Llegué temprano a su apartamento de la avenida Bolívar.  Aquel hombre de mediana estatura, de anatomía corpulente, cabellos lacios, tez blanca y mirada profunda me recibió con una sonrisa al lado de su esposa, Ivelisse Acevedo y sus hijos. Todavía reflejaba en su rostro las huellas del sueño perdido.

Como periodista tenía interés de conocer las hazañas de este soldado que llegó a ser lugarteniente del presidente Francisco Alberto Caamaño Deñó a lo largo de la epopeya de abril.

Comienza la conversación recordando aquellos episodios gloriosos de la Guerra de Abril pero la emoción lo detiene cuando necesariamente tiene que referirse a Caamaño, el hombre que alcanzó la estatura de líder tras detener con su arrojo y su pueblo la avanzada de las tropas del Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA), aquel histórico 27 de abril en los alrededores del puente Duarte. Justo en ese lugar y en ese momento Caamaño quedó impresionado al ver hombres, mujeres y niños combatiendo con piedras  y palos los tanques de Wessin.

Visiblemente emocionado, pide a su esposa un vaso de agua para calmar la emoción mientras su hijo observa a su progenitor con fijas miradas.

Como periodista, interesado en lograr que el dialogo no se desvíe a causa de las emociones, con una pregunta coloca al entrevistado en los días previos a la insurrección del 24 de abril, y de manera reposada contesta que no fue de los conjurados porque su integración a la revolución se produjo el 25 de abril mediante un contacto con Caamaño, a quien conocía desde hacía mucho tiempo y conservaba profundos lazos de amistad desde sus años de oficial de la   Policía Nacional.

Sin embargo, previo al golpe constitucionalista, al coronel Jorge Gerardo Marte Hernández recuerda que en febrero de 1965 Morillo López y Caamaño lo hicieron preso por órdenes del presidente del ilegítimo gobierno del Triunvirato, Donald Reid Cabral.

 Prisioneros

Reveló que a Caamaño y  Morillo los mantuvieron prisioneros en un barco de la Marina de Guerra y que después de varios días, Reid Cabral decidió designarlos a la Aviación Militar.

Según Marte Hernández, estas medidas contra Caamaño y Morillo eran azuzadas por el general Belisario Peguero, jefe de la Policía Nacional, quien llegó a tener en esos años un poder que sobrepasaba al del presidente Reid Cabral

En su conversación con Wessin se entera que en San Isidro estaba resguardado el entonces Procurador General de la República, un tal Chávez, debido a que Belisario Peguero quería apresarlo.

Recuerda que, previo al mes de abril, se produjo un acontecimiento importante del que poca veces habló: “cuando militares de San Isidro comenzaron a inquietarse por estos problemas y van donde mí a contarme lo que está pasando…Yo me dispongo a visitar la Base Aérea de San Isidro con más de 40 hombres y me pongo en contacto con Wessin y Wessin’’.

“Con esto te reitero que Belisario era un Gobierno aparte’’.

En el curso de la conversación con el hombre fuerte de San Isidro, Marte le hace algunos planteamientos políticos sobre la situación reinante en el país y la necesidad de que él se sumara a los grupos ‘’militares’’ que estaban interesados en superar esos problemas.

Precisa que Wessin tenían bien clara su posición de apoyo al Gobierno golpista, pero lo que se planteaba en esos momentos no perseguía tumbar a Donald Reid sino de enfrentar a Belisario Peguero, “que era un poder aparte, un hombre omnipotente’’.

Dijo que Wessin y Wessin ‘’parece que le contó a Donald Reid lo que tratamos en esa reunión y de ahí en adelante comenzó a rumorearse que iban a quitar a Belisario Peguero.”

 El día de la insurrección

El 24 de abril, Marte Hernández no tuvo ninguna participación porque no estaba involucrado en la conspiración que, a su juicio, a muchos de los que estaban les tomó de sorpresa debido a que el estallido de la asonada militar no estaba fijado para ese día, sino para el lunes 26.

Su contacto era con Caamaño o Francis como cariñosamente le apodaban, Fue el 25 en la mañana que se unió a Francis “hasta que fuimos prácticamente deportados para el exterior al término de la guerra”.

Prende un cigarrillo, mira a su esposa e hijos y continúa narrando señalando que ‘’los primeros días de la revolución (24-25) se fueron rápido, de conversación en conversación …Realmente del lado del CEFA lo que se quería era una Junta Cívico Militar, pero nosotros nos opusimos a esa idea.’’.

Recuerdo que ‘’Francis viene desde el kilómetro 6 ½ de la carretera Duarte al Palacio el día 26 a recibir el Gobierno, pero cuando llegó, a Ciudad Nueva fue el 27 en la mañana. La noche anterior habíamos amanecido con Francis en la casa de Johnny Gutiérrez y otros oficiales de cuyo nombre no me acuerdo.’’

El 27 en la mañana afirma que todos se dirigieron hacia el Palacio de Gobierno. "Recuerdo que eran cerca de las 10 de la mañana y que los aviones P-51 de la Aviación se encontraban ametrallando la sede del Gobierno".

En ese operativo aéreo de la Aviación murió un diputado del PRD cuyo nombre no identifico”.

Dijo que el tiempo que estuvo con Francis en el palacio se fue en “discusión sobre las medidas que se iban a adoptar. Y viene de nuevo la noticia de nuevos ametrallamientos de la Aviación lo que creó entre los civiles una confusión”.

Al mediodía, afirma, Marte Hernández le sugirió a Caamaño que ‘’en vista del desasosiego reinante y la incomprensión que había entre las autoridades constitucionalistas debían abandonar el palacio y concentrarse en otro lugar”.

Hace una pausa para echar cenizas del cigarrillo en el cenicero más cercano y añade con dejos de inseguridad:

“No sé si fue Francis, pero creo que sí, que le aconsejó a Molina Ureña abandonar el Palacio, solicitud que fue bien recibida por el presidente, decidiendo trasladarse a la casa del arquitecto Leopoldo Espaillat Nanita”.

 No estamos haciendo nada

“A la media hora de estar allí, Francis me dijo que nosotros los militares no estábamos haciendo nada, que debíamos salir hacia Ciudad Nueva u otros sectores de la capital para ver como marchaban las cosas… Así lo decidió, así se hizo”.

Pero cuando Caamaño, Marte Hernández y otros oficiales que lo acompañaban iban saliendo de la casa de Espaillat Nanita, Molina Ureña me llamó para decirme:

“¡Oye Marte:  Homero Lajara Burgos (jefe de Seguridad Nacional el gobierno constitucionalista)  me dice que el Palacio Nacional es el símbolo del Gobierno y que por tal  razón no debimos abandonarlo”.

‘’Así las cosas, me dirigí a Francis para informarle la opinión de Molina Ureña y Francis me contestó:

“¡Que hagan lo que quieran¡ ¡Vámonos! dirigiéndonos     a la calle arzobispo Nouel, donde estaba la Panadería Goyita, frente a la Óptica Félix, y residencia del doctor Minosco”.

Marte Hernández trata de hacer memoria y con dejos de duda afirma que “no recuerdo si ahí estaba Montes Arache …Lo que sí recuerdo es que cerca del mediodía estaba en el Puente Duarte dirigiendo los combates que allí se estaban escenificando’’.

Dijo que en ese momento ‘’nos informan que Molina Ureña había resuelto volver al Palacio Nacional con su comitiva’’.

Haciendo un paréntesis, expresa que cuando decidieron abandonar el Palacio de Gobierno, días antes, este quedo resguardado porque permanecieron en él aun no estuviera el presidente Molina Ureña.

Al cerrar el paréntesis advierte que cuando Molina Ureña regresa al Palacio de Gobierno que recibe de nuevo los impactos de la Aviación. ‘’Me cuentan que todos salieron precipitados a causa de las repetidas ráfagas de las ametralladoras de los aviones’’.

Tras la salida de Molina Ureña todos los civiles y militares constitucionalistas que estaban en el Palacio de Gobierno se fueron quedando completamente abandonado.

Héctor Aristy

Recuerda que en esos momentos se encontraban Caamaño y otros oficiales en la casa del doctor Minosco de la calle Arzobispo Nouel, cuando se presentó Héctor Aristy y les dijo:

“¡Señores! hay que ir al puente Duarte, porque el puente se está acabando, allí hay una matanza”. Inmediatamente afirma Marte Hernández, que Caamaño le ordenó (a él), a Claudio Caamaño a Alejandro Alberto Deño Suero (Chibú) y a Vejé que marcharan hacia el puente.

“Yo no recuerdo que Héctor se marchara con nosotros-: sí sé que él se dirigió a Radio Televisión Dominicana”.

Una vez llegamos a la avenida Duarte esquina París y cerca de la calle Barahona, Francis ordena avanzar hacia el puente que aún no habían cruzado las tropas de Wessin, pero que se mantenían allende el río.

Recuerda que Montes Arache se fue por un lado (calle Amado García en dirección al puente, Caamaño tomó otra dirección hacia ese mismo destino y Marte Hernández otra dirección.

Dijo Marte Hernández que, sin darse cuenta, penetró en las líneas de las tropas del CEFA que ya se encontraban en la margen occidental del río Ozama. Se percata cuando “alguien me voceó dentro de la línea del CEFA:

– ¡Comandante! pero usted está dentro de las tropas del CEFA. Eso fue cerca de la calle Juana Saltitopa”.  Entonces se dispone a inspeccionar el terreno colindante y confirma que se encontraba en las líneas del CEFA, y decide localizar a Francis y a Montes Arache, pero recibe las malas nuevas de que Caamaño se encontraba en la Embajada de los Estados Unidos.

“¿Cómo, haciendo que?”, fue su interrogante. Empero, a los 15 minutos, para su sorpresa, se apersonó Caamaño y le dijo:

“Venimos de la embajada norteamericana, donde el embajador norteamericano nos dijo que debíamos entregar las armas, y yo le respondí que le iba a demostrar quienes éramos que en esta ocasión el pueblo tenía razón porque estaba reclamando sus derechos, que el pueblo iba a conseguir, como diera lugar, esos derechos, y que por tales razones ya no teníamos otra cosa que hablar’’.

Pero en ese interín las tropas de Wessin siguieron avanzando hasta llegar a la avenida Duarte con Amado García Guerrero.

En ese contexto afirmó que él estaba viendo las tropas porque estaba en la calle Jacinto de la Concha, desde donde observó que el pueblo peleaba con furor pidiendo que se haga algo.

“De ahí entonces la frase célebre de Francis cuando al ver al pueblo combatiendo al CEFA con piedras y palos en las manos fue que me dijo:

“Maestro, ¿usted es como yo? Le respondí ¡Sí¡

“Pues vamos a morir y a marcharles a las tropas de Wessin”.

Recuerda que la batalla fue cruenta:

“Yo vi cadáveres de civiles con piedras en las manos y vi filas de hombres detrás de un militar o un civil armado para tomar su fusil si caía en el combate’’.

En esta batalla el Ejército Popular, integrado por militares constitucionalistas, obreros chiriperos, empleados públicos, y privados, desempleados, estudiantes, amas de casas, niños, campesinos vencieron al CEFA tras sacar de circulación a los tanques y las tropas que intentaron recuperar la ciudad.

Fue un milagro

El coronel constitucionalista Francisco Alberto Caamaño Deñó durante la revolución de abril, ahogada en sangre por la invasión estadounidense
Fotos: (Foto: Archivo)
Fecha: Abril del 1965

Dijo que ‘’esta batalla fue un milagro y el lugar donde Caamaño asumió el liderazgo de la revolución’’.

Para Marte Hernández, Caamaño, Monte Arache y demás militares constitucionalistas que

combatieron junto al pueblo en esa y otras batallas y contactando el furor de las masas, su agresividad, su capacidad creativa y destructiva, su heroísmo y sacrificio solo podían entenderlo como un ‘’milagro’’, ya que su formación militar en academias de los Estados Unidos no le enseñó lo que ellos presenciaron con sus propios ojos: un pueblo en plena capacidad combativa.

Explica que fue algo inexplicable ver a un pueblo desarmado vencer a unas tropas tan selectas, tan bien organizadas, tan bien preparadas como las del CEFA… “Ese pueblo junto a nosotros se lanzó a morir ante las balas del enemigo’’.

En ese contexto, destaca que Montes Arache fue avanzando por la avenida Amado García Guerrero y, ‘’aquí sucedió que un muchacho le tiró con una gran puntería a uno de los tanques del CEFA que avanzaban, -hace una pausa- y al retomar la conversación dice: “pero esta historia de manera verídica   quien la conoce es Montes Arache·. “Es una historia indescriptible, el heroísmo que yo vi no puedo expresarlo con palabras’’.

Continúa su relato expresando que tras vencer el avance de las tropas del CEFA, ‘’en una batalla desigual, porque el pueblo lo que tenía eran armas espirituales, pues la mayoría de la gente, aunque tuvieran un fusil no sabían cómo utilizarlo’’.

Recuerda que a las 7 de la noche de ese histórico 27 de abril, Francis y Montes Arache deciden que el primero baje a Ciudad Nueva y el segundo siga en los alrededores del puente comandando las tropas constitucionalistas.

‘’Tomamos la calle Barahona y al llegar al Parque Independencia; Caamaño se distancia un poco de Marte para recibir a Claudio, Chibu y Vejé que se acercaban al parque. Ahí me sorprende el Chino Aristy que estaba en la tercera planta del edificio de la Casa Pérez, (Palo Hincado con Nouel). Y me pregunta que, si nosotros nos íbamos a asilar, debido a que la mayoría de los militares que iniciaron el movimiento se habían asilado’’.

Entonces Marte Hernández le preguntó a Aristy “¿Por qué esa posición?” y este le contestó: “¿Y tú no oyes los tanques de Wessin que vienen avanzando por la avenida Mella?’’. Y, continuó diciéndole, según Marte Hernández, ‘’si ustedes como militares se van, nosotros como civiles nos quedaremos’’….

“¡No, Héctor, esos tanques son nuestros, nosotros se los hemos arrebatado al CEFA!”. Aristy vuelve a cuestionarlo, pero esta vez un poco sorprendido:

“¿Cómo nuestros?”. Y Caamaño, que se acerca interesado en la conversación junto a Claudio, Chibú y Vejé, Marte Hernández al verlo acercarse le dice:

“¡Oye lo que te va decir Héctor! Macho ¿usted se acuerda lo que yo le dije en la Jacinto de la Concha? “¡Sí! le contestó Héctor Aristy

“Repítamelo, le ordena Caamaño:

“Usted me dijo que si yo era como usted y si estaba dispuesto a morirme que avanzáramos sobre las tropas de Wessin’’.

Entonces, recuerda que Francis le dijo: – ¡Estamos vivos; – !Si estamos vivos¡, le contestó Marte’; pues entonces, ¡démonos por muertos y vamos a seguir usted y yo solos!’’

Aclara que cuando Caamaño le dijo eso no era que estaba descartando a Lora Fernández, y otros militares constitucionalistas que estaban también combatiendo al CEFA, a esa conclusión llegó, según explica, en otro comentario que le hizo el líder de la revolución del 24 de abril de 1965.

Discusión con Wessin

Desde ese momento Caamaño y su escolta inician un recorrido por toda la zona en busca de los puntos donde todavía había resistencia del CEFA.  En este contexto decide comunicarse con Cuquito de la Mota (comandante del Ejército de las tropas en Santiago que estaba comprometido con el movimiento) y que cuando hizo contacto con este por vía telefónica (Telecomunicación), Cuquito de la Mota le dijo ‘’que ya no contara con él y sus hombres’’.

Esa comunicación se produjo el 28 de abril, fecha de la intervención norteamericana lo que hizo pensar a Caamaño que Cuquito de la Mota se había amedrentado con la propaganda desplegada por las tropas invasoras que sindicalizaban al movimiento de comunista.

En esa conversación, cuenta Marte Hernández Cuquito de la Mota puso en dudas las ideas democráticas del movimiento por estar dirigido por comunistas.

Caamaño llamó también a Barahona y allí el comandante de puesto le dijo que iban a permanecer neutrales. Cuando el líder de la revolución se comunicaba se entrecruzó una llamada de Wessin que produjo una discusión entre el jefe de la revolución constitucionalista y el de la fuerza contraria.

Tras el incidente de palabras entre Wessin y Caamaño este decide enfrentar a las tropas de ocupación norteamericanas que estaban desembarcando por el puerto de Haina y venían avanzando por diversos puntos de la ciudad para tender un cordón de ‘’seguridad” para dividir la capital y así fortalecer a las fuerzas de San Isidro.