Ylonka, por fin, está en sus aguas. Eso solo lo saben Dios, ella y sus «muertas», como llama, con cariño, a las omitidas, las olvidadas, las excluidas de la historia oficial. Esas, que construyeron la ciudadanía.

Lo digo hoy porque no es mera casualidad que, a 80 años del sufragio femenino en la República, se encuentre aportando en el ente que, por naturaleza, permite la democracia, misma institución que Nacidit-Perdomo ha estudiado por más de 30 años con respecto al género femenino en la sociedad y albaceado a las individuales que avanzaron hacia el sufragio.

Este escalón no es para menos, puesto que después de tanta decepción y traición encarnecida durante todos estos años que tiene de vocación histórico-literarios, Ylonka ha sabido levantarse estoica y resiliente, sin necesidad de mediatismos y con una fuerza que va más allá.

Hay una fuerza que le trasciende a la propia estudiosa senior de las mujeres. Fuerza que ni ella misma entiende: las «muertas», aquellas autoras decimonónicas y sigloveintescas (del primer cuarto de siglo), a las que siente en cuerpo y alma, y a las que ha aceptado como las conductoras de su vida.

Ylonka ha sido la encomendada, ha sido la elegida, ha sido el auto, ha sido la médula espinal de todo lo que hoy se posee registro sobre aquellas que subvirtieron el status-quo para lograrse ciudadanas, y con toda seguridad le escribo —y ojalá me lea— que: las «muertas» quisieron que fuera usted.

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  quien introdujera y reconociera el legado de «Ellas» en el acontecer y devenir de la República, en un ejercicio por desmantelar la «historia no contada» para enaltecer el papel principal de las mujeres en la transformación y desarrollo de la sociedad dominicana.

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  que utilizara la palabra escrita y su profesión de abogada para llegar a los registros oficiales como única forma de constatar el paso que han tenido aquellas autoras excluidas del canon; mujeres a las que bautizó como «feministas y sufragistas de vanguardia», siendo usted la primera y única en catalogarlas como tal.

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  quien investigara, organizara y enumerara oficialmente la lista de las sufragistas que estuvieron en las urnas y en las mesas, desde el voto ensayo (1934) hasta el voto oficial (1942).

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  que agregara otras palabras y conceptos —propios de la cuarta ola— como lo son la «historia de las otras», la «violencia en los saberes», la «filosofía de los imaginarios», que hacen frente a la debacle patriarcal por las que deberían moverse las mujeres, mucho más que la «igualdad».

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  que llamara y re-escribiera, con urgencia, la re-conceptualización de la «igualdad» y la palabra mal amada: «feminismo», sobre el sujeto femenino y su accionar. Igualmente, el reconocimiento de las mujeres invisibilizadas y pormenorizadas que aportaron a la nación, denominándolas como «madres de la Patria» y «febreristas».

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  que introdujera el pensamiento del «feminismo de la diferencia» y propusiera su adopción para la causa feminista dominicana, la cual es esencial para los cambios que han de alcanzarse en esta generación, siglo y era.

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  quien diera a conocer al mundo que «Duarte es Abelardo», en una apología que no hace más que deconstruir y desentrañar la imagen más poderosa del eximio patriota de la República Dominicana, obra que el escultor, pintor y fotógrafo Abelardo Rodríguez Urdaneta trazó, en 1890, y cinceló, en 1913.

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  quien creara el concepto de «Cartografía», «Geografía» e «Historiografía» de los Derechos de las Mujeres, señalando y apuntando cada uno de sus movimientos, a partir de sus viajes, escritos y conexiones con otras feministas de Norteamérica, Latinoamérica y Europa.

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  quien desenterrara la primera y única revista feminista a la fecha: «Fémina», y a su editora, emprendedora y maestra normal, Petronila Angélica Gómez, para que pueda ser estudiada ella y su producto, y todo lo que este enlazó, desde 1922 a 1939, tanto nacional como internacionalmente.

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  quien siguiera el legado de Petronila y sus conexiones hoy, en el Siglo XXI, con la creación de «República Fémina», plataforma que, en principio, fue ideada para recoger y registrar el saber y el pensar de las mujeres, en búsqueda de sus «existencias» como figuras sociales y políticas.

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  quien las denominara, titulara y bautizara como las «mujeres trasatlánticas». No tan solo a «Ellas», sino a todo su movimiento, a partir de los registros de la revista «Fémina» y las cartas oficiales de correos que posee a su dominio.

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  quien escribiera, mostrara, expusiera y publicara, por primera vez en la República Dominicana, el concepto de «affidamento»: la verdadera práctica de convivencia y reconocimiento entre las mujeres y cómo debería ser el ejercicio del feminismo actual; así como el concepto de «AGENCIAS».

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  quien las excomulgara de ser «trujillistas», tildadas así por la historia oficial, para tergiversar su derecho al voto por el hecho haber sido «concesión o regalo que el dictador hizo a las damas burguesas de Santo Domingo […]», siendo todo lo contrario y habiendo registro de ello.

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  por quien se conozca —aún poco y también siendo olvidada en la propia España— todo lo que se sabe sobre Ana Emilia Abigail Mejía Soliere: su vida, obra y legado, no tan solo su labor como pionera en la obtención del voto femenino, sino también recuperando producto literario, su lado artístico con respecto a la fotografía y su dominio para las escrituras biográficas.

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  quien, en 2002, gestionara el máximo galardón de la literatura nacional: el Premio Nacional de Literatura, a la escritora Hilma Contreras, discípula de Juan Bosch. Así mismo, la reconstrucción de la historia de a quien conoció en vida y hoy considera como íntima amiga (EPD).

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  por quien se conociera la vida y obra de las pioneras: la escultora y fotógrafa, Belkiss Adrover Feliz de Cibrán, la primera novelista, Amelia Francasci, la primera educadora, Socorro Sánchez, la primera mujer en reformular la Policía Nacional, Abigail Coiscou, la maestra normal Zoraida Heredia, la diplomática y maestra Esthervina Matos, entre otras, y, así mismo, reivindicara a Carmen Lara Fernández, Carmita Landestoy.

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  quien reconociera a Anacaona como parte de la identidad dominicana, denominándola la primera «marca país», por haber sido el personaje principal de los escritores decimonónicos de literatura romántica e historiadores nacionalistas dominicanos.

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  quien, en aquel febrero turbio de 2020 y desde lo más profundo de su claustro, fuera la luz que empoderara el pensamiento y las acciones de los líderes de la protesta —de la cual fui parte—, a quienes nos bautizó como «Generación del 20» y «los herederos de la Raza Inmortal… los retoños que esperábamos en este siglo XXI», con muchas de las estrategias aplicadas para subvertir la hegemonía en lo que fue la debacle electoral.

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  quien, a través de la declamadora contemporánea de mayor trascendencia y pionera de la poesía coreada, Maricusa Ornes, reconociera, registrara e hiciera llegar la vida y obra de Carmen Natalia, pilar importante para la Literatura Dominicana y de gran urgencia a incorporar con respecto a la historia.

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  quien, el 8 de marzo de 2022, fecha en que se conmemora el Día de la Mujer y posterior a otorgarle la «Medalla al Mérito Póstumo» a Petronila Angélica Gómez, por parte del Ministerio de la Mujer, sea designada por el presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, como la «albacea oficial» de la maestra normal y editora de la revista «Fémina».

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  quien organizara, guiara y expusiera, bajo el título de «Coordinadora de Honor», el «Pabellón Carmen Natalia» para la Feria del Libro 2022 e, igualmente, asesorara a la senadora actual para conmemorar el 80 Aniversario del Sufragio Femenino en la República Dominicana, efectuado en el Congreso Nacional.

Ylonka, las «muertas» quisieron que fuera usted  quien le dejara saber al mundo que «las memorias que aman no olvidan» y que todo el acontecer en el que la mujer se ha posicionado en la historia oficial, «lo ha permitido la diosa Clío, desde la contra-historia».

Y agregándole a todo esto, Ylonka, las «muertas» quieren que sea usted  quien gestione, organice, diseñe y levante el «Museo de la Mujer Dominicana», el traslado de los restos de Luisa Ozema Pellerano y Abigail Mejía al Panteón Nacional, la «Librería Amelia Francasci» y más plataformas que trabajen y expongan el legado de «Ellas».

Sobre quien se escribe

Ylonka Nacidit-Perdomo es una abogada, maestra, literata ochentista, pensadora, ensayista, historiadora, biógrafa, articulista, diplomática, museógrafa e investigadora senior de género dominicana.

Albacea y custodia del legado documental e iconográfico de la pionera del sufragio en la República Dominicana, Abigail Mejía; albacea literaria de Hilma Contreras; albacea y custodia fotográfica de Belkiss Adrover de Cibrán; albacea y custodia histórico-literaria de Carmen Natalia; albacea histórica de Maricusa Ornes y, por designio del presidente Luis Abinader, albacea oficial de Petronila Angélica Gómez (marzo 2022).

Descendiente de la Josefa Antonia (Doña Lolí) Moreta de Perdomo (Barahona, 1906-San Juan, Puerto Rico, 1996); socia y tesorera de la filial de la Junta Provincial de Acción Feminista Dominicana (AFD) en la Provincia de Santa Cruz de Barahona. Maestra Normal de Segunda Enseñanza, graduada con la tesis «La Revolución Industrial. El socialismo de Carlos Marx». Fue directora, a los 18 años, de la Primera Escuela de Obreros de Barahona y Profesora del Instituto Politécnico «Loyola» de San Cristóbal.

Su bibliografía literaria publicada comprende numerosos ensayos y varios los poemarios, entre ellos: Contacto de una mirada, Arrebatos, Luna Barroca, Papeles de la noche, Octubre, Triángulo en trébol, Triángulo en Trébol/ Triangle in trefoil Edición bilingüe, Hacia el Sur, Contemplación, La sombra del Amor, Dentro del Bosque y Carta al Silencio.

Ylonka Nacidit-Perdomo en la «Cumbre Nacional de Mujeres Políticas 2022», organizado por la Junta Central Electoral.

 

Ylonka Nacidit-Perdomo con la visitante más pequeña de la visita guiada por ella, en el «Pabellón Carmen Natalia» de la Feria Internacional del Libro 2022: la niña Angélica Ferrer Lugo, de dos años y medio, a quien le entregó, de obsequio, un peluche.

 

Noelia García de Pereyra es guiada por Ylonka Nacidit-Perdomo en el «Pabellón Carmen Natalia» de la 24va Feria Internacional del Libro 2022 © 2022 Centro Cultural Banreservas.