Con los graves problemas que el país enfrenta debido a la inflación y la delincuencia, al expresidente Medina se le ocurre hablar de popis y wawawa en una de sus siempre desafortunadas apariciones en la prensa para criticar el gobierno.

Los popis, son indudablemente los llamados ricos y los wawawa los pobres. El primero suena bonito pero el segundo es un término ofensivo, despectivo y una burla a la gente que vive en la pobreza.

¿Pero a que grupo pertenece Danilo? ¿A que grupo pertenecen muchos de sus exfuncionarios y miembros del comité político de su partido?

En los años 70 y 80 muchos de ellos eran wawawa y andaban en chancleta y camisas desaliñadas. Pero después de 16 años en el poder lograron alcanzar el rango de popisruptos, especie depredadora que acumuló una inmensa fortuna a cambio de grandes comisiones y sobornos.

Muchos popisruptos, llegaron a acumular más riquezas en 16 años que los hoy llamados popis y tienen mas dinero que algunos de los millonarios de la lista de Forbes.

Los popisruptos cimentaron su base económica o capital original mediante una red político-empresarial que se beneficiaba de casi todo lo que el gobierno invertía en construcción y compras de bienes y servicios.

Para transparentar esa riqueza mal habida mediante el soborno y las comisiones, sin dejar de lado otras actividades ilícitas donde algunos incursionaron, invirtieron en medios de comunicación, restaurantes, tiendas de marcas exclusivas, energía, transporte, adquisición y construcción de lujosos apartamentos, grandes villas en los principales polos turísticos, gasolineras, venta de vehículos, etc. con lo que lograron lavar y multiplicar su dinero.

El partido que nos gobernó los pasados 16 años creo un gran emporio empresarial contando con que iban a mantenerse en el poder por décadas, como dijo su predecesor Leonel Fernández, principal propulsor de los popisruptos y creador de la famosa FUNGLODE, cuya fuente de recursos es para escribir una historia de terror.

Tenían una gran ventaja. La protección de la justicia. Se sentían libres, inmunes, omnipotentes, intocables. Eran realmente todopoderosos.

Cuando un gobierno está intentando hacer las cosas bien ante una crisis que está azotando a los pobres de todo el mundo, cuando intenta adecentar y transparentar la podredumbre que invadió todo el quehacer público y mantenerse al margen de un ministerio publico que quiere castigar esos popisruptos del pasado, a la oposición  solo le interesa el fracaso de la actual gestión, que los precios sigan subiendo, que hayan más pobres y desempleados, que las masas se lancen a las calles y que el gobierno se debilite para  debilitar a la justicia y salvar a su gente de la cárcel. Es ese el fin detrás de todo.

Conspiran y usan toda clase de subterfugios para crear intranquilidad, desestabilidad y drenar la confianza en el presidente y su gobierno.

Pero no todo termina ahí. También quieren volver a gobernar y su única vía para lograr su objetivo es que todo se vaya al carajo. Que llueva mierda en vez de café. Y eso nunca pasará, sin importar los rayos y tormenta que nos azoten, porque sufriremos, pero saldremos de ella mejor que la mayoría de los países del mundo.