Los valores son principios o cualidades que le dan sentido a la existencia humana. Por su parte, un valor es el resultado de la interpretación y aceptación de las costumbres y tradiciones que asumimos las personas, según el contexto cultural y social en el que nacemos, crecemos y nos educamos (DMS-II y IV).

Por su parte, la Psicología Social sabe que, los valores son ideas abstractas de pensamiento que definen la manera como debemos comportarnos las personas, tomando como referencia los códigos de conductas aprendidos en la familia, la comunidad y en la sociedad. Como se sabe, los valores son conductas positivas, útiles y necesarias para vivir en sociedad.

En tal sentido, decidir si un empleo de ocho horas de lunes a viernes vale la pena, teniendo en cuenta que dicho empleo no deja tiempo suficiente para compartir con la familia, o cuestionarse si los hábitos diarios de una cultura continúan siendo positivos en el contexto actual, o si es necesario cambiarlo, es una cuestión de valor de alto sentido humano.

Como se sabe, sin valores el accionar de los seres humanos es caótico y y hace imposible la convivencia humana. Como tales, los valores son activos intangibles invaluables que le dan sentido a la vida, a las cosas y a los hechos.

Por su parte, cuando hablamos de antivalores, nos estamos refiriendo a conductas, hábitos, comportamientos y actitudes que asumimos las personas que impactan negativamente en los demás. En tal sentido, los antivalores es lo contrario a las creencias y a las costumbres que hemos aprendidos y asumidos por cuestión ética, basados en los principios morales y espirituales que aprendimos de nuestros padres, padrastros, tíos, abuelos, amigos y compañeros de estudios y trabajo.

No obstante, lo que en una cultura se considera un valor (lo correcto), en otra cultura podría resultar dañino o ser un antivalor. Sin embargo, hay valores que trascienden las barreras culturales e ideológicas a nivel universal, tales como el amor, el respeto, la solidaridad, la lealtad,  la tolerancia, la honestidad, transparencia, la integridad y la compasión (Estudios OPS y OMS, 2019).

Como se sabe, cuando un antivalor domina la conducta o el accionar de una persona, ésta suele ser negativa, fría, insensible, apática y no le importa las consecuencias que tienen sus actos sobre las demás personas, las familias, la comunidad y la propia sociedad. En tal sentido, los principales antivalores son, entre otros: (1) religiosos o espirituales, cuando no se les reconoce a las personas sus preferencias religiosas y espirituales; (2) socioeconómicos, cuando se priva a las personas de los medios para obtener los ingresos que necesita para vivir con dignidad.

Además, (3) corporativos o laborales, cuando se les niega a las personas sus derechos y capacidades empresariales, comerciales, técnicas y profesionales; (4) educativos, al negarles a las personas sus derechos a educarse técnica y profesionalmente y; (5) sociales y culturales, cuando se les niega a las personas sus derechos a disfrutar social y culturalmente en igualdad de condiciones y respeto.

Por otra parte, otros antivalores que alteran la convivencia interpersonal, familiar, comunitaria y social son: (a) la deshonestidad, la cual consiste en el engaño que ejerce una persona contra un sujeto indefenso para obtener beneficio propio; (b) el egoísmo, el cual ocurre cuando una persona se ocupa de su bienestar personal, sin importarle el daño que les causa su comportamiento a otras personas (DMS-IV).

Asimismo, (c) la envidia, la cual consiste en querer obtener los bienes o las cosas que ha logrado otra persona con esfuerzos propios; (d) la esclavitud, la cual ocurre cuando un sujeto les niega a otros sus derechos por ser diferentes o no poder defenderse; (e) el irrespeto, el cual consiste en la violación sistemática de los derechos que les corresponden a los demás.

También: (f) la irresponsabilidad, la cual ocurre cuando una persona no tiene voluntad para cumplir con sus compromisos o tareas, lo que pone en peligro la salud, el bienestar y la vida de otras personas; (g) la injusticia, lo cual ocurre cuando una persona actúa injustamente y viola los derechos de los demás; y, (h) el odio, el cual se da cuando una persona manifiesta repulsión, resentimiento y rencor hacia otra persona o conglomerado social, con el propósito de destruirla(o) moral, social o económicamente (DMS-V).

Como usted ha podido observar, los valores fortalecen a las personas, cohesionan a las familias y a la propia sociedad mientras que los antivalores impactan negativamente en las personas, destruyen a las familias y cuestionan el estatus quo de la sociedad.

“Abre tus brazos al cambio, pero no dejes ir tus valores”. DALAI LAMA