El embajador dominicano en el Vaticano, Luis Emilio Montalvo Arzeno, con motivo del día internacional de la Mujer, pronunció una conferencia en la que resumió la vida, obra y ejemplo de la ciudadana dominicana Josefina Padilla viuda Sánchez, de quien dijo que siempre vivió un calvario por la represión en contra suya y de su familia, por luchar por los derechos y la libertad del pueblo dominicano.

A continuación el texto de la presentación del embajador Montalvo Arzeno, frente a la colonia dominicana en Italia, y otras colonias latinoamericana que acudieron a la cita con motivo del día de la Mujer, el pasado 8 de marzo. Para su disertación, el embajador dijo “Me tocó elegir a una dominicana brillante y de estirpe patriótica para exponerla al público como ejemplo. Elegí a la Dra. Josefina Padilla Vda. Sanchez”.

Luis Emilio Montalvo Arzeno, Embajador de la República Dominicana ante la Santa Sede.

Il Tempo delle Donne

Pintemos el Mañana (Dipingiamo il Domani), 8 de marzo 2024, en Conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

Hoy se me ha encomendado elegir a una dama dominicana que según mi conocimiento de nuestra historia reciente, mi juicio y mi experiencia personal, ya sea con esa misma persona o sus descendientes y/o conocidos merece una especial exaltación tomando en cuenta su vida y su testimonio a sus contemporáneos y los frutos que ha dejado a su paso por el planeta Tierra. En este caso yo escojo a la Doctora Josefina  Padilla Viuda Sánchez, quien fue la esposa del mártir de la era de Trujillo Rafael Augusto Sánchez, a quien conocí con el apodo de Papito.

Cuando yo regresé de Estados Unidos luego de realizar estudios de Filosofía, Humanidades y Clásicos Griegos y Latinos descubrí que la Universidad Autónoma de Santo Domingo había abierto la Escuela de Psicología en 1967 y decidí inscribirme en ella, pues era una carrera bastante concordante con mi interés en ayudar a la gente a crecer como persona.

Allí conocí a Josefina Padilla, quien ya era Doctora en Medicina desde hacía algunos años. Inmediatamente me empapé de su pasado hablando con ella y todos los compañeros. Descubrí que se había graduado de Médico en los años 50 pero el gobierno nunca le concedió el EXEQUATUR para ejercer por ser la esposa de un anti trujillista confeso y conocido a quien yo había conocido como profesor de la Salle en las materias de historia y literatura. Ella siguió fiel junto a su amado esposo al precio que fuera en medio de estrecheces económicas teniendo ya una familia de 5 hijos.

Cuando Trujillo fue ajusticiado su marido Papito Sánchez quien se encontraba como prisionero político a los pocos días fue asesinado aparentemente porque no pudo ocultar la alegría que le ocasionó la liberación del pueblo dominicano al morir el dictador Trujillo. De ahí en adelante el calvario de la Doctora Padilla se hizo más duro, primero al perder su compañero de vida y segundo al sentirse sola con una familia de niños y adolescentes sobre sus hombros. Vivió dignamente agarrada de Dios y con una fe inquebrantable de que el País iba a echar hacia adelante con la desaparición de la dictadura trujillista. Vivió austeramente con suelditos miserables de la UASD y finalmente consiguió el exequatur en medicina para ya sus inquietudes se habían canalizados fuertemente a ayudar personas en dificultades psíquicas, por lo cual había elegido la psicología. Más adelante vio la muerte de unos de sus hijos lo cual le tocó profundamente mostrando una resiliencia inquebrantable y siguió apegada a trabajo de poca remuneración pero de gran impacto de servicio de los más desposeídos.

Una de las últimas conversaciones que tuve con ella fue entre los años 2016 y 2020 cuando el País ya estaba tocando fondo por la corrupción y el desbarajuste de las instituciones. Yo formaba parte de un grupo de reflexión para cambiar las cosas. Éramos todos hombres y yo sugerí integrar mujeres con deseos de cambio. Fue en ese momento cuando ingresó la Doctora Josefina Zaiter de Zaglul, quien fue mi alumna en la UASD. En ese momento sugerí que había que integrar a la Doctora Josefina Padilla y decidí llamarla. Ella me respondió que de alma, vida y corazón le hubiera gustado integrarse, pero que ya su salud había erosionado su energía y su entusiasmo con que yo le conocí y que no le era posible.

Es conveniente tomar en cuenta que en las primeras elecciones democráticas del País, al principio de los años 60 ella fue la primera mujer en ir acompañando a Domingo Moreno como Presidente y ella como Vice, por el Partido Social Cristiano. Fue una mujer de muchas luces que adquirió una formación política sólida y propia para estos tiempos.

No quiero terminar sin presentar este testimonio del Padre Jesuita Jesús Zaglul, S.J. quien expresa lo siguiente:

“Tuve la enorme dicha de acompañar espiritualmente a Josefina los últimos 10 años de su vida y entablar con ella una amistad muy honda. Apresado su esposo por la tiranía tras el fracaso de la expedición del 1959, iría cada día a la entrada del Palacio de Justicia a ver si conseguía verlo. Tras su desaparición y sospecha de asesinato recorrería las cárceles del País por más de 6 meses para tener alguna noticia de su paradero. Esos años sin trabajo, pues nadie se atrevía a contratarla, y 8 hijos pequeños (5 de su matrimonio y 3 del primer matrimonio de Papito a quienes crio y los quiso como si fueran propios). Vivió confiando siempre en Dios y vendiendo quesos de casa en casa. Nunca le falto lo necesario para ella y sus hijos. Eso me lo repitió muchas veces. En sus clases y prácticas de medicina y en su compromiso social y político, así como en sus últimos años en sus labores como parte de la Comunidad de Vida Cristiana, Josefina fue una mujer de una fe muy grande. Me impresionó hasta el final su profundidad y finura espiritual, pero sobre todo su empuje con que se mantenía al día en lecturas, todavía a sus 98 años, con su Kindle, que aprendió a usar ya mayor. Todos los martes reunía a sus hijos para leer juntos y discutir el evangelio. Siempre se me quejaba de lo poco que ella estaba haciendo por Dios en sus últimos años en que todavía acompañaba noche de oración y Ejercicios Espirituales en la Vida Diaria.