Recientemente, el conocido tele evangelista Pat Robertson falleció a la edad de 93 años en su residencia de Virginia, EE.UU. En vida, fue conocido como un acaudalado pastor bautista que a través de su influencia en la televisión Norteamérica contribuyo a sentar las bases de la derecha protestante como movimiento político y su posterior captura del partido republicano. Marion Gordon “Pat” Robertson, nació el 22 de marzo de 1930 en Lexington, Virginia. Hijo de un veterano congresista y senador por dicho estado A. Willis Robertson quien ostento dicha curul como diputado de1933-1945 y luego en el senado de 1946-1966. Rabiosamente racista, y opuesto a toda la legislación en materia de derechos civiles hacia los afros estadounidenses. Pat cuenta en su árbol genealógico con dos presidentes: William Henry Harrison y Benjamín Harrison por lo que el poder siempre estuvo cerca del futuro tele evangelista.
A los 18 años, Robertson se enlistó en la infantería de Marina participando luego en la Guerra de Corea. Su participación allí fue inflada por este por supuestos actos heroicos que luego fueron desmentido.
Posteriormente ingresa a la universidad de Yale cursando la carrera de Derecho, pero no logra pasar el examen para ser admitido al Estado de Nueva York como abogado licenciado. Decepcionado y convertido al cristianismo ingreso al Seminario Teológico de Nueva York donde obtuvo su título en 1959. Luego de ministrar como pastor en la sección de Bedford-Stuyvesant en Brooklyn, decide emprender un nuevo ministerio comprando una estación de televisión casi en bancarrota en Portsmouth, Virginia en 1960 y desde allí lanza The Christian Broadcasting Network (red cristiana de transmisión) en 1961 establecida como entidad sin fines de lucro y exenta del pago de impuestos, la CBN con el correr de los años trajo millones de dólares al emporio mediático fundado por Robertson. Tan solo en el 2022, su reporte financiero revelo la entrada de 321 millones de dólares en “apoyo ministerial”.
Posteriormente, en una entrevista diría que empezó la empresa con unos $ 70 dólares. En 1966 nace el programa el Club 700. Un programa de transmisión diaria alternaría con el Rev. Jim Bakker quien luego fuese descubierto en varios escándalos sexuales. Mediante la apelación a donaciones de los televidentes, el programa creció exponencialmente, logrando notoriedad tanto a nivel nacional como internacional. El éxito empresarial lo llevo a seguir expandiendo el radio de acción del emporio fundando además una universidad cristiana Regent University con el objetivo de “entrenar lideres cristianos para cambiar el mundo” y también la Operation Blessing (operación bendición) una organización humanitaria, así como también The American Center for Law and Justice (Centro Americano Para la Ley y la Justicia). El programa Club 700 añadió además un noticiario y paulatinamente el formato se ajustó a los populares talk shows que empezaron a popularizarse en la televisión norteamericana. En el mismo, de manera casual, espontanea, se trataban temas políticos afines con la agenda cristiana-conservadora, curaciones milagrosas y meditaciones bíblicas. Con su incuestionable influencia dentro de los hogares cristianos blancos, el programa llego a entrevistar a varios presidentes como Jimmy Carter, el mismo Reagan y Donald Trump.
Ronald Reagan, consciente del potencial que los extremistas religiosos dentro del partido republicano, decidió utilizarlos trayendo en sus discursos preelectorales los mismos temas que enardecían la derecha religiosa. Robertson contribuyó a la campana electoral de Reagan con el movimiento la Voz Cristiana que agrupaba varios grupos opuestos a la pornografía y al movimiento antigai estadounidense. Robertson inclusive fue parte del rally a favor de Reagan Washington para Jesús en donde con una retórica llena de pronósticos apocalípticos y catastróficos alertaba a los oyentes que el país enfrentaba “el peligro máximo” en los próximos años y que la única alternativa era “el caos o Jesucristo”. Posteriormente, junto a Tim La Haye organizó The American Coalition for Traditional Values con el objetivo de registrar un millón de creyentes para votar en las elecciones.
En 1988 lanzo su candidatura por el partido republicano a la presidencia trayendo consigo la gran audiencia protestante a la arena política y según él, poder reencauzar una nación cuya estatura moral estaba a la deriva. Aunque no salió electo, dio su apoyo la gestión de G.W. Bush. Aun con ambiciones presidenciales, la derrota no amaino sus aspiraciones y en 1989 encabeza la Christian Coalition con el fin de avanzar sus intereses en la esfera política. La coalición con el tiempo se convirtió en una de las fuerzas mas influyentes dentro del partido republicano durante los 90s logrando movilizar el voto de la derecha protestante blanca mediante un agresivo activismo de su base con la cual los lideres de la bancada republicana tuvieron que pactar. De ahí que Robertson lograra “cementar la alianza entre los cristianos conservadores y el partido republicano” según el profesor emérito de la universidad de Akron John C. Green. Robertson, en los anales de la historia estadounidense habrá de ser reconocido entre los primeros tele evangelistas que logro llevar la fe individual de los creyentes de la esfera privada hacia la arena secular de la política. En gran medida, y gracias a sus esfuerzos, contactos y genio organizativo, Robertson se convirtió en una fuerza dentro de la naciente derecha protestante.
Larry J. Sabato, catedrático en la universidad de Virginia dentro del departamento de ciencias políticas ha indicado que dentro de todas las figuras en los medios con aspiraciones políticas en Norteamérica, Robertson pudo eclipsar a sus predecesores al combinar su impresionante destreza en la tele, su campaña de donativos y sus aspiraciones presidenciales con un impacto sustancial. Además de su programa televisivo, Robertson participo en innumerables apariciones públicas y produjo docenas de libros y videos creando todo un imperio que llego a presupuestal mas de 300 millones al año.
El autor William Martin en su clásica obra sobre la derecha protestante estadounidense intitulada With God On Our Side: The Rise of the Religious Right in America (Con Dios de nuestro lado: el surgimiento de la derecha religiosa) (1996) nos dice que con individuos como Pat Robertson y otros actores claves (como la también tele evangelista Jerry Falwell, (fundador de la Mayoría Moral); “los cristianos evangélicos ya tenían ante si una gran causa, un líder, un abanderado defensor que hablaba de su mismo dolor, a sus corazones y era capaz de hablar y hacerse escuchar”.
Y fue tanto lo que hablo que un incontable número de declaraciones disparatadas, juicios desatinados y paranoicos hoy adornan su dilatada carrera en el ámbito evangélico y político. En 1985 por ejemplo, salió con la especie de que, tras orar, el huracán Gloria no tocaría su estado natal Virginia Beach. Con una arrogante petulancia, simulo una piedad religiosa para avanzar su propia agenda política de acumular poder y renombre. Este señor fue objeto de ridiculez con la cantidad de profecías que hizo y no se cumplieron. Sus pronunciamientos fuera de toda lógica y evidencia empírica continuaron con el tiempo sin que nadie lo pudiera callar. La captura del congreso por Newt Gingrich en 1994 no pudo haber ocurrido sin la ayuda la de Christian Coalition quien lanzo una feroz campaña de desinformación en todas las congregaciones protestantes afines, con información falsa que implicaba congresistas demócratas en supuestos apoyo al arte obsceno, aborto, homosexualidad. 20 millones de guías a votantes fueron impresas y diseminadas días antes de las votaciones para no dar tiempo a los congresistas demócratas injuriados a reaccionar y condenar la acción.
En el 2001, tras los ataques del 9/11 apoyo la tesis esgrimida por el también tele evangelista Jerry Fallwell de que los mismos fueron el castigo divino por “los paganos, pro aborto y feministas, y los gais y lesbianas”. Luego de una amplia crítica y un pronunciamiento de parte de la administración Bush, Falwell por lo menos pidió una disculpa disimulada. Y es que para este simulador, mercader, había una cierta obsesión en contra de los homosexuales y lesbianas. En 1998 advirtió a Disney World y a la ciudad de Orlando que, de seguir ondeando la bandera del arcoíris gay, Dios pudiese castigar el estado con tornados, ciclones y hasta un meteorito. Durante su campaña electoral del 2000, el candidato republicano John McCain fustigo públicamente a Jerry Falwell y Pat Robertson acusándolos de ser “agentes de la intolerancia”.
En el 2005, en una de sus múltiples excrecencias verbales, sugirió que las fuerzas especializadas estadounidenses debían asesinar al presidente Venezolano, Hugo Chávez, ya que resultaría mas barato que empezar una guerra. Luego de la apabullante critica recibida, en ningún momento pidió perdón, simplemente dijo que su comentario fue “mal entendido” con una cínica sonrisa. En el 2010 atribuyo el terremoto en Haití a un castigo divino tras esta nación haber realizado un pacto diabólico durante la lucha revolucionaria en los 1790s.
En el 2016, en uno de sus programas del club 700 afirmó que los afroestadounidenses vivían mejor bajo el régimen racista y excluyente Jim Crow en los 30s, antes de todas las legislaciones en materia de derechos civiles. En el 2017 frente a las cámaras y ante millones de televidentes; Robertson tuvo la osadía de decirle a una oyente de su programa que la enfermedad degenerativa esclerosis múltiple tenia un componente “demoniaco” y podía ser sanada con una reprensión de dicho demonio.
Robertson acusó a Bill Clinton de poseer un plan radical para destruir la familia tradicional y de transferir varias de las funciones familiares al gobierno federal. También fustigo al expresidente de sus múltiples infidelidades, pero cómodamente no tuvo reparo en apoyar y hasta orar por Donald Trump hasta el punto de convertirse en otro de los megáfonos de la “gran mentira” de un supuesto fraude electoral en el 2020. Solo después de los fallos en contra en la corte, decidió distanciarse de Trump. Lo mismo ocurrió en el 2019 cuando en una reunión de ministros evangélicos oro por el expresidente Jair Bolsanaro de Brasil.
Y para no cansar al lector, Robertson en sus excrecencias verbales también insulto al Islam, Hinduismo, el feminismo, los católicos, a las mujeres; en fin un legado tóxico para un empresario, simulador que mientras utilizaba los medios para diseminar el amor de Cristo, no tenia reparos en invertir y asociarse con dictadores de la talla de Charles Taylor de Liberia y Mobotu Sese Seko del Congo (antiguamente Zaire) en donde sus inversiones en el sector minero de oro y diamante le dieron a este derechos de explotación. Inclusive la institución humanitaria que este fundo, Operation Blessing ha sido utilizada para transportar equipos de minería hacia estas naciones.
En suma, Robertson fue en vida un gran simulador, una figura tóxica, asqueante, y hasta amoral que en nada contribuyo a unir la nación tomando en cuenta que sermoneaba sobre el amor y la redención de Cristo. Por el contrario, junto a otros caracteres que no vale la pena mencionar en este escrito, se convirtió en un megáfono venenoso de la división, intolerancia, el odio racial, la propagación de un nacionalismo blanco, la anuencia de la violencia anti gobierno que hoy vemos, la paranoia cotidiana que hoy sacude la nación con cientos de tiroteos en lugares públicos, y el malestar que hoy respira Norteamérica desde las salas familiares hasta los pasillos del congreso estadounidense. En fin, un legado indeseable.