Las acampadas en apoyo al pueblo palestino representan el inicio de un nuevo ciclo político en los Estados Unidos y en el resto del mundo.

Liderada por jóvenes entre 18 y 20 años, muchos de ellos sin experiencia política y otros curtidos en la lucha antirracista que desató el brutal asesinato de George Floyd en el 2020, el movimiento estudiantil y juvenil fue la culminación de más de seis meses de protestas en los EE UU y a nivel internacional en repudio al horrendo genocidio sionista en Gaza el cual cuenta con el beneplácito de Washington y las grandes potencias europeas: Inglaterra y Alemania, por ejemplo.

Este nuevo movimiento estudiantil tiene un claro perfil multiétnico y multicultural, dos elementos que han dado paso al establecimiento de relaciones estrechas (políticas e interpersonales) entre estudiantes asiáticos, africanos, caribeños, latinoamericanos, afroamericanos, palestinos, europeos, árabes y judíos. Otro elemento significativo de las acampadas en solidaridad con Gaza era la dirigencia compuesta en su mayoría por mujeres.

El primer brote de protesta tuvo lugar en la prestigiosa Universidad Columbia donde jóvenes de origen judío y palestino han construido una alianza con el objetivo de poner fin al genocidio en Gaza, al sistema de apartheid y a la ocupación sionista en Palestina.

Acampada en la universidad Columbia, Nueva York.

Entre las demandas del movimiento estudiantil pro-palestino se encuentran poner coto a las inversiones financieras que universidades públicas y privadas mantienen con la entidad sionista o Estado racista de Israel; cortar las relaciones de intercambio científico y académico con universidades en Israel; poner fin a la presente campaña de exterminio genocida en Gaza y el resto de los territorios ocupados y liberar Palestina del yugo colonialista.

Al frente de las acampadas en la Columbia estuvo la organización Columbia University Apartheid Divest (Desinvertir Apartheid de la Universidad Columbia, CUAD), una coalición de 116 organizaciones estudiantiles. El portal de la CUAD explica el sentido político y social de la coalición:

“Columbia University Apartheid Divest es una coalición de organizaciones estudiantiles que ven a Palestina como la vanguardia de nuestra liberación colectiva. Somos una continuación del movimiento en contra de la guerra de Vietnam y del movimiento para desinvertir en la Sudáfrica del apartheid. Apoyamos la libertad y la justicia para el pueblo palestino y para todas las personas. Sabemos que la verdadera protección colectiva surgirá cuando todos tengamos acceso a aire limpio, agua limpia, alimentos, vivienda, educación, atención médica, vida digna y libertad de movimiento.”

Las protestas en la Universidad de Columbia le dan continuidad a una larga tradición de lucha en contra del sionismo y la ocupación político-militar en Palestina. Un artículo de Fabiola Cineas aparecido en el portal informativo Vox traza la historia de ese activismo:

“El activismo estudiantil estadounidense a favor de la causa Palestina viene desde mucho antes que la Nakba (la expulsión de más de 700.000 palestinos en la década de 1940 y la destrucción de aldeas por milicias sionistas en medio de una guerra para establecer el Estado de Israel).

“Ya en 1917, los estudiantes de medicina y los médicos árabes en Estados Unidos formaron la Sociedad Antisionista Palestina (más tarde conocida como Liga Nacional Palestina y luego Liga Nacional Árabe) con el objetivo de protestar contra la Declaración Balfour, la declaración del gobierno británico que pedía el establecimiento de un ‘hogar nacional para el pueblo judío’ en Palestina.

Cronología de la escampada en la Universidad Columbia [aquí].

En la década de los años 60s el activismo estudiantil pro-palestino en la Universidad Columbia se expandió durante la guerra de Vietnam y las décadas posteriores. Por varias décadas, la presencia del intelectual estadounidense de origen palestino Edward Said (1935-2003) entre el profesorado de la Universidad Columbia contribuyó a darle impulso a la causa por la liberación palestina en los EE.UU. y a nivel mundial.

Revuelta juvenil

 Con el pasar de los días, el movimiento anti-guerra, pro-palestino y anti-sionista se transformó en una revuelta juvenil a nivel nacional y global.

Algunas de las acampadas universitarias en solidaridad con Gaza en la ciudad de Nueva York que movilizaron a miles de estudiantes fueron las de universidades públicas como City College of New York (CCNY), Queens College y Hunter. Y entre las universidades privadas se pueden mencionar New York University (NYU) y The New School. En la Barnard, la cual está localizada al frente de la Universidad Columbia, los estudiantes participaron en la escampada de Columbia y organizaron protestas en solidaridad en las instalaciones de la universidad.

En el estado de New Jersey, dos universidades, Rutgers (pública) y la Princeton (privada y de la élite), estuvieron al frente de las acampadas.

Mapas interactivos de las acampadas en solidaridad con Gaza [1] [2]

Otras universidades donde se registraron acampadas fueron la Emerson College y el Massachusetts Institute of Technology (MIT) en la región de Nueva Inglaterra (New England); las universidades Yale en el estado de Connecticut y Harvard en Cambridge, Nueva Inglaterra. Estas dos últimas instituciones educativas de la élite estadounidense. En el estado de Rhode Island, la solidaridad con Gaza tuvo su epicentro en la Universidad Brown. En California, la Universidad de California en la ciudad de Los Ángeles (UCLA) fue el centro de una batalla anti-fascista cuando bandas pro-sionistas atacaron la acampada en solidaridad con Gaza. Berkeley, una universidad pública con larga tradición de lucha revolucionaria, no se queda atrás por supuesto.

La represión policial fue brutal.

Aun así, el movimiento de las acampadas en solidaridad con Gaza siguió su curso expandiéndose a Canadá, México, Escocia, Inglaterra, Bélgica, Francia, Alemania, el Estado Español y muchas otras regiones del planeta.

Ruptura generacional

El hecho de que una gran mayoría de los líderes del movimiento en solidaridad con palestina en los Estados Unidos sean de estadounidenses de origen judío es un reflejo de una ruptura generacional. Si antes el sionismo como ideología que justificaba la existencia de Israel tenía más adeptos dentro de muchas comunidades judías (tanto religiosas como seculares), hoy día el apoyo es mucho menor.

Pero esa ruptura con el sionismo, el cual crece día a día en la sociedad estadounidense, no es producto de la noche a la mañana. La ruptura es sin duda alguna el resultado de décadas de activismo en la calle y en las universidades en contra de la ocupación israelí y en contra de las guerras en Medio Oriente y Asia Central desde la Guerra del Golfo Pérsico hasta las Guerra de Irak y la Guerra de Afganistán. En cierto sentido, las protestas de hoy día representan la continuidad de los movimientos anti-guerra bajo los gobiernos demócratas y republicanos.

Un hecho inédito también se registra dentro del Partido Demócrata donde la base ha adoptado posiciones más a la izquierda de la dirigencia del partido. Eso explica en parte el repudio a Joe Biden alias Genocide Joe quien fue forzado a renunciar a sus aspiraciones reeleccionistas a causa de su impopularidad entre la juventud y la presión de las elites después del debate con el candidato ultra-derechista Donald Trump donde salió a relucir la gravedad de su estado senil.

La reacción hacia las acampadas unió a los sectores liberales y ultraderechistas en contra de la juventud en lucha. En ese sentido, los dos partidos del sistema, el Partido Republicano y el Partido Demócrata, actuaron en complicidad en la campaña represiva en contra del nuevo movimiento estudiantil y juvenil.

A diez meses de iniciada la campaña de exterminio del pueblo palestino, la solidaridad internacional sigue su curso en desafío a todo tipo de represión, censura y propaganda.

La juventud derrotó el miedo.

Finalmente, no cabe duda de que las acampadas en los EE UU y en otros países fueron determinantes en mantener en alto la lucha anti-guerra que busca poner fin al horrendo genocidio en Gaza.