Tras la salida de un grupo de figuras notables del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) para fundar el Partido Revolucionario Moderno (PRM) uno esperaba que el liderazgo de la naciente organización política hubiese aprendido de los errores de la vieja casa partidaria y que por lo menos hubiere morigerado sus actuaciones marcando distancia de las practicas fratricidas tristemente recordadas que produjeron problemas intestinos y divisiones entre otras falencias que tuvieron como consecuencia que el PRD permaneciera alejado del poder.

Anteriormente, las migraciones de dirigentes y militantes políticos se daban básicamente por consideraciones doctrinarias e ideológicas que tenían que ver con las diferencias entre la visión y operativización de esas visiones y cuando esas diferencias se hacían irreconciliables provocaban a veces migraciones entre partidos o el surgimiento de nuevos proyectos políticos, lo que de alguna manera coadyuvaba al dinamismo político en el sistema.

Sin embargo, hoy podemos observar en el PRM lo que a primera vista parecería ser una lucha de carácter clasista, con intentos de segregaciones y hasta actuaciones fóbicas por apartar a figuras que si bien tienen peso político partidario en lo social no corresponden o no forman parte de las elites nacionales. En otras palabras, lo que parecería estarse viendo en el PRM estos días es un enfrentamiento por los espacios partidarios y de poder entre los popis y los wawawa.

Para muestra un botón. Están fresquecitos aun los casos de destituciones como, por ejemplo, la de un agrónomo llamado Leonardo Faña, de una muchacha con imagen pueblerina llamada Kimberly Taveras o Adán Peguero, hombre de batey o el mismo caso de Roberto Fulcar, el tipo que viene de abajo y labra un perfil profesional envidiable. Nosotros no estamos haciendo juicios de valor de si estas personas actuaron bien o no en sus respectivas ejecutorias institucionales que al final es la justicia quien debería decidirlo. Pero son dirigentes políticos que gozan de aceptación en amplios sectores populares. Tampoco estamos diciendo que no se les podía remover.

Pero, el trato dado a otros funcionarios por inconductas o denuncias de actuaciones reñidas con la ley y que provienen de familias de apellidos sonoros ha sido muy distinto. Basta mirar el escenario para ver los casos. Sin embargo, inmediatamente los dirigentes perremeistas wawawas con posiciones en el gobierno cometieron cualquier error, ipso facto las maquinarias mediáticas se han puesto en modo ataque. Y el mismo gobierno ha renegado de ellos.

A grandes rasgos, uno podría percibir una especie de plan maestro aparentemente desde dentro del mismo partido para debilitar y hacer vulnerables a esos dirigentes políticos de orígenes humildes que tienen un gran arraigo y fortaleza política en las bases del PRM y que los altos cargos que desempeñan en el gobierno les da fortaleza a sus imágenes.

Miren estos nombres: Josefa Castillo, Deligne Ascensión, Andrés Cueto y Jesús Vásquez. Al menos esos, entre otros, tienen en común venir de abajo y manejar instituciones importantes. Por tanto, deberíamos estar atentos a campañas mediáticas para debilitarlos desprestigiándolos y desmontando sus liderazgos en las bases. Lo que tiene grandes implicaciones porque también podría ser parte de una estrategia mucho más amplia.

Una estrategia que podría buscar debilitar el entorno partidario de confianza del presidente Luis Abinader y de paro su imagen haciéndole aumentar las dudas sobre su proyecto reeleccionista y así potenciar la imagen presidenciable de alguna otra figura que represente a esas elites como su candidato presidencial por el PRM de cara al 2024. De manera que, el plan de transformar al PRM en una organización clasista o de elites, sacando a los wawawa del medio, dando la espalda a sus orígenes y principios fundacionales parecería estar en marcha.

Si estos movimientos no cuentan con la complicidad de Luis Abinader, y nos parece que no. Entonces podrían presentarse nuevos e interesantes escenarios en el PRM. Vamos a problematizar esto un poco. Alfredo Pacheco, un wawawa, está en sus mejores momentos pues ha venido desarrollando un gran liderazgo en la cámara de diputados frente a importantes iniciativas nacionales lo que lo deja sin oposición para repetir en la presidencia de dicha cámara. Sin embargo, Alfredo es un eterno aspirante a la alcaldía del Distrito Nacional y ha dejado saber que podría buscar la alcaldía del Distrito nueva vez, si Carolina Mejía la actual alcaldesa no busca la reelección.

En principio, es un secreto a grandes voces que Carolina Mejía trataría de buscar la vicepresidencia de la república. Sin embargo, si Carolina buscara la vicepresidencia chocaría con las aspiraciones, por lo menos hasta ahora, de tres personas más que aspiran a ocupar el cargo de vicepresidente o vicepresidenta. En primer lugar, esta Doña Raquel Peña quien aspira a repostularse en el cargo, lo que parecería ser parte de la estrategia del grupo de Santiago, grupo económico al que se le sindica.

David Collado, conocido como representante de una importante familia es su candidato presidencial de cara al 2024. Pero, si las cosas no le salen con el plan A y Luis Abinader es el candidato de la reelección en el 2024 pues ellos como plan B quieren que él sea el candidato vicepresidencial de Luis.

El tercer candidato es inesperado, pero poderoso y popular a lo interno del PRM y uno de sus principales dirigentes y quien hacia afuera es visto como organizado y trabajador y que además viene de la cuadra de los wawawa. Ese es el ministro de obras públicas Deligne Ascensión Burgos. Quien es visto con tanta potencialidad a lo interno que ya una vez, pese a la excelente relación que tienen ambos, trataron de indisponerlo con el presidente Abinader. Poniendo a circular las estructuras mediáticas una supuesta campaña presidencial suya a destiempo.

Ese es, sin dudas, un escenario bastante interesante. Pero, si Abinader se impone con su proyecto reeleccionista y es el candidato del PRM en el 2024 entonces el enfrentamiento que es casi seguro, será a tres bandas entre la actual vicepresidenta Raquel Peña por un lado y Deligne Ascensión y David Collado por el otro. Porque difícilmente Carolina abandone una posición cómoda en la alcaldía para ir a aventurar, al menos que se sellara un pacto, para lo que no parecería haber condiciones actualmente.

De manera que si el ministro de obras públicas se adentra a buscar la candidatura vicepresidencial del PRM como compañero de boleta de Abinader es muy probable que se encienda la estructura mediática de la cual hemos ya hablado y empiecen a salir denuncias de “supuestas irregularidades” en ese ministerio pues es la usanza y costumbre de esas estructuras mediáticas en estos menesteres.

Si la conformación del proyecto reeleccionista de Luis Abinader se da sin mayores inconvenientes es muy probable que el grupo de Santiago se imponga y Doña Raquel Peña repita en la candidatura vicepresidencial. Pero, si la situación interna se deteriorara y bajaran los índices de favorabilidad, es obvio que el presidente Abinader necesitaría una fórmula vicepresidencial que tenga arraigo en las bases del PRM. Y ni Raquel Peña ni David Collado tienen allí esa empatía.

Entonces dado que no conocemos otras aspiraciones vicepresidenciales dentro del PRM, el candidato apropiado sería Deligne Ascensión y David Collado permanecería en su ministerio. A contrapelo del grupo de Santiago, Raquel Peña tendría que conformarse con la candidatura a senadora de Santiago.

De manera que Deligne Ascensión debe estar preparado llegado ese momento, para la envestida mediática, si decidiera lanzarse a buscar la candidatura vicepresidencial del PRM como compañero de fórmula de Luis Abinader de cara al 2024 y el presidente Luis Abinader debería tomar las previsiones desde ya para evitar que continúen dañándole su entorno político partidario y para que el PRM siga siendo no el partido de las elites sino un partido del pueblo dominicano.