Siempre he expresado que hay espacio para criticar al gobierno. Puntos débiles que los opositores pueden aprovechar para que sus criticas sean creíbles o tengan algún crédito político.
Pero ni en la campaña electoral, ni ahora, han logrado orquestar un ataque efectivo y mucho menos convencer a la gente de lo que dicen.
Un ejemplo de ello es que, en la pasada campaña electoral, de 10 criticas de la oposición en los medios, 8 eran sobre los altos precios. Mientras eso sucedía la inflación bajaba mes a mes, aunque el tema penetraba en los bolsillos de los consumidores.
Una inflación que todos sabían de donde provenía y que ningún país del mundo estaba exento de su impacto. Sin embargo, esos partidos obviaron muchas cosas que pudieron utilizar en su campaña contra el gobierno y que hubieran tenido más impacto entre los votantes.
Nada es perfecto. El gobierno de Abinader entre el 2000-2004 ha sido definitivamente ejemplar pero tampoco impenetrable para la crítica porque siempre hay espacios vacíos o agujeros negros.
Después del discurso del presidente en la toma de posesión ¿qué dijeron los lideres opositores?
Por ejemplo, Leonel Fernández rechazó todo lo que dijo el presidente, se opuso a la Reforma Constitucional, no está de acuerdo con la independencia el Ministerio Público, afirmó que los datos suministrados eran falsos y para colmo, le dio un espaldarazo a Nicolás Maduro. Parece que la vejez lo está poniendo más bruto y enfermizo.
Charlie Mariotti del PLD, dijo que después del discurso ve un sombrío panorama en los próximos 4 años. Si los 4 años pasados fueron malos los próximos serán peores. ¿y? Nadie cree esa idiotez.
Margarita Cedeño no se quedó atrás y comentó que los datos muestran que los principales sectores del país han involucionado. ¿Cuáles sectores, Margarita?
Algunos expertos que participaron en paneles televisivos durante el discurso fueron más atinados en sus críticas y observaciones abordando temas sobre el empleo, la deuda, la reforma fiscal y el medio ambiente tratados en el discurso.
De lo que no hay dudas es que fue un gran discurso, lleno de esperanzas y centrado en la transparencia gubernamental, logros tangibles en lo social, la inversión, la lucha contra la corrupción y las reformas institucionales. Y con un sello final sobre Venezuela y Haití que estuvo impecable.