He seguido el pequeño lance que la señora Raquel Arbaje ha tenido con un ciudadano que le refuta los logros que ella ha señalado durante la gestión de su esposo, el presidente Luis Abinader.

En primer lugar, la oposición siempre asume una postura contraria a la del gobierno que quiere sustituir. Algo normal en la democracia; pero cuando esa misma oposición sobrepasa la línea de la mezquindad es necesario mostrarle con cifras y verdades irrefutables que está actuando de la fe.

Y sí, aunque la oposición no quiera, tenemos que seguir recordándoles a los dominicanos cómo era el país que encontró el presidente Abinader. Fruto de la pandemia del Covid y de la pandemia de saqueos de los leopeledeistas el país estaba en ruinas. La primera gran tarea que emprendió esta administración fue salvaguardar la vida de los dominicanos, que morían de Covid y pánico. Fue tan oportuna y eficaz la lucha contra la pandemia que el país ha sido reconocido tanto por gobiernos extranjeros como organismos internacionales.

Derivada de esa pandemia llegó la inflación importada del exterior, no por el mal manejo de las políticas públicas de este gobierno.

De una manera audaz y efectiva, el presidente Abinader junto a su equipo trazó un plan que en un tiempo récord recuperó el turismo y con él los cientos de miles de empleos directos e indirectos que se habían perdido, además de reactivar la producción agropecuaria para suplir las demandas generadas por el turismo.

Hoy el país vive su mejor momento respecto a la llegada de turistas, y el mundo de la gastronomía nunca había alcanzado los niveles de negocios actuales.

El Ministerio Público independiente designado por este presidente puso ante los asombrados ojos del país los grandes desfalcos que se cometieron contra los dominicanos en las gestiones pasadas, y, gracias a esas políticas, la impunidad ha empezado a ser una práctica del pasado. Con este solo hecho el presidente Abinader dejará un legado enorme al salir del poder en agosto de 2028.

El presidente Abinader es el único que vino con un gran plan de reforma de la Policía Nacional para prefesionalizar y adecentar una institución que encontró con gangrena en toda su anatomía. Y sin un cuerpo policial idóneo no se pueden alcanzar grandes metas en el combate a la criminalidad.

La inversión en obras de infraestructura no tiene precedentes, y no solo se trata de carreteras y autopistas, sino de una fuerte inversión en agua potable, para llevarles la vida que representa el agua a millones de dominicanos que por años habían esperado un gobierno que se condoliera de ellos.

Algunos aducirían que es ilógico hacer tantas obras materiales tras sufrir los embates del Covid y de la guerra de Rusia contra Ucrania; a ellos les digo que hay una palabra clave: Corrupción. El celo con que el presidente maneja los asuntos del Estado está resultando en grandes ahorros que han permitido construir más con menos dinero. El despilfarro, las mafias orquestadas a través de Compras Contrataciones Públicas también empiezan a ser prácticas del pasado.

La visión que ha traído el presidente Abinader es lo que le está permitiendo implementar un plan de desarrollo equilibrado, sin dejar a nadie atrás. Por eso ahora están en marcha grandes inversiones para sacar del atraso a zonas como las de Pedernales y Montecristi, demarcaciones que habían sido ignoradas porque no tienen un peso significativo en materia electoral.

En materia de manejo de la economía, somos referentes en la región y en los organismos internacionales; somos de los que más crecemos, donde llega el mayor volumen de inversión extranjera. Y en la actualidad tenemos las reservas internacionales más altas de nuestra historia.

Entonces, señor Arbaje, usted no está sola en la defensa de un gobierno excepcional, que en tiempos de grandes dificultades ha sabido conducirnos por el sendero de la estabilidad, el crecimiento y sobre todo de la decencia. Como usted piensa una mayoría de ciudadanos.

Y es por eso, señora Arbaje, que una mayoría significativa de votantes respaldará de forma firme y contundente la reelección del presidente Abinader, que, estoy sumamente convencido, es el único presidente que no nos avergonzará como ciudadanos, como electores.