Magaly Caram, directora ejecutiva de Profamilia, admitió el poder político de la jerarquía católica, pero aclaró que su influencia en los procesos electorales ha disminuido y es una pena que los partidos políticos le concedan en la práctica todas las posiciones de la Iglesia, incluyendo beneficios económicos, sin tomar en cuenta que eso va contra los intereses de la sociedad, a la que se deben.

Explicó que la jerarquía católica se sienta en la mesa con presidentes, legisladores y políticas para chantajear con el respaldo que tienen en los púlpitos. Consideró que el país, por el sendero que lo llevan los partidos, va camino a una teocracia y a que sean las iglesias las que tomen las decisiones trascendentes de la política y la sociedad.

Dijo que la sociedad dominicana ha comenzado a movilizarse con el tema del Código Penal, y que todas las organizaciones, de mujeres, campesinas, asociaciones científicas, profesionales, incluyendo algunos organismos oficiales, han dicho que no a un código que es un retroceso político e institucional, como el que fue aprobado por el senado y está siendo conocido por los diputados.

“Yo no me opongo a lo religioso, pese las iglesias tienen una separación del Estado, y así debe ser, lo religioso es lo privado, lo individual, y no es posible que quieran imponer sus normas como políticas públicas”, dijo Magaly Caram.

Dijo que las iglesias están queriendo imponer algo propio de la edad media, y que en el fondo lo que está padeciendo la sociedad son actos de violencia política, que ha sido ejercida desde la colonización, cuando la Iglesia católica participaba de la imposición de las políticas imperiales de las metrópolis.

Los valores que las iglesias quieren imponer no son universales, decisiones que no tienen que ser practicadas por todos los países, como las eximentes de responsabilidad penal por aborto en tres condiciones. Solo cinco países no han aprobado las tres causales, entre ellos la República Dominicana.

Sostuvo que lo religioso está jugando un papel político inaceptable en esta época. Reveló que fue a conversar con el presidente de un partido político sobre las tres causales, y que ese líder político la remitió a ponerse de acuerdo con la Conferencia del Episcopado Dominicano.

Dijo que la ciencia ha resuelto muchas de las cuestiones dudosas en que se sostenía la Iglesia, y que la modernidad, los convenios internacionales firmados por el país lo inducen a aprobar las tres causales, como parte de los derechos humanos, de los derechos sociales, políticos y culturales, y que todos estos derechos están siendo pisoteados por el Código Penal en discusión en el Congreso.

“Queremos un código moderno, consensuado, que condene las prácticas de delito, que defienda los derechos de las mujeres, las niñas y adolescentes, no un código que proteja esas iniquidades”, declaró Caram.

Lamentó que el Senado, que se supone integrado por gente serena y sabia, haya aprobado el código sin leerlo. “No es posible”, afirmó.

Lamentó que en la vista pública de la Cámara de Diputados apenas se haya otorgado tres minutos a cada ponente, y que fuera solo un día. Y advirtió que si el código es aprobado como está el presidente tiene el derecho y el deber de vetarlo, porque él dijo que estaba de acuerdo con las tres causales, y ese compromiso estuvo en su programa de gobierno.

Recomendó a los legisladores no cocinar en una semana el Código Penal, porque esa pieza no responde a las demandas de las mujeres, muchas que han muerto precisamente por la imposición de la condena a las tres causales.

Recordó que el país no imparte educación sexual en las escuelas, tenemos la tragedia de los embarazos en adolescentes, y tampoco se permite a las mujeres utilizar métodos anticonceptivos, todo porque la Iglesia así lo quiere.

Lamentó que el Ministerio de Salud Pública recientemente clausurara el área de igualdad de género para acoger las peticiones de los grupos religiosos.

Magaly Caram fue entrevistada por Fausto Rosario Adames, en su programa ¿Y tú…qué dices?, que se divulga diariamente en AcentoTV.