La misión internacional por la paz en Haití, que auspiciaría una resolución de las Naciones Unidas, es una decisión difícil de aceptar, porque las intervenciones militares siempre dejan huellas y crean resistencia, pero en este caso luce que los haitianos no tienen otra salida para eliminar la violencia y el desorden, de acuerdo con el intelectual y sociólogo urbanista César Pérez.
Recordó que en 1965 la intervención de los Estados Unidos en la República Dominicana se disfrazó como una misión para salvar vidas de los norteamericanos que vivían en el país, pero no fue eso, fue una acción militar que violentó la soberanía dominicana y vino a entrometerse en un conflicto interno para favorecer a uno de los bandos, precisamente el que había dado el golpe de Estado contra el gobierno legítimo del profesor Juan Bosch.
Las crisis internas de los países se solucionan por los nacionales, con el diálogo o con la voluntad política de sus fuerzas internas, sin intervención de terceros, pero en el caso actual de Haití parece necesario que se apoye la opción más viable, que es la intervención, dijo el intelectual dominicano.
Recordó que la única intervención militar que él ha apoyado fue la decisión de Vietnam de invadir Cambodia, para eliminar el régimen criminal que gobernaba e impedía a los camboyanos salir adelante, pero después siempre entendió que cualquier intervención era un desatino contra la soberanía de los pueblos invadidos.
En otro orden, César Pérez analizó el sentimiento antihaitiano de los dominicanos, y dijo que ese sentimiento se incentivó a partir de la dictadura de Trujillo, que a su vez hizo el corte que asesinó a miles de haitianos en tierras dominicanas. Y que lógicamente en Haití también ha habido un sentimiento antidominicano, porque de este lado tuvimos más desarrollo económico, desarrollamos una industria azucarera más potente que la haitiana, y su mano de obra fluyó hacia nuestro territorio.
“Pero fíjate que los sectores que hoy auspician y propagan el antihaitianismo vienen precisamente del trujillismo. Es la política la que construye esta diferencia con Haití”.
Es cierto que Joaquín Balaguer propuso una confederación de naciones, entre Haití y Dominicana, pero eso fue sólo un planteamiento político, un recurso como arma política, de acuerdo con César Pérez, porque el caudillo reformista tenía “una mente muy perversa”.
Expresó que en República Dominicana él no sabe si existe algún organismo que piense y planifique la política exterior sobre Haití, porque mientras promovemos el diálogo en el discurso, en la práctica los oficiales de migración persiguen haitianos, los apresan de madrugadas, les violan sus derechos, tengan o no documentos, los deportan y hasta violan a las mujeres, lo que significa una violación abusiva como seres humanos. Lamentó que esos casos son comunes, se denuncian, y la gente no se indigna por la manera en que actúan las fuerzas públicas.
Sostiene que para buscar el diálogo con Haití hay que salir de la lógica del odio, dejar “la camiona” a un lado, y colocarnos en el debate de la raíz de los problemas. Por ejemplo, citó la cuestión migratoria, que es un tema con muchas falsedades, y le corresponde al Estado desmontar las mentiras que se lanzan, o el dato de que se ofrece servicios hospitalarios a miles de mujeres haitianas. “Eso hay que verlo en el contexto del crecimiento económico, y el aporte de la migración al Producto Interno Bruto, que estaría por encima del 10 por ciento del PIB. Con esos recursos se paga el servicio de salud de las parturientas.
Se preguntó cómo puede justificar un diplomático haitiano el diálogo con los dominicanos precisamente cuando violamos sus derechos, apresamos a las personas con residencia legal, los deportamos en las peores condiciones: “No lo puede justificar por lo que nosotros estamos haciendo”.
Dijo que en la relación con Haití la parte más interesada es la República Dominicana, además de considerar que el cierre de la frontera fue una medida equivocada, porque se hizo unos días antes de nuestro presidente ofrecer un discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas. “No podemos llevar una crisis local a un escenario internacional. Es un error, y no podemos asumir posiciones de trinchera, porque a nosotros nos conviene la distensión, para que no nos critiquen en los foros internacionales por temas como los derechos humanos, porque eso afecta nuestra imagen, como país de paz, turístico y dispuesto a dialogar.
César Pérez fue entrevistado por el periodista Fausto Rosario Adames, en su programa ¿Y tú..qué dices?, que se transmite todos los días en AcentoTV.