Para Piaget, “el niño/a aprende a partir de la experiencia corporal, en un principio con su cuerpo y después con el medio que le rodea”. Para Piaget, la violencia es cualquier tipo de abuso de poder que causa daños físico, psicológico, sexual, económico, social y cultural a un ser humano (Teoría de Piaget, 1982).
Según los resultados de los estudios neurocientíficos conocidos hasta ahora, “la violencia no está inscrita en los genes del ser humano, sino que su aparición obedece a causas históricas, sociales y culturales desconocidas con exactitud por los cientistas sociales” (DSM-III).
De su lado, los especialistas en higiene y salud mental sabemos que, “la violencia no es solo matar a otro. Hay violencia cuando usamos una palabra denigrante, cuando hacemos gestos para despreciar a otra persona, cuando obedecemos porque hay miedo. La violencia es mucho más sutil, mucho más profunda” (DTGM, 2022).
Por su parte, la violencia en el ambiente escolar, “es un comportamiento social que acepta y legitima las conductas violentas, aunado a la falta de una cultura de respeto a los derechos humanos por parte de algunos estudiantes” (Tratado de Psicología Social de HARVARD, 2011).
Como se sabe, “en los últimos diez años se han incrementados los casos de violencia estudiantil en algunos centros educativos públicos de la RD, destacándose la violencia verbal, física, psicológica e incluso sexual” (DTGM, 2022).
No obstante, los especialistas en higiene y salud mental sabemos que, “los estudiantes que ejercen violencia en los centros educativos aprendieron a ser violentos en sus respectivos hogares, en los barrios, las comunidades y en las urbanizaciones donde éstos/as residen” (DTGM, 2019).
Según se sabe, “quienes ejercen la violencia como conducta aprendida, ven este fenómeno social como algo natural o normal e, incluso, como la única forma o manera para hacer frente a los problemas y a simples disputas” (Tratado de Psicología Social de la Universidad de Harvard, 2011).
Por otro lado, una investigación realizada en el período 2021-2022, por el Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (IDEICE), “detectó una alta prevalencia de la violencia entre los estudiantes que fueron consultados en varios centros educativos públicos de nuestro país” (Hallazgos de IDEICE, 2023).
Según los hallazgos de la investigación referida en el párrafo anterior, el 42% de los alumnos de los centros educativos públicos consultados, recurre a la violencia verbal con frecuencia; mientras que, el 25% de éstos dijeron que recurren a la violencia física en contra de sus compañeros/as con frecuencia. Asimismo, sólo el 10.5% de los estudiantes consultados dijo que recurre a la violencia siempre (IDEICE, 2023).
Los datos recopilados por los evaluadores del IDEICE, deben ser profundizados por las autoridades del Ministerio de Educación de la RD y, posteriormente, definir estrategias para prevenir y castigar este tipo de conductas, así como la aplican de un régimen de consecuencias ejemplar” (DTGM, 2023).
Desde nuestro punto de vista, para prevenir la violencia en los centros educativos públicos de nuestro país, se requiere, entre otros: (1) fomentar las relaciones sanas y la convivencia pacífica entre los pre-adolescentes, los adolescentes y los jóvenes que asisten a los centros de educativos públicos desde temprana edad.
Asimismo, (2) prohibir que los adolescentes y los jóvenes en edad escolar usen el vaper y la hookah en los centros educativos; (3) concientizar a los pre-adolescentes, a los adolescentes y a los jóvenes, sobre el impacto negativo que tiene para su salud física y mental, el uso del vaper y la hookah.
También, (4) elevar la vigilancia sobre el comportamiento de los estudiantes en todos los centros educativos públicos; (5) fomentar la participación de los pre-adolescentes, los adolescentes y los jóvenes en actividades que los integre, tales como la música, al teatro y a las actividades lúdicas; (6) propiciar la lectura, la diversión y la recreación entre los estudiantes de los centros educativos públicos.
Por último, (7) involucrar a los padres y a los padrastros en el proceso de enseñanza-aprendizaje de sus hijos, como estrategias para prevenir la violencia escolar que está ocurriendo en algunos centros educativos públicos de nuestro país.
Visto los planteamientos expuestos más arriba, el Ministerio de Educación de la RD debe, entre otros, (a) diseñar un programa de predicción, prevención y manejo de los conflictos y las disputas entre los estudiantes de los centros de educación públicos; (b) capacitar a los directores y a los maestros para que aprendan a prevenir y resolver conflictos.
Además, (c) integrar un equipo de especialista en higiene y salud mental en los centros educativos públicos con más de 200 estudiantes; (d) derribar las paredes y retirar las alambradas en aquellos centros educativos ubicados en lugares que no son violentos; y (e) crear las condiciones objetivas y subjetivas para que los estudiantes de los centros educativos públicos aprendan a respetar a sus compañeros/as de aulas.
En tal sentido, consideramos que los actos de violencia que se han venido registrando en algunos centros educativos públicos de nuestro país deben ser analizados cuidadosamente y posteriormente aplicar el régimen de consecuencias para evitar que los mismos sean vistos como “algo natural o normal” por parte de los estudiantes y sus padres.
“Abre tus brazos al cambio, pero no dejes ir tus valores”. Dalai Lama.