Con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, este 8 de marzo 2024, el Comité por la Unidad y los derechos de la Mujer (Cudem) exhortó a las mujeres dominicanas, y a la sociedad en general, a rechazar todas las formas de opresión y explotación de que son víctimas las mujeres.
La entidad dijo que esos males se derivan del sistema patriarcal y capitalista que coloca a las mujeres como grupo humano subordinado, ensañándose con los sectores empobrecidos, marcados por la marginalidad y el racismo que predominan en la sociedad.
La organización de mujeres expresó que resulta indignante que desde los gobiernos permanentemente se hable de desarrollo y de crecimiento, de avances, y de una economía sólida, pero no de la mala distribución de la riqueza, que se ha sentido desde siempre, y que tiene expresión concreta en la vida de las mujeres.
Cudem señaló los siguientes ejemplos de la discriminación y las injusticias que sufren las mujeres dominicanas:
1-En acceso a la autonomía económica, -dada la discriminación salarial y la segmentación laboral-, (trabajos para hombres vs. trabajos para mujeres), hoy en brecha de género, la RD ocupa la posición 81 frente a 146 Estados, según datos del Banco Mundial, 2024, con brecha salarial de 30%.
2-En acceso a la autonomía física, dada las restricciones al control sobre su sexualidad y su capacidad reproductiva, y la ausencia de educación integral en sexualidad, -embarazos no deseados, altos índices de embarazo adolescente, y mantenimiento de la penalización absoluta del aborto en cualquier circunstancia, que recién la semana pasada cobró la vida a Adilka, una mujer que ya era madre, al no desembarazarla oportunamente, a pesar de las aparentes muestras de imposibilidad de sobrevivir de mantener el embarazo. Otras expresiones dolorosas de violencia: 8 feminicidios en los primeros 21 días de este 2024, y otros dos en la primera semana de marzo, reflejando el interés de parejas, y ex parejas, en mantener control la vida y la sexualidad de las mujeres. Estos dramáticos hechos se expresan cada vez con más odio, violación y rodeados de torturas, como otras dos muertes en la última semana.
3-También limitaciones en su acceso a la toma de decisiones en los diferentes ámbitos, incluido el del quehacer político-institucional, con las restricciones que impone la cultura machista en las estructuras del sistema de partidos.
A juicio de Cudem estas son pruebas evidentes de que el miedo al peso de la masculinidad agresiva, las restricciones económicas y la carga laboral, que incluye las tareas del hogar y la crianza de hijos e hijas, son características fundamentales en la vida de la mayoría de las mujeres dominicanas, que representan desigualdad.
"Afirmamos que la desigualdad social es la verdadera marca país en República Dominicana, que somos una sociedad de desiguales, y muy especialmente por condición de género. Esos hechos tan dramáticos provocan sentimientos de dolor, rabia, e impotencia en las personas sensibles y comprometidas con la igualdad, la equidad y la justicia", resaltaron.
Cudem planteó la necesidad de que mujeres y hombres comprendan en profundidad esa realidad, y que demuestren rebeldía frente a esos males, que rechacen todas las formas de discriminación contra las mujeres, en cada uno de los sectores, espacios y ámbitos de los que forman parte.
Llamó a la superación del patriarcado y a la descolonización en el pensamiento y en la acción, para lograr la transformación social que reclama la sociedad dominicana y romper las estructuras socioculturales que conforman los sistemas de opresión y de exclusión.
"Ambas superaciones pasan por entender la condición subordinada de las mujeres, evidente en todos los momentos y situaciones, y que se ha 'naturalizado' para imponer la idea de la supeditación de las mujeres como algo normal", indicó.
Con motivo del 8 de marzo, Cudem llamó al movimiento de mujeres y al pueblo en general a trabajar para cambiar las relaciones basadas en la dominación de clase, sexo, edad o color de piel.
Detalló que ese cambio implica superar la dominación de unos hombres sobre otros hombres y de unas mujeres sobre otras mujeres.
"También implica orientar la acción política hacia repensar las estructuras y las reglas del sistema político y de partidos, pensar en nuevas formas de democracia realmente participativa. Cambiar esa forma de organización de la sociedad, y hacerlo desde una conciencia ética y democrática en su verdadero sentido social y político", concluyó.