El otro día me puse a escuchar música del grupo catalán Txarango, tienen canciones maravillosas con una sensibilidad extraordinaria tanto en sus melodías como en sus letras. Una de sus mejores sin duda es la que lleva por título ¨Tanca els ulls¨ (Cierra los ojos) y en una parte del texto traducido al castellano dice que ¨Vivir no es estar vivos, vivir es la actitud de llenar la vida¨ unas breves y sencillas palabras dicen mucho, muchísimo, sobre nuestra compleja existencia.

Actitud es una palabra que hoy en día suele aparecer con frecuencia junto a su prima hermana de fonética, Aptitud. Ambas son en la actualidad cualidades muy cacareadas y frecuentes en artículos sobre el desarrollo personal y otros por el estilo, muchas veces intrascendentes y de psicología de bolsillo, tan en boga en estos tiempos y así mismo una y otra vienen apareciendo de manera conjunta en muchas las solicitudes de trabajo.

La primera, la Actitud o la manera de cómo uno está dispuesto a obrar o comportarse ha ido cobrando importancia por cuanto esta cualidad se ha revalorizado en nuestras sociedades cada vez más competitivas y difíciles que exigen a los individuos mucho más de lo estrictamente asignado a cada uno. Además la Actitud, la positiva claro está, según dicen los expertos en la conducta humana es beneficiosa para la salud física y sobre todo psíquica de todas las personas. Tan buena o mejor como una aspirina del corazón o un complejo vitamínico que tanto recetan ahora.

La segunda, la Aptitud es sin duda muy importante y depende en parte de la genética que provee una mayor o menor inteligencia en la caja gris de los sesos,  la habilidad innata que cada uno posee desde el nacimiento y la formación recibida, sea especializada o no. Para ser cirujano se precisa de una formación universitaria junto a una gran habilidad para sajar hígados, apéndices, hernias y otros menudillos humanos. Para ser carnicero también se precisan ambas condiciones: una enseñanza, en este caso más bien informal, y un buen manejo de esos enormes cuchillos que utilizan  para cortar y filetear, además de saber pesar y cobrar los importes que cada vez son más costosos. Recuerden que con el carnicero nunca se debe discutir porque en el momento más álgido de la misma se puede perder la cabeza.

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En mi caso particular si alguien solicita empleo en la agencia exijo ambas condiciones. La Aptitud suele ser más o menos la mismas en todos los que aplican, licenciatura en publicidad, amplios conocimientos en las áreas exigidas en áreas específicas, diseño, creatividad, producción, medios… y sin duda esas son condiciones básicas para poder ser aceptados. Pero me interesa aún más la Actitud porque tenerla significa mostrar voluntad, aspiración, creatividad, superación, curiosidad, esfuerzo, innovación… en resumen llegar por voluntad propia más allá del límite propuesto y que tantas veces nos lleva a la diferenciación y excelencia. Es lo que ahora se llama un valor añadido y muy deseado que no todo el mundo lo posee.

Pero ¿Qué es eso de llenar la vida aún más de llenar la vida ¿De qué la llenan o llenamos muchos?

Unos la llenan de pura rutina, de ir y volver del trabajo a casa haciendo casi siempre las mismas tareas, los mismos recorridos, de comer habichuelas con arroz, de cenar con yuca y huevo, de ver televisión tragando cocalecas con unas frías de compaña, de pegarse unas buenas pavitas en el sofá, de mirar por encima algún periódico o revista insulsa, y de no darse cuenta cómo va creciendo con los años la barriga sedentaria y va decreciendo en igual proporción su capacidad de obrar y razonar como persona.

Otros, demasiados ya, la llenan de virtualidad, computadoras en ojos, celulares en manos, o Ipods en orejas, mañana, tarde, noche y buena parte de la madrugada recibiendo un gran porcentaje de contenidos baladíes e hiper comunicándose a dedo y tecla con una masa de cientos o miles de amigos anónimos que en la realidad no lo son, arrinconando de manera peligrosa el hábito abrir el libro real, el de tinta y papel. Los ojos y los oídos y los dedos, sobre todo los pulgares de las próximas generaciones evolucionarán, serán más gruesos, más perceptivos, con mayor capacidad de comunicación y retención. Al dedo ¨gordo¨ de las manos le llamarán el dedo ¨gordón¨ y serán los ¨deduses¨, proliferarán además los tipos ¨ojuses¨ con órbitas desorbitadas y los ¨orejuses¨ tipo elefantes.

Otros llenan su vida de cosas sucias, pensamientos malos y acciones peores, de envidia, de pornografía, de promiscuidad, de prostitución, de cuentos e historias coloradas, de robos, de violencia doméstica y social, muchos de ellos suelen acabar de manera terminal en hospitales, entre rejas de prisión, envueltos entre camisas de fuerza de manicomios, suicidándose, marginados o en unas perennes depresiones de caballo. Por desgracia y debido a la promiscuidad y tolerancia de nuestras sociedades cada vez más personas caen en este complejo segmento

Otros llenan el recipiente su vida con ambición, con poder, con soberbia, con avaricia y codicia sin límites, los que aprovechan todas las oportunidades posibles para medrar y trepar económica y socialmente, los que se enganchan en los negocios sucios, en la política corrupta, los que acaban envolviéndose en los riesgos del narcotráfico, de la trata de personas y cualquier vía de enriquecimiento sin importarles el daño que puedan provocar al prójimo.

Otros llenan el cubo de sus vidas con la bonhomía, con hacer el bien sin mirar a quién. Son los misioneros, los cooperantes, los voluntarios, los médicos sin  fronteras, gente que arriesga su salud y su vida en zonas marginadas o conflictivas de Asía, África o América Latina. También el vecino que ayuda compartiendo su plato de comida con menos favorecido o que le ayuda a cambiar una goma pinchada en un día de lluvia. Hay mucha buena gente que es gente buena.

Otros más llenan su vida con saber, con cultura, con mayores conocimientos. Son los ¨letraheridos¨ que devoran libros de literatura, de poesía, de filosofía, y de cuantos temas puedan enriquecerlos como personas. Los que tragan conferencias  que pueden aportarle nuevas ideas, los que comen tertulias con diferentes puntos de vista, los que digieren temas de ciencia que aportan descubrimientos beneficiosos para la humanidad.

Por mi parte la vida la trato de llenar como lo hago con el cesto de la compra, con varios ingredientes que me gustan y convienen para mi salud y mi bolsillo, unos pedazos de víveres de familia, otros con carnes diversas de cultura, otros bastantes de verduras de trabajo, también el infaltable de arroz y habichuelas de ejercicios diarios, unos postres dulces y de frutas de entretenimiento, y no puede faltar la sal de la vida en forma de humor. También añado unas batidas naturales de ayuda al prójimo dentro de mis limitadas posibilidades. Del resultado final estoy bastante conforme, aunque no soy un alto chef de la vida de los platos que obtengo no me puedo quejar, me gustan y lo digiero sin problemas.

Amables lectores ¿Con qué actitudes de vida están llenando las suyas? Analícenlas y si las pueden enriquecer o balancear mejor que mejor para ustedes… y los que les rodean.