La propuesta de reforma al Código Laboral que propone nuestro excelentísimo señor presidente Luis Abinader, representa una oportunidad histórica para modernizar el marco normativo que rige las relaciones laborales en nuestro país. Esta reforma, que se había postergado por años, es esencial para adaptar nuestras leyes a las transformaciones tecnológicas, sociales y económicas que han cambiado radicalmente el panorama laboral. El actual Código Laboral, promulgado en 1992, ha quedado desfasado frente a la realidad que hoy vivimos, donde el teletrabajo, la necesidad de mayor flexibilidad y la protección de los/as trabajadores/as domésticos/as exigen una actualización normativa urgente.
El presidente Abinader ha hecho de esta reforma una de sus prioridades en este nuevo período, siendo consciente de que la pandemia aceleró la necesidad de adaptar las normativas laborales a las nuevas formas de empleo. Este proceso de revisión no es un mero ajuste “técnico”, sino un esfuerzo por mejorar las condiciones laborales para todos los dominicanos y las dominicanas y garantizar un equilibrio entre los derechos de los trabajadores y las necesidades del sector empresarial. En este sentido, la propuesta ofrece soluciones concretas que abordan varios aspectos cruciales del mercado laboral dominicano.
Uno de los puntos importantes es la incorporación del teletrabajo. Esta modalidad, que se consolidó durante la pandemia, ha demostrado ser una alternativa viable para muchos trabajadores y empresas. La inclusión del teletrabajo en el nuevo Código Laboral no solo facilitará la contratación de nuevos talentos, sino que también otorgará más flexibilidad a los empleados, permitiendo un mejor balance entre vida laboral y personal, algo que todos valoramos. En un mundo cada vez más globalizado y digitalizado, este cambio es fundamental para mantener la competitividad del país y ofrecer mejores condiciones a los trabajadores.
Otro aspecto destacado de la reforma es el aumento en las vacaciones para los empleados. A partir de los tres años en una empresa, los trabajadores tendrán derecho a un día adicional de vacaciones, lo que permitirá casi tres semanas de descanso al año. Aunque algunos puedan considerar que este incremento es modesto, representa un avance positivo en la mejora de las condiciones laborales. El descanso adecuado es esencial para la productividad y el bienestar de los empleados, y esta medida es un reconocimiento de su importancia. Si bien existen países con hasta 30 días de vacaciones pagadas por un año de trabajo continuo en Latinoamérica como Panamá, Perú y Brasil, el promedio en los demás países ronda los 15 días.
La propuesta también incluye la ampliación de la licencia de paternidad, aumentando de dos a cuatro días el tiempo que los padres pueden dedicar a sus familias tras el nacimiento de un hijo, aunque desde mi punto de vista particular ese plazo debería ampliarse mucho más pues la llegada de un bebé es responsabilidad de madre y padre, y ambos deberían estar presentes en los cuidados y rutinas de los primeros días de vida. Este cambio, aunque bastante limitado en comparación con otros países, es de cierto modo un paso hacia una mayor equidad en las responsabilidades familiares y laborales. Reconocer el papel de los padres en el cuidado de los hijos es un avance en la protección de los derechos familiares y la promoción de un entorno laboral más inclusivo, así como en la igualdad entre ambos géneros que en este caso, reciben reitero, un nuevo miembro en su familia.
Una de las reformas más significativas es la relacionada con el trabajo doméstico. Este sector, históricamente vulnerable, ha sido por mucho tiempo ignorado en términos de protección laboral. La propuesta de reforma, alineada con el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), busca mejorar las condiciones laborales del trabajo doméstico, garantizando sus derechos y asegurando un trato más justo. Formalizar y dignificar esta labor es un paso esencial para combatir la desigualdad y promover la justicia social.
El fortalecimiento de la nacionalización del trabajo es otro punto clave. La supervisión reforzada por parte del Ministerio de Trabajo permitirá asegurar que las empresas cumplan con la normativa que establece que el 80% de los empleados sean dominicanos y el 20% extranjeros, la que debería cumplirse sin ninguna excepción. Este enfoque busca fomentar la creación de empleos para los trabajadores locales, lo cual es crucial en un contexto donde la lucha contra el desempleo es una de las principales preocupaciones del país.
Por otro lado, la reforma también aborda el exceso de judicialización de las relaciones laborales, un problema que ha generado conflictos innecesarios entre empleadores y empleados. Eliminar las acciones temerarias, facilitar el pago de derechos a los trabajadores y poner fin a los embargos injustificados son medidas que agilizarán los procesos y garantizarán una mayor justicia en las relaciones laborales. Estas acciones contribuirán a mejorar el clima laboral.
La propuesta de reforma al Código Laboral presentada por nuestro presidente, es un esfuerzo integral que busca no solo actualizar la legislación, sino también mejorar las condiciones de los trabajadores y hacer que el mercado laboral sea más inclusivo, competitivo y justo. Espero que esta reforma no reciba trabas, que no se pierdan conquistas de los trabajadores pero que igual sea justa para el sector privado, al cual debemos garantizarle competitividad.