Para Ludovino Fernández, uno de los hijos del coronel y héroe Rafael Tomás Fernández Domínguez, su padre no solamente era un hombre valiente, era también un pensador que percibió la falta de las Fuerzas Armadas desde la dictadura de Trujillo y su ideal era ayudar a la profesionalización de los militares y su inserción en los procesos democráticos.

Explicó que para el coronel Rafael Fernández Domínguez, el golpe de las Fuerzas Armadas contra Juan Bosch en 1963 fue un pecado mortal que hizo mucho daño al país.

Dijo que para Fernández Domínguez los militares debían respetar la Constitución y las leyes, y no dar golpes de Estado contra gobiernos electos democráticamente.

Dijo que su padre salió desde Chile, donde se encontraba cuando estalló el movimiento militar constitucionalista el 24 de abril de 1965, pero se vio impedido de entrar y se quedó en Puerto Rico hasta que le fue abierta la posibilidad de retornar, y lo hizo el 14 de mayo de 1965.

“Es cierto, tenía muchos deseos de combatir, para demostrar que él no era solo un organizador, sino que también era un combatiente”, dijo Ludovino Fernández, el más joven de sus cuatro hijos.

Fernández Domínguez encabezó un movimiento de hombres constitucionalistas y del Movimiento Revolucionario 14 de Junio que intentó tomar el Palacio Nacional el 19 de mayo, pero murió en la acción, junto a Juan Miguel Román, Ilio Capocci, Euclides Morillo y José Jiménez. Otros resultaron heridos.

“Fueron los norteamericanos quienes asesinaron a mi padre y a los demás, les dispararon desde el techo de un edificio en la avenida México, y los disparos que recibió Fernández Domínguez fueron por la espaldas, incluyendo un disparo que le perforó el tobillo del pie izquierda en la parte trasera”, reveló Ludovino, quien preside la Fundación Coronel Rafael Fernández Domínguez.

Entre su padre y Caamaño hubo diálogos sobre el ataque al Palacio Nacional. Fernández Domínguez había llegado al país hacía apenas cinco días y Caamaño le dijo y le repitió que no participara de esa acción, pero la voluntad asumida del coronel era asistir a esa cita con la historia, en donde terminó perdiendo la vida.

Al momento de su muerte Fernández Domínguez tenía 30 años, y Caamaño en 1965 tenía solo 32 años. Eran jóvenes enfrentados a una crisis muy grave para la sociedad dominicana.

Ludovino declaró que los constitucionalistas resultaron derrotados por los militares norteamericanos, no por los miembros del CEFA y San Isidro. La guerra iniciada el 24 de abril la habían ganado los constitucionalistas. Esa guerra terminó el 27 de abril en el Puente Duarte, y lo que vendría sería la reinstalación de Juan Bosch como presidente de la República, pero los norteamericanos intervinieron para evitar que Bosch reasumiera la presidencia.

Para el hijo de Fernández Domínguez todo cambió con la invasión militar norteamericana, y es necesario que las nuevas generaciones conozcan de estos acontecimientos. El lema de la Fundación es “contar la historia para educar”, dijo.

Expresó que cuando se produjo el cambio de gobierno en 1996 y una nueva generación llegó al poder, hubo mucha ilusión porque pensaban que vendría un verdadero cambio, pero en realidad hubo una gran decepción, porque el poder y el dinero transforman a los presidentes y a los que llegan al poder. “Se llenan de ansias de enriquecerse y eso me ha decepcionado mucho”, dijo.

Ludovino Fernández, hijo de Fernández Domínguez, fue entrevistado por el periodista Fausto Rosario Adames, en su programa ¿Y tú…qué dices?, que se transmite todos los días a través de AcentoTV.