1.- Las mujeres y los hombres que a nivel mundial conocen o han sido debidamente informados de los horrores causados por las dos guerras mundiales, rechazan los enfrentamientos bélicos.
2.- La tendencia natural de la especie humana es su inclinación a la paz, que no exista la guerra y se imponga siempre la tranquilidad espiritual.
3.- Para que exista una común voluntad nacional e internacional de paz, se hace necesaria una colectividad o sistema social común, compuesto por los mismos intereses, donde prime la homogeneidad, no la diversidad.
4.- Allí donde está lo desemejante, lo desigual en lo económico y social, se hace notoria la desigualdad y no puede haber analogía en la forma de pensar y actuar.
5.- La forma como está organizada la sociedad dominicana es de desigualdades desde el punto de vista clasista, y como tal hay tantas aspiraciones como intereses contrarios.
6.- El concepto de paz es distinto para el que lo tiene todo y aquel que no dispone de lo indispensable para vivir dignamente.
7.- En nuestro país, la paz social es muy común, sumamente apropiada para el que se favorece de la quietud, de la paralización de la lucha, de la brega de los oprimidos.
8.- En la presente coyuntura que vivimos, partiendo de como permanece el pueblo en lo material y cultural, es algo difícil de comprender el concepto de querer la paz.
9.- Carece de toda lógica levantar la paz en un ambiente donde la mayoría de la población no tiene resueltos sus problemas más urgentes.
10.- En lugar de armonía, el que padece hambre ve en la discordia un espacio desde el cual puede lograr la conquista de su posibilidad de comer.
11.- En países donde predomina la desigualdad entre los miembros que lo integran, la paz no tiene igual sentido para todas y todos, porque no razona igual el saciado, el harto de comida, que el hambriento, el que tiene mucha hambre.
12.- Lo que se ve en la República Dominicana es un cuadro social que no guarda relación con lo que es realmente. La paz luce protectora de la apariencia.
13.- La mención de sociedad humana buena, fruto de una propaganda dirigida a una supuesta bonanza, ideológicamente ha servido para contaminar y neutralizar a fuerzas políticas llamadas a contrariar los deseos de los que se aprovechan de la paz malentendida.
14.- Debemos aceptar como legítimo el deseo de convivir en paz, pero que sea resultado de una realidad disfrutada en común por el esfuerzo material y cultural del pueblo.
15.- Un sentimiento de paz es posible de lograr partiendo de la creación de un estado de colaboración fraternal entre gente trabajadora, sobre la base de intereses sociales comunes de solidaridad y ayuda mutua.
16.- En nuestro país se logrará la paz cuando en común sea posible construir un orden social que tenga como objetivo la felicidad colectiva alcanzada con el trabajo manual e intelectual para el desarrollo humano de todas y de todos los que forman parte del pueblo dominicano, sin distinción.