Recuerdo salir siempre entusiasmado de sus clases, con ganas de leer sobre el tema que había enseñado, pues tenía un talento singular para transmitir su pasión por el saber. Su nombre era Luis Cruz Paulino, profesor de Historia de la Filosofía durante tres décadas en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y fallecido el pasado 15 de diciembre.
De hablar sosegado, siempre intercalaba sus clases con un ¡amigo! Como si estuviera hablando solo contigo en un encuentro amistoso. Interiorizamos ese sentido de la amistad que forma parte de la naturaleza misma del ejercicio filosófico conversando con él después de las clases.
Fue un promotor cultural comprometido. Jefe de cátedra durante años en la Escuela de Filosofía de la UASD, creó, “a mano pelada”, el boletín Episteme en el que los integrantes de una nueva generación de profesionales de la filosofía de finales de los años 90 encontramos un espacio para expresar nuestras primeras ideas.
Sin ambiciones en un entorno nutrido de ambición, sin la petulancia intelectual tan frecuente entre los académicos, el profesor Cruz fue un modelo socrático de humildad intelectual, así como de coherencia entre la actitud y la acción.
Su vida es un ejemplo del espíritu de entrega que nunca espera nada a cambio de sus dones. Ojalá que sus alumnos podamos preservar su legado, entusiasmando como él nos cautivó a nosotros en la aventura de comprender las ideas que han conformado nuestras formas de pensar el mundo. Pero sobre todo, ojalá que podamos seguirlo en su ejemplo de vida socrática. Que le sea leve la tierra.