Como indicaba en la primera entrega, Yemen tiene las llaves maestras en el conflicto Israel-Palestino, ya que, por su ubicación geográfica, controla la puerta hacia el mar Rojo, dominando el estrecho de Bab el Mandeb, colocándolo en un lugar privilegiado del globo terráqueo; ya que Yemen se ha constituido en el paso obligado de la mayor parte del comercio mundial.

Recientemente, el portavoz militar huti, general Yahya Sari, sostuvo que “las fuerzas armadas yemeníes siguen impidiendo que los barcos de todas las nacionalidades que se dirigen a puertos israelíes naveguen por el mar Arábigo y el mar Rojo hasta que transporten los alimentos y medicinas que necesitan los palestinos en la Franja de Gaza”.

Ante esta situación y tras los primeros ataques a barcos que se dirigían a Israel, cuatro grandes empresas navieras (la línea de contenedores más grandes del mundo, Mediterránea Shopping Co. (MSC). con sede en Suiza, la danesa Maersk,la francesa CMA CGM y la alemana Hapag-Lloyd) suspendieron el paso de sus buques por el mar Rojo. De acuerdo con expertos en transportación navieras, estas empresas transportan aproximadamente el 53 por ciento de los contenedores marítimos del mundo, y alrededor del 12 por ciento del comercio internacional en términos de volumen. Eso quiere decir que el 30 por ciento del tráfico mundial de contenedores pasa por Bab al Mandeb.

En respuesta, el pasado 19 de diciembre, Estados Unidos se propuso crear una alianza naval a fin de iniciar una operación que denominaron “Guardian de la Prosperidad “supuestamente dedicada a “garantizar la libertad de navegación en el Mar Rojo”. Con esa iniciativa, en los hechos, el gobierno norteamericano le estaba declarando la guerra a Yemen y militarizando el Mar Rojo. Sin embargo, el país árabe se ha mantenido incólume en su posición. Sus fuerzas armadas han afirmado que “cualquier ataque contra bienes yemeníes o contra las bases de lanzamiento de misiles de Yemen teñiría todo el Mar Rojo de sangre”, asegurando que poseen “armas para hundir vuestros portaaviones y destructores”.

Las acciones a partir de entonces ha sido evidente. En un discurso del segundo al mando de Ansarolá, Sayyed Abdul Malik Al Houthi afirmo que la responsabilidad del mundo islámico ante el conflicto en Palestina era grande, especialmente de la región árabe por ser “el corazón de ese mundo”. En este sentido deploró la posición islámico-árabe en las cumbres realizada recientemente para debatir el tema, especialmente la que se celebró en Arabia Saudí. Al Houthi identifico como débil ese punto de vista. Dijo que debería haber un compromiso de los pueblos árabes y musulmanes de apoyar a Palestina, al tiempo que deploró el enfoque de algunos países sobre lo que llamó la “conspiración contra Palestina.

El líder yemení dijo que su nación no esperaba de Estados Unidos y los países europeos una posición o papel positivo hacia Palestina. Por tales razones consideró que la perspectiva del eje de la resistencia debería ir encaminada a elevar el nivel de apoyo militar a Palestina.

En ese sentido, Al Houthi advirtió que Ansarolá iba a “arremeter contra los buques de guerra estadounidenses si sus fuerzas eran atacadas por Washington tras el lanzamiento de la operación “Guardian de la Prosperidad”.  De acuerdo con Al Houthi, Estados Unidos no intenta proteger la navegación mundial, sino que busca militarizar el espacio marítimo.

Estados Unidos no logró un consenso para llevar a cabo las misiones de la alianza naval creada. Hubo desacuerdos con los países árabes que fueron convocados para que formaran la coalición, lo cual ha dificultado una respuesta coherente a los ataques de los huties contra los buques que transitan por el mar Rojo. Analistas especializados consultados al respecto coinciden en señalar que los objetivos de la operación son vagos si se estima que los jefes navales no se les han impartido misiones precisas. 

De manera que “los buques de la coalición, aunque equipados con armamento avanzado, solo pueden limitarse a repeler los ataques con misiles, escoltando los buques mercantiles con buques de guerra, lo cual resulta cuestionable toda vez que el arsenal de misiles de Yemen es inagotable a la luz de las acciones emprendidas en los últimos ocho años”, además que “ni la dirección de las compañías de transporte mundiales, ni los capitanes de los buques mercantes, ni las aseguradoras estarán dispuestas a jugar a esta lotería”, según indicó Ilia Kramnik,experto ruso en fuerzas navales, quien participaba en un análisis de la situación en los alrededores del mar Rojo por el canal venezolano de Tele Sur.

Michael Horton, cofundador de la Red Sea Analytics Internacional, una firma de asesoría independiente dedicada a ofrecer análisis imparciales sobre las dinámicas de seguridad en el mar Rojo expresó que los huties “solo han desplegado una parte de sus armas, sin utilizar misiles de mayor alcance, drones más avanzados y minas marinas difíciles de detectar”.

En cualquier caso, Yemen ya logró emplear su posición estratégica como fuerza en los equilibrios internacionales e imponerse como parte importante en una ecuación de confrontación en curso y expresar una de las formas mas valientes de apoyo al pueblo y la causa Palestina que enfrenta una maquinaria de guerra israelí apoyada por Estados Unidos y Gran Bretaña, constituyéndose en una importante carta de presión contra los sionistas y su mentor norteamericano.

Controlar el canal de Suez, es controlar el 90 por ciento del comercio mundial, afectando directamente a Israel al golpear su economía. En este sentido los huties lograron hacer lo que Israel y Estados Unidos han tratado de evitar a toda costa hasta ahora:” el convertir el genocidio en Gaza en una crisis global”.

A ultima hora y casi concluyendo este articulo llega la noticia de que Yemen había atacado un barco estadounidense que trasladaba suministros Israel, dando respuesta a los recientes ataques norteamericanos y de Gran Bretaña contra las fuerzas navales yemeníes.

Las líneas que preceden en este contenido y el anterior dan cuenta de la capacidad y decisión del heroico pueblo yemeníes de asumir un protagonismo cierto en la guerra de Israel contra Palestina. En el terreno bélico, hacen patente que, aun siendo un país pequeño y marginado en termino global y regionalmente del desarrollo económico, mantiene una postura de lucha que expresa el sentimiento milenario de existir como nación independiente, colocando entre dicho a las principales potencias mundiales al poner trabas e impedimentos a la ejecución imperial de su política en la región a través del pleno apoyo a Israel.

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