Siempre había pensado que robarse un país no era posible, pero vi como en África es cosa común que un individuo se eternice en el poder haciendo y deshaciendo a su antojo, y recordé que Trujillo se hizo dueño de la República Dominicana durante 31 años, decidiendo a su capricho sobre vidas y hacienda, y comprendí que estaba totalmente equivocado.

Lo que está ocurriendo en Venezuela, otro país que se han robado era previsible, los que creían que Maduro entregaría el poder sin provocar problemas en caso de que perdiera las elecciones, son unos ilusos, un régimen de ese tipo solo termina con la desaparición de sus cabezas.

Hace más de 25 años Hugo Chaves inició ese proceso que prácticamente ha destruido la economía venezolana, y provocado la salida de millones de sus ciudadanos en busca de mejor vida. Hoy el país con unas de las reservas petroleras más grandes del mundo se debate entre la miseria, la incertidumbre y la inseguridad.

Lo ocurrido en las elecciones del pasado domingo 28 de julio, en las cuales todo indica que la oposición obtuvo la victoria es típico de ese sistema de gobierno, Maduro pretende robárselas descaradamente utilizando los organismos oficiales que están controlados por su gobierno.

Las sanciones y la presión internacional han demostrado ser ineficaces para sacar a Maduro y sus secuaces del poder, creo que en esta situación las mismas prácticas tendrán resultados similares.

Las cosas en Venezuela no pueden estar peor, protestas generalizadas, crisis económica, inflación, carestía de los alimentos, todos esos factores negativos generan pocas dudas acerca de los resultados de las elecciones. Pero Maduro y su régimen desde hace tiempo controlan las principales instituciones venezolanas, las cuales siempre deciden a su favor.

Actualmente Venezuela depende económica y políticamente de China, Rusia e Irán, y en materia de seguridad de Cuba, todos regímenes con sistemas políticos parecidos.

Algunos países, entre ellos Estados Unidos, están tratando de impulsar una solución negociada, lo que me parece una tarea muy difícil de conseguir, pues Maduro y Diosdado Cabello, quienes dirigen ese país, no tienen muchas opciones para establecerse a vivir con tranquilidad una vez salgan de Venezuela.

Esa Nación que una vez fue uno de los mayores productores de petróleo del mundo, hoy no aparece en el listado de los 10 más importantes, todo ocasionado por la corrupción imperante que impidió que se hicieran las inversiones necesarias para mantener su capacidad productiva y de refinación.

Nuestros vínculos con la estatal Pedevesa, por suerte terminaron hace un tiempo, puesta esta empresa se había convertido en una piedra en el zapato para la Refinería Dominicana de Petróleo, su socio.

Por los tradicionales lazos de amistad y solidaridad que siempre han unido a Venezuela y la República Dominicana, esperamos que puedan resolver la delicada situación por la que están atravesando, y que de nuevo logren vivir en paz y libertad.