La Vieja Belén, como la mayoría nuestras abuelas, trabajaba día y noche para que la vida de los demás fuera fácil y agradable. Cocinaba y limpiaba la sala para que nos sintiéramos a gusto, en un hogar acogedor, cada vez que la visitábamos.
No descansaba ni se divertía mucho, hasta que se encontró con los Reyes Magos, quienes insistieron en que se sentara a la mesa con ellos a disfrutar la comida y la conversación. Y así, después de otros sucesos que ahora no vamos a contar, encontró su misión, salió de la casa y se dedica a llevar juguetes a niñas y niños.
O más o menos así (pero más bonito y con rima), lo cuenta Julia Álvarez en su libro: El mejor regalo del mundo: La historia de la Vieja Belén. Lean este libro (disponible en inglés y en español) a sus niños y niñas el Día de Reyes, para que no olvidemos a nuestra querida Belén, para ayudarla a seguir con su misión de compartir tiempo y alegría a todos nuestros niños, tanto si viven aquí, como si residen en Estados Unidos o en cualquier otro país donde se encuentren nuestros migrantes, nuestra diáspora.
Como Los Reyes Magos, a veces la Vieja Belén también necesita ayuda, no solo de los padres, también de vecinos, amigos y amigas para que ningún pequeño se quede sin regalos por estas fechas.
Un paréntesis: ¿ustedes creen que doña Belén, quien sin miedo al qué dirán cambió radicalmente su estilo de vida para seguir su nuevo sueño hace ya más de un siglo, apoya que, a estas alturas, en 2023, demos juguetes estereotipados a niños y niñas?
Les recomiendo tres libros infantiles dominicanos para compartir con niñas y niños este Día de Reyes: “El mejor regalo del mundo: La historia de la Vieja Belén”, “La Tetera elegante” y “La Muñeca de Dieula”
No limitemos su imaginación, que se sienten juntos chicos y chicas a jugar con una tetera elegante y vanidosa y una greca práctica y amable para que conversen sobre sus sueños de ir al espacio, construir casas, inventar vacunas o cuidar de sus futuros hijos o sobrinos.
O quien sabe, si libres de nuestros prejuicios, hablen sobre temas esenciales para la vida, como la importancia de ser amables o del peligro de ser muy vanidosos, no apreciar el talento de los demás y depender demasiado de la opinión ajena y de los elogios, como le pasa a la protagonista de La Tetera elegante, cuento escrito por Arlene Sabaris (editorial Anticanon).
“La Tetera elegante” vive en una casa de la Ciudad Colonial de Santo Domingo. A pesar de su belleza, es reemplazada por grecas y cafeteras en la vida cotidiana de la familia, como era de esperarse en un país tan amante del café como la República Dominicana. Quizás si la tetera recapacita y se vuelve más simpática y menos soberbia, pueda hacer amigos y salir de paseo con algunas grecas y tazas.
Quién sabe si la Vieja Belén las lleve a visitar la muñeca de Dieula y a sus amigas, y así, de paso, conocen otras ciudades del país. Dieula vive en una comunidad algo alejada de la Capital, rodeada de cañaverales. Siempre soñó con una muñeca parecida a ella, y ahora la tiene, gracias a la imaginación de Ana María Belique, quien escribió su historia. (La muñeca de Dieula, editorial Anticanon).
Como todo es posible en estos días, Dieula y su muñeca podrían venir de vacaciones a la capital de la mano de la Vieja Belén, una viajera experta que conoce cada rincón del país, o incluso hacer un tour por todas nuestras provincias. ¿Se imaginan a Dieula conversando con niños y niñas de Santo Domingo, Santiago, del sur y del este sobre sus juguetes y lo que quieren ser cuando crezcan?
Tarea difícil: los separan distancias, no solo en kilómetros, sino en barreras cada vez más altas de prejuicios y miedos de los adultos. Pero, ¿qué no puede lograr la Vieja Belén con nuestra ayuda? Ella es fruto de la imaginación de esta tierra. Gracias a doña Belén, los hijos de las familias más empobrecidas podían tener juguetes, aunque fuera unos días después del paso de los Reyes Magos.
Leamos algunos cuentos (y regalemos juguetes) a los niños de nuestras familias, y ayudemos a la Vieja Belén en su misión de llevar alegría, tiempo y regalos a todos. Apoyemos a doña Belén para que ningún niño ande triste.
Feliz Día de Reyes y no se olviden de guardar comida, agua y regalos para la Vieja Belén.