gasolina al fuego, lo cual no es correcto, porque nos hace daños a nvel internacional y nacional.