La licenciada Erinia Peralta Rodríguez, miembro del comité central del Partido de la Liberación Dominicana, informó su renuncia a esa organización por entender que esta no sustenta los ideales que la motivaron a filiarse desde su tiempo de estudiante universitaria.
“Elijo moverme hacia un futuro en el que pueda ser parte de algo que persiga los ideales por los que me inicié en la política. Quedarme, sabiendo que nos hemos alejado, implicaría permanecer inmóvil, sería traicionarme a mí misma”, indicó la abogada y comunicadora mediante carta dirigida a Danilo Medina y Charlie Mariotti, presidente y secretario general del PLD.
Peralta también deja la función de vicesecretaria de Asuntos Internacionales del partido morado y aseguró que “La batalla personal ha sido dura, pues no es fácil tomar una decisión como esta”.
Agregó que no es fácil ver la transformación de una institución en la que se ha creído convertirse en algo distinto, como ha ocurrido con el PLD, organización de la que fue candidata a diputada por la provincia Santo Domingo, en 2020.
De igual modo, dijo reconocer que todo cambia, “doy fe de la resiliencia del partido, valoro sobremanera a muchos compañeros que encontré en esta organización y sé que tienen dentro esta llama, esta chispa, estas ganas de generar otra ruta, que espero con toda mi alma pueda surgir y que pueda ser un instrumento real para las ideas progresistas”.
Sostiene que el resultado de una reflexión la ha llevado a tomar la decisión de apartarse de la organización y buscar otra vía de viabilizar “todo eso en lo que creo desde mi autenticidad, desde mi pasión, desde la libertad que siento y de la necesidad por aportar y construir”.
La joven profesional manifestó que es posible hacer otro tipo de política y asumir, verdaderamente, causas que llevan a transformar el quehacer político y con ello el servicio público.
“Creo -dijo- que se puede innovar la política, que se pueden revisar las ideas y actualizarlas, sueño con una alternativa verdaderamente progresista que no se pierda con el tiempo o con los liderazgos, que no se aparta de su esencia”.
La exdirigente peledeísta aseguró que se puede hacer política con justicia, que se puede impulsar la participación equitativa de hombres y mujeres y de la juventud, además de abrazar las causas de la gente y aun así tener vocación de poder.
“Es esto lo que me mueve y por esto quiero seguir luchando”, expresa la carta de renuncia de Erinia Peralta, fechada el 14 de febrero de este año, de la cual llegó a este medio un extracto.
La licenciada Peralta explica en su misiva que no había alcanzado la mayoría de edad cuando descubrió que quería dedicarse a la política porque identificó esa actividad como una herramienta para el servicio y para producir las transformaciones y avances que precisa el país.
Relata que inició su militancia en el PLD por vía del grupo Vanguardia Estudiantil, apéndice del PLD, en un momento en el que su padre era funcionario de un gobierno cuyo partido era contrario al PLD.
Sabía que militar en la VED, añadió la renunciante, era ir en contra de aquello en lo que su padre creía “e incluso, contribuía con mi sustento, pero, mi convicción me llevaba a actuar en consecuencia, trillar mi propio rumbo y así fue”.
La carta
Señor
Lic. Danilo Medina
Presidente del Partido de la Liberación Dominicana
Vía: Charlie Mariotti
Secretario General del Partido de la Liberación Dominicana
Distinguido presidente Medina:
No había alcanzado la mayoría de edad cuando descubrí que quería dedicar mi vida a la política porque identifiqué esa actividad como una herramienta para el servicio y para producir las transformaciones y avances que precisa nuestro país. Cuando ingresé a la Universidad Autónoma de Santo Domingo decidí estudiar Derecho como una manera de estar más cerca de ese ideal y fue allí, en la UASD, que, motivada por la historia de lucha de muchos compañeros, me decidí, entre muchos grupos estudiantiles, a militar en la Vanguardia Estudiantil Dominicana (VED), grupo estudiantil afín al PLD. Tomé esta decisión en un momento en el que mi padre era funcionario de un gobierno cuyo partido era contrario al PLD y, por tanto, sabía que militar en la VED era ir en contra, en muchos sentidos, de aquello en lo que mi padre creía e incluso, contribuía con mi sustento, pero, mi convicción me llevaba a actuar en consecuencia, trillar mi propio rumbo y así fue.
En la universidad me involucré en esas causas que me parecían justas. Luego tuve la oportunidad de continuar mi formación y colaborar en diferentes instituciones, lo que me permitió, sin dudas, aportar a lo que yo entendía era una causa que estaba por encima de mí: una causa país.
En el PLD tuve la oportunidad de formar un comité de base, luego aspirar al Comité Central y lograr ser electa con mis propios esfuerzos, gracias al apoyo de compañeros presidentes de comités de base. De igual forma, tuve la oportunidad de participar en las primarias de 2019 como precandidata a diputada y obtener casi 3000 votos que, aunque no me dieron la victoria, los atesoro; pues son muestras de voluntad y fe en un proyecto que no contaba con demasiados recursos y que, aun así, (sin ánimos de jactancia) pudo mostrar que es posible hacer una política distinta, optimista, positiva y basada en el servicio.
En política uno aprende mucho y tiene muchos tipos de experiencias. Sin dudas, yo he aprendido bastante. En los últimos 5 años, intenté de diversas formas manifestar el temor que tenía de que el Partido se convirtiera en algo que fuera ajeno a sus razones fundacionales. Por eso, en el marco del último congreso ordinario José Joaquín Bidó Medina, me involucré activamente en las comisiones de Estatutos, aportando de manera muy democrática y junto a otros brillantes compañeros, ideas tendentes a innovar la organización, a hacerla más abierta, democrática y participativa. Lo que ocurrió con ese ejercicio fue una gran decepción para mí y todos ellos.
Lo hicimos también a través de la comisión de partido y sociedad, donde, incluso, presentamos un esquema de cómo articular, entender y unir a cada militante en torno al objetivo común, pero eso tampoco encontró mucho asidero.
Lo hice a través de diversos artículos de opinión, del involucramiento y apoyo a candidaturas que, a mi parecer, reflejaban mejor estas ideas, que se correspondían con ese sentimiento y causa que inicialmente me motivó a hacer política a través de esta organización.
He tratado varias veces de levantar la voz para decir o dar las señales de que no íbamos por buen camino, así como lo han hecho muchos compañeros, y lo que más me ha decepcionado ha sido ver que en mi Partido no había el interés de escuchar. Sin escuchar, no puedes ver. Sin ver, no puedes entender. Sin entender, no puedes cambiar.
En los últimos dos años he tenido el privilegio y la oportunidad de ver otras experiencias. He sido parte de importantes campañas en Latinoamérica y cada una me ha hecho reconectar con ese sentimiento que me movió a un día entrar al local de la VED y pedir que me hicieran miembro.
Algunas me permitieron enlazar con la idea de que no hay política sin causa, otras me permitieron constatar que es posible que las ideas progresistas triunfen, que hay espacio para ello, que se puede hacer política siendo fiel a uno mismo.
Después de más de 15 años de militancia política y el camino que he tenido el privilegio de recorrer, tengo la firme convicción de que mis ideales, mi causa, mi sueño siguen estando en mí y que el tiempo solo los ha reconfirmado, fortalecido y enriquecido. Es aquí donde me he enfrentado a una batalla muy personal que ha sido fundamentalmente movida por varias preguntas, preguntas que no dejo de hacerme desde hace dos años: ¿Es mi causa aún la causa del PLD? ¿Cómo, desde aquí, se me permite contribuir con lo que creo? ¿Estamos persiguiendo las mismas ideas? ¿Hay espacio aquí para construir algo nuevo? o más… ¿Hay interés?
La batalla personal ha sido dura. Pues no es fácil tomar una decisión como esta, no es fácil ver la transformación de una institución en la que has creído convertirse en algo distinto. Sé y reconozco que todo cambia, doy fe de la resiliencia del Partido, valoro sobremanera a muchos compañeros que encontré en esta organización y sé que tienen dentro esta llama, esta chispa, estas ganas de generar otra ruta, que espero con toda mi alma pueda surgir y que pueda ser un instrumento real para las ideas progresistas.
En mi caso, el resultado de esta reflexión me ha llevado a tomar la decisión de apartarme. Apartarme de la organización y buscar otra manera, otra vía, de viabilizar todo eso en lo que creo desde mi autenticidad, desde mi pasión, desde la libertad que siento y de la necesidad por aportar y construir.
Creo que es posible hacer otro tipo de política, que es posible asumir, verdaderamente, causas que llevan a transformar el quehacer político y con ello el servicio público, creo que se puede innovar la política, que se pueden revisar las ideas y actualizarlas, sueño con una alternativa verdaderamente progresista que no se pierda con el tiempo o con los liderazgos, que no se aparta de su esencia. Creo que se puede hacer política con justicia, que se puede impulsar la participación equitativa de hombres y mujeres, de juventud. Creo que se puede abrazar las causas de la gente y aun así tener vocación de poder.
Es esto lo que me mueve y por esto quiero seguir luchando.
Elijo moverme hacia un futuro en el que pueda ser parte de algo que persiga los ideales por los que me inicié en la política. Quedarme, sabiendo que nos hemos alejado, implicaría permanecer inmóvil, sería traicionarme a mí misma.
Sin ningún otro particular, se despide,
Erinia Peralta Rodríguez
Miembro del Comité Central
Vicesecretaria de Asuntos Internacionales
Santo Domingo, DN
14 de febrero 2022