Artefacto Dileke es un conjunto artístico encontrado por José Carlos Nazario en los yacimientos de su pensamiento crítico. Son recuerdos sci-fi de una catástrofe ambiental asociada al uso del plástico. La obra funciona como el rescate arqueológico de un enfrentamiento humano con dimensiones apocalípticas. Cada pieza hace las veces de un hallazgo.

Como el arte rupestre de civilizaciones antiguas, Nazario estimula las conjeturas entre las piezas recuperadas. Textos, utensilios, dibujos y esculturas reiteran un evento perturbador, una batalla que hirió de gravedad a la madre común de toda tribu humana, la Tierra.

El deterioro del planeta sirve peligrosamente de instrumento poder y el protagonista del relato encontrado en un audio texto describe su huida del desastre.

El grave atentado a las funciones orgánicas básicas constituye el arma de batalla ulterior. La superficie se ha convertido en un oleaje de plástico y el aire apenas permite la respiración. La precariedad medioambiental no desanima la persecución del control del hombre por el hombre.

En la reconstrucción de los eventos, a través del linaje del arte compuesto por la colección, encontré esperanza a pesar del mal augurio de crueldad y devastación que documentan. En el testimonio del narrador, en la reunión de miradas en el dibujo Wawawa power que documenta un acto de tortura, en la faena del hombre que cocina y de la mujer que danza sobre el fuego en otras piezas pictóricas, adivino la fuerza de la resistencia y me aferro a ella.

La pieza Ventana del tiempo un espejo triangular parecido a un útero materno me invitó a pensar que Artefacto Dileke es una obra de arte mundano o arendtiano conforme las premisas de Hanna Arendt (1906-1975).

En su obra La condición humana (1958) la autora distribuye la vita activa en tres categorías: Labor, trabajo y acción. En el cuento futurista de Nazario se describen las manifestaciones de la condición humana de un planeta muriente, en el marco las tres actividades identificadas por la filósofa.

La labor, de acuerdo con la autora judeo-alemana, define al proceso biológico, desde el crecimiento espontáneo, metabólico y eventualmente decadente de la vita activa. En el relato de Nazario, la condición gregaria de los cinco sobrevivientes que protagonizan el relato, el punto de vista del narrador testigo sobre el trato a mujeres y niños, así como el valor que asigna a la historia oral contada por su abuelo, demuestran que, el protagonista, a pesar de que busca su salvación particular, comprende la condición de la especie.

El trabajo es la categoría que Arendt asigna a las actividades no naturales de la existencia, no compensadas por el ciclo de la vida. Las cosas artificiales que crea el hombre distintas a la naturaleza y que lo trascienden. En el mañana de la obra de Nazario, el jabón es la último de esos productos del trabajo. Simboliza la dominancia a escala capitalista global, y a la vez, la posibilidad de que, el cuento que llamamos la historia de la humanidad termine en un acto salvaje por la posesión de una barra de jabón.

Por último, la acción para Arendt es la actividad que hace el hombre sin intermediación de cosas o asuntos, sino la empresa plural para gestionar la vida en La Tierra. Nazario recrea un destino de ese conditio par quam o condición bajo la cual la vida política contemporánea podría convertirse en la historia, ante la distribución inequitativa de los espacios de labor y trabajo.

La obra nos coloca en el orden acaecedero. Mientras la natalidad y la mortalidad sean las categorías principales que rigen la política de acción y la vita activa no pueda hacerse fuera de la matriz que configura el planeta, el arte crítico en Artefacto Dileke es pertinente.

En la pintura Estar a salvo un sol distante emite una luz anaranjada solo interrumpida por una torre de energía a la que se aferran los supervivientes para no caer en el mar de plástico. La calidez del cielo se impone sobre la fuerza contaminante asesina a sus pies y la fragilidad de la circunstancia del relator.

Conforme las lecciones arendtianas básicas, la propuesta de Nazario nos enfrenta con las fuerzas condicionantes que peligrosamente podríamos estar mal barajando en la actual crisis sanitaria, la medioambiental, así como la polarización política. El ser humano está lejos de independizar su biología fuera de la matriz. El cortejo a las manifestaciones totalitarias, así como nuestros descuidos frente a las emergencias ambiental y sanitaria, estrechan los linderos de la vita activa.

En las palabras del autor: “Artefacto Dileke pretende desoxidar la memoria y subvertir los imaginarios cotidianos (acostumbrados). Mira al centro de lo salvaje para comprender las relaciones de poder y la cultura que sostienen los rituales que impulsan el devenir colectivo.”

Recorra la colección con apoyo de su audio texto narrativo en www.artefactodileke.com