El feriado de Navidad ha terminado. Los Reyes Magos marcaron el final. El calentamiento comienza con el “san pavo”, que se celebra creo, el último jueves de noviembre y los igualados se inscriben en dicha celebración. Los hoteles de lujo empiezan desde principios de mes a anunciar sus menús.
Pero creo que me equivoqué. El calentamiento comienza con Halloween, otra de las fiestas que han adoptado los agentaos, porque yo en mi niñez y juventud nunca conocí eso hasta la actualidad en que la gente comenzó a viajar a “los países”, llámese Estados Unidos de Norteamérica.
A propósito, yo soy como Elvin Vinicio, (personaje de Boruga), para mí todo es Nueva York y si de La Florida se trata, es Miami.
Este año los Reyes cayeron lunes, por suerte, porque una de mis mayores tristezas ha sido la dichosa ley que lleva a lunes los feriados que caen a mitad de semana, pero es que los Santos Reyes no es cualquier fiesta y la iglesia católica debiera defenderla con uñas y dientes cuando cae en medio de semana, digo yo.
Eso sí, para los Reyes es una odisea complacer a los niños de hoy. Conozco a alguien cuyo biznieto le dijo que quería un “aifon”, no sé qué es eso y mucho menos cómo se escribe. Ese niño apenas tiene cinco años. Pero también uno de mis vecinos de doce años le pidió uno a su tía y ella le contestó que ni ella tenía uno ¡Válgame a Dios!
Una abuela se ha vuelto loca porque no sabe que le pueden dejar los Reyes a sus nietos, optó por fabricar unos sobres con una hoja de papel y entregarles mil pesos, así resolvió, porque el año pasado le pidió uno de ellos unos audífonos con características específicas, cuando fue a averiguar, costaban diez mil pesos.
Mi hijo tenía que hacer un regalo a una niña de cinco años en su trabajo, me llamó para que fuera y le comprara uno, pero vaya usted a ver lo difícil que me fue. No aparecen regalos tradicionales, todos son electrónicos.
Yo sí que resolví fácil, mi nieto mayor de catorce años tiene para entretenerse su play station, su celular y las películas de YouTube, por lo que me decidí por pijama, gel de baño y shorts para estar en la casa. A mi nieto menor de siete años, que más juguetes no puede tener su regalo fue igual que el mayor, pero además una sillita plegable para que vea la televisión.
Mi tradición del Niño Jesús y Reyes la mantengo, mis hijos, nueras y nietos saben que por aquí pasan.
A los agentaos e igualados les visita Santa, no sé cómo llega aquí en un trineo en donde para manejar ese vehículo se necesita nieve, también ese vestuario es propio de las regiones frías, pero el snobismo es tan marcado que piensan que esto les da más categoría.
Pero yo no soy quien para estar de murmurona. Cada cual celebre sus fiestas como considere y les dé la gana y adopte las foráneas. Yo seguiré disfrutando de mis tradiciones.