“Donde el Estado no asume su rol de autoridad, la sociedad se desintegra.”
“Las leyes están concebidas para ser cumplidas.”
“Cuando se transforma la fuente de protección en fuente de terror, se manifiesta la violencia.”
“La violencia genera violencia.”
“La violencia se imita y se contagia.”
La violencia es un importante problema de salud pública que es prevenible y es evitable. Hay una relación íntima entre violencia y salud porque afecta a la salud física y generalmente a la salud mental de la víctima y el victimario. No es una enfermedad, es un factor de riesgo a la salud.
La violencia no se distribuye de manera uniforme entre los diversos grupos de la población. Hay varios subtipos que tienen en común factores de riesgo, causas que la originan y consecuencias que producen. Esto nos dice que el abordaje debe hacerse desde una estrategia integral y desde la multisectorialidad porque emana desde el marco de la organización misma de la sociedad.
La salud mental de las personas y sus alteraciones explican un porcentaje poco significativo de la violencia que se presenta en la sociedad. Las estadísticas son claras: los actos de violencia cometidos por enfermos mentales son inferiores a los cometidos por la población general, pero el mito de la violencia en el enfermo mental está muy arraigado y muy mediatizado.
Entender que todo aquello que niega derecho es violencia, es una manera certera de aproximarnos a un cambio individual en la educación en torno a la violencia.
La evidencia científica asegura que no importa que sea real o virtual, la violencia se contagia y se imita. Desde padres maltratadores a sus hijos, esposos maltratadores a sus parejas, escenas de violencia en la televisión dirigidas a cualquier blanco de público (muñequitos para niños, series para jóvenes, programas para adultos, video juegos, simuladores sensoriales, redes sociales), tienen una resonancia social de efectos devastadores.
Sea violencia autoinfligida (suicidio, autolesiones), violencia interpersonal (contra un familiar, contra persona sin parentesco), o violencia colectiva (social, política, económica), tendrá una naturaleza física, sexual o psíquica. Todas incluyen privaciones y/o descuidos: lactante zamarreado, niño golpeado, abuso sexual, violencia de pareja (agresiones físicas, maltrato psíquico como intimidación, denigración, humillación), relaciones sexuales forzadas, amenazas, maltratos a personas mayores, maltrato a personas con discapacidad. Violencia es además todo acto delincuencial y vandalismo.
Hay diferentes enfoques en relación al origen de la violencia. La biología plantea una causa instintiva, tanto porque se da también en los animales como por ser quien garantiza la supervivencia y la lucha por la vida. Dice que la violencia es inevitable. El enfoque social señala que es un producto humano, que tiene un origen social y que se manifiesta en las relaciones con las personas, los grupos sociales y los países. Dice que obedece a leyes propias de cada nivel de organización y a sus interrelaciones sociales y psicológicas.
Los elementos sociales juegan un papel predominante para determinar la conducta y regular la expresión de esa conducta. Determinan la aparición y la solución de un conflicto. La solución puede ser por la concertación, por la relación armónica entre las partes o por medio de la violencia, con dominio de uno sobre otro o imponiendo su punto de vista.
En la base de toda conducta violenta se encuentran las condiciones políticas, que a su vez están determinadas por las relaciones económicas. Toda violencia expresa una relación de poder.
Hay factores psicosociales determinantes que a la vez son factores de riesgo: la pobreza, el desempleo, el analfabetismo, la baja escolaridad, la falta de vivienda. La cronicidad de estos factores determinantes conduce a la cultura de violencia que es concebida como la única posible entre los marginados y los excluidos sociales. Otros factores psicosociales de riesgo son: el hacinamiento, la frustración para hacer un proyecto de vida, falta de redes de apoyo sociales, pocas posibilidades del uso del tiempo libre en prácticas saludables y útiles. Otros factores son el alcohol, las drogas, la marginación, las armas de fuego.
La atención al daño y las secuelas al individuo, la familia y la comunidad es por igual una responsabilidad del sector que aplique para tal fin, en donde el daño físico, la aplicación del régimen de consecuencia y el abordaje a la salud mental juegan papeles estelares. Las acciones deben ir dirigidas a la atención, la protección, la reducción de secuelas limitantes y al cumplimiento de la ley.
Los efectos de la violencia ponen en tensión al sector salud dado que debe brindar la atención al individuo y su familia para limitar las consecuencias y prevenir las secuelas. Los efectos más comunes de la violencia en la salud mental son: trastornos por estrés post traumáticos, las depresiones, la ansiedad y los cuadros psicóticos reactivos a situaciones de tensión. Son frecuentes además, el miedo a la recurrencia, la culpa, las reacciones por pérdida y el duelo. Se hace latente una preocupación por la seguridad y hay remembranzas de las reacciones vividas.
Cuáles deben ser las respuestas?
Por tener un origen multifactorial (individual, biológico, social), y ser multiexpresiva ( implícita, explícita, verbal, simbólica, física, impulsiva), su abordaje tiene que ser multifactorial (educación, salud, justicia, aparato del orden público, familia, comunidad etc.), en donde el Estado y el gobierno del Estado juegan un papel vital, fundamental. Cada sector involucrado debe accionar a la eliminación de las causas más evidentes que producen la violencia.
El Estado como expresión de mayor jerarquía y responsabilidad en la organización y conducción de la sociedad le corresponde la mayor cuota de compromiso.
El gobierno del Estado como ente que nuclea y estructura las políticas públicas y las respuestas a los derechos de los ciudadanos.
Los diferentes sectores que componen el gobierno desde su ámbito de responsabilidad.
La familia y el individuo cumpliendo sus deberes ciudadanos.
Lo esencial de la violencia está en el comportamiento. La conducta de los seres humanos está determinada por sus relaciones sociales, por lo tanto, cualquier alteración de esta es susceptible de ser modificada.
Le corresponde al Estado, al gobierno del Estado y a sus instituciones crear las condiciones para que la sociedad se organice según lo establece el orden legal para que a la vez que goce de sus derechos, cumpla con sus deberes.