Cuando niño anhelaba crecer para tener la libertad de: “hacer lo que yo quiera”, los niños realmente creen que los adultos pueden hacer lo que quieran. Cuando completamos nuestro desarrollo y somos adultos, soñamos con ganar dinero y prestigio social. Al acumular bienes, se adquieren más compromisos y responsabilidades, llegando a veces hasta a extrañar la libertad de la niñez.
Hay europeos que sueñan con el Caribe y caribeños que sueñan con Europa. Muchos solteros anhelan estar casados y muchos casados quisieran la vida del soltero. Algunas personas en una fiesta están concentradas en los compromisos de su trabajo mientras otras estando en la oficina tienen sus mentes en la playa. Aprender a valorar y a vivir la propia realidad, es uno de los signos más importantes de la inteligencia emocional.
Una de las principales causas de accidentes de tránsito es conducir estando tu mente lejos.
Dale Carnegie nos dice: “si la vida te da limones haz limonada”. Es un llamado a vivir la realidad procurando mejorarla, pero sin menospreciarla. Es más conveniente, amoldarse a sus propios zapatos, que seguir anhelando zapatos ajenos.
Si no logramos cambiar de actitud, no importa lo que tengamos, siempre estaremos atormentados por lo que nos falte.
La felicidad es preciso experimentarla en el tiempo presente, puedes disfrutar con los recuerdos de tu pasado o ilusionarte con los sueños de tu futuro, siempre que puedas disfrutar del hoy. Está bien que te dirijas al lugar de tus sueños, pero no dejes de disfrutar el trayecto. El pasado puede afectarte hoy, si así lo permites y el futuro depende del presente. Así que hoy es el día clave.
Se ha estimado que más del 90% de nuestros temores nunca se materializarán, sin embargo, nos pasamos la vida atormentados en espera de desgracias.
Un refrán dice: “el agua pasada no mueve molinos”, haciendo alusión a que no tiene sentido el mantenerse sufriendo indefinidamente por algo que ya pasó. Si seguimos vivos tenemos opción a: buscar nuevos horizontes, perdonarnos, perdonar, enmendar nuestro error, reparar lo que dañamos, hacer lo que no hicimos, etc. No es necesario que te aferres a lo que te hace daño. Nunca es tarde para empezar a vivir la vida que necesitas. La mayoría de tus cadenas sólo existen en tu mente.
En la película La Misión, el capitán Rodrigo Mendoza (Robert De Niro) cazador de indígenas y vendedor de esclavos, quien en un ataque de ira mata a su propio hermano, no logra perdonarse y vive una vida en la que trata de torturarse a sí mismo, sintiendo que no tiene forma de pagar su terrible crimen. Cuando es perdonado por los mismos indígenas que perseguía, se libera de su pesada carga, decide empezar de nuevo y entrega su vida en sacrificio por aquellos indígenas a quienes había hecho tanto daño. Siempre se puede hacer algo más, incluso en los momentos en que lo crees todo perdido.
Tus problemas no están en tu estómago, en tu prisión, tu trabajo, tu bajo salario, tu pareja infiel, tus falsos amigos, tu país, etc., tus problemas realmente siempre han estado en tu mente y sólo cuando lo descubres tienes posibilidades de resolverlos.
Cuando meditamos nos conectamos con nosotros mismos, tomamos consciencia de lo que somos, así como de nuestras circunstancias. Al conocer mejor tu realidad, todo podría parecerte nuevo. Nos puede ser de mucha ayuda repetirnos para nosotros mismos: estoy aquí y ahora. En el ahora es que puedes comprender el antes y el después, así como controlar el efecto que producen en ti.
No es lo mismo comer una manzana mientras mantienes tu concentración en las noticias, que centrar tu consciencia en esa manzana, mirándola, percibiendo su olor, escuchando el sonido de tu mordida, sintiendo la textura de la fruta en tu boca e imaginando como todo tu cuerpo aprovecha esos nutrientes. Pon todos tus sentidos en lo que hagas y notarás la diferencia. Ese conocimiento puede también enriquecer tu vida sexual.
Suele decirse que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, pero saber vivir supone reconocer lo que tenemos sin necesidad de perderlo.
La vida es movimiento, cambio, fluir, evolución, transformación, por lo que cuando dejas de desarrollarte es porque iniciaste el camino de la muerte, la materia orgánica evoluciona o involuciona, pero muy rara vez permanece estática. Siempre que termina un camino empieza otro, porque nuestro cuerpo puede detenerse y volver a la tierra, pero nuestro espíritu no. Hoy sabemos que nuestro cerebro trabaja más cuando dormimos, porque la mente no duerme, sólo cambia de frecuencia. Cuando logras serenarte es cuando en tu mente se activan tus mayores y mejores capacidades.
Si puedes deleitarte mirando el cielo del amanecer, sentir la brisa en tu piel, el olor de la lluvia y si además tienes consciencia de lo que estás percibiendo, realmente estás aquí y ahora.